Capítulo 19

1.6K 156 28
                                    

Ya había pasado más de una semana y media desde que Erin y Evan lo dejaron y todo seguía igual que siempre. Salvo por un pequeño detalle. Erin y yo comíamos juntos todos los días después de lo sucedido. Bueno, nosotros y su padre, que siempre que no trabajaba nos hacía compañía. Y... No. Lo mío con Erin continuaba igual. No nos habíamos besado. Pero estaba más cariñosa que de costumbre y en más de una ocasión me había dicho que me quería. Y obviamente me permitía ser cariñoso con ella. Lo cierto era que había llevado la ruptura de la mejor manera posible. Su padre siempre me decía que eso era gracias a mi. Y que a pesar de todo lo ocurrido, veía a su hija mas feliz que nunca. El verme tan a diario la ponía de un buen humor de lo más contagioso. Y eso a mi me hacía realmente feliz. Sin embargo... Ya había esperado suficiente. Y quería que eso cambiara.

Así pues, uno de los días que fui a comer a su casa le pregunté si podía hablar con ella a solas. Aceptó y subimos a su habitación. Se sentó sobre su cama y yo la imité, justo a su lado.

-Adelante- Dijo- ¿De qué querías que habláramos?

Miré su habitación. Había cambiado bastante. Pero seguía teniendo su esencia.

-Hace un tiempo te pedí aquí mismo que fueras mi novia-la miré a los ojos, los cuales vislumbraban una chispa de emoción- y hoy quería pedirte otra cosa-la tomé de la mano- me gustaría invitarte este viernes por la noche a cenar fuera. Y luego... Bueno, estoy preparandote una pequeña sorpresa. Pero solo sabrás de ella si aceptas. Así que... ¿Te gustaría salir conmigo el viernes por la noche?

Una gran sonrisa inundó su bonita cara, bronceada por el sol del verano. Y todo seguido comenzó a decir que si como una loca. Y se tiró sobre mí para abrazarme. Lo hizo con tanto ímpetu que ambos caímos sobre su cama. Nos miramos a los ojos. Su mirada echó un breve vistazo a mis labios y yo hice lo mismo con los suyos. La vi acercarse un poco y yo también lo hice. Faltaba menos de un milímetro para que nuestros labios se rozasen cuando la voz de su padre, gritando que la comida estaba lista nos interrumpió.

-¡Ya vamos papá!- gritó Erin incorporándose y colocando un pequeño mechón de pelo tras su oreja algo nerviosa.

Soltó una pequeña risita y después, sin decir nada sobre el casi beso, bajamos a comer.

***

Ya era viernes y me encontraba ansioso por ir a recogerla. Habíamos quedado en que pasaría a por ella a las 9:30 y ya eran alrededor de las 9:10. Ya estaba listo. Me había puesto una camisa azúl marino (que compré precisamente para aquel día con el poco dinero que me quedaba) y unos jeans de pinza color beige que desconocía que tenía en el armario. Unas bambas negras, perfume, revolver algo el pelo y listo. Me eché otro vistazo en el espejo practicando mi mejor sonrisa y sonreí satisfecho. No me veía nada mal. Lo cierto era que Aisha me había aconsejado súper bien. Había sido de toda ayuda. Y... Sí, Aisha y yo continuamos viéndonos, no muy seguidamente, pero si de vez en cuando. Nos habíamos hecho realmente muy buenos amigos. Y ella y Evan... Volvieron la semana pasada y de momento les iba genial. Obviamente fueron juntos a contárselo a Erin y coincidió en que justamente yo me encontraba en su casa. Así que la noticia fue para ambos. La morena no se lo tomó nada mal y les deseó de corazón que durasen muchísimo y que fueran muy felices. Y ahora me tocaba a mi. Esperaba hacerla realmente feliz con lo que le tenía preparado. Esperaba que todo saliera a la perfección. Y estaba un cien por ciento seguro de que con la ayuda de sus mejores amigos todo iría sobre ruedas. Sí, había solicitado la ayuda de Bruno y Aisha para lo que tenia pensado. Cogí la tarjeta del hotel y mis últimos ahorrillos (necesitaba realmente encontrar un pequeño trabajillo urgentísimamente) y salí de allí para dirigirme a mi próximo destino: la casa de Erin.

Cuando llegué su padre me comunicó que todavía no estaba lista pero que ya le faltaba poco.

-Lo bueno se hace esperar- me dijo sonriente al abrirme la puerta.

-Ya lo creo- respondí sentándome en una silla que daba directamente visión a las escaleras, por lo que así, si mi cita de hoy bajaba, sería el primero en verla. No pensaba perderme detalle. Seguro que se había puesto todavía mas preciosa si cabe.

No se exactamente el tiempo que estuve esperando, pero cuando quise darme cuenta, una chica realmente hermosa bajaba las escaleras. Se había puesto un vestido dorado ajustado al cuerpo con unos tacones negros que la hacían parecer mas alta. Llevaba el pelo suelto y se lo había planchado, haciéndolo ver todavía mas largo. Llevaba un maquillaje algo recargado, sobretodo en los ojos, la cual cosa agrandaba sutilmente su mirada. No era muy común en ella maquillarse mucho, de hecho, a penas se maquillaba normalmente. Pero estaba guapísima. La favorecía demasiado. Unos labios color vino decoraban su preciosa sonrisa, algo tímida al verme. Definitivamente había superado todas y cada una de mis expectativas. Erin estaba increíblemente bella. Y sospechaba, por algún motivo, que no iba a ser capaz de apartar mi mirada de encima suya en toda la velada.

N/A:

Quedan dos capítulos más y el epílogo 💜 no quiero que acabe :(

Os quiamodoro!! 💞💞

Diario de un chico visible (2)Where stories live. Discover now