Capítulo 14

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Al pensar en Aisha recordé el motivo por el que había ido allí y salí de su cuarto para bajar a ayudarla y poder por fin aclararle las cosas. Continuaba en el baño, secando el espejo. El suelo ya no tenia agua. Y lo único que faltaba era aquello.

-¿Te ayudo cenicienta?- dije apoyándome en el marco de la puerta y cruzando mis brazos sobre el pecho.

Río.

-No te preocupes, esta cenicienta puede sola.

Dudaba aquello. El espejo era bastante largo y bastante alto. Y ella no era tan alta. Claramente no llegaba a la parte mas elevada.

-Dejame ayudarte.- le repetí.

-No, enserio Kaled, puedo sola.

Suspire. Era cabezona como ella sola. Coloque la ropa mojada sobre un mueble y me acerque a ella por detrás. Coloqué mis manos en su cintura.

-¿Qué...?- comenzó.

Entonces la alce del suelo y la subí a mi hombro.

-Creo que así llegarás mejor.

-Gracias-dijo algo ruborizada.

-Me gusta cuando te pones colorada- le dije mirando su reflejo en el espejo- sobretodo cuando yo soy el causante de ello.

El color carmesí de sus mejillas incrementó.

-Deja de hacer eso- protestó.

-¿Hacer que?- pregunté subiendo una ceja.

Continuo secando el espejo con un pequeño trapo.

-Eso. Ser así. Ser tan tú. Decir esas cosas que me ponen así. Ruborizarme. Volverme loca, confundirme y...

-Enamorarte todavía más- continué yo.

Enmudeció. No dijo más. Termino de secar el espejo y me dijo que la bajase. Así lo hice. Odié el momento en el que su cuerpo se separó del mío y caminó saliendo del baño.

-Puedes dejar la ropa mojada allí.

-Vale, gracias- murmuré tomando mi ropa y dejándola dónde me había dicho.

-Te espero en el sofá.

-No tardo.

Nada más colocar mi ropa me dirigí donde ella me había dicho que se encontraba y me senté junto a ella. No todo lo cerca que me gustaría. Pero decidí dejarle su espacio de momento, ya que sabia que le había molestado lo que había dicho minutos antes en el baño. Dicen que escuchar la verdad, a veces duele. Y a Erin le dolía escuchar eso. Que seguía enamorada de mi. Y que nunca había dejado de estarlo. Y que por mucho que llevase con Evan, yo le había hecho sentir en menos tiempo lo que nadie antes había logrado. Y su corazón se aferraba a ello, sin darse cuenta, con fuerza. Por eso no lograba enamorarse de su novio como lo estaba de mi. Y eso era algo que le dolía en lo más profundo del alma. Aunque quizá si Aisha le contaba lo que me había contado a mi por la mañana en el parque, cambiaría de opinión. Porque al parecer Evan y Erin no eran tan diferentes. Se habían vuelto a encontrar en el camino en un momento difícil, complicado y crucial de sus vidas. Y  lo que hicieron fue buscar el calor del uno en el otro. Y así siguieron. Finjiendo que estaban enamorados y que habían olvidado el pasado y como los habían hecho sentir otras personas. Cosa que se hacían creer día tras día. Pero que en el fondo de su corazón, sabían que no era real.

-Aisha y yo no estamos juntos, y como ya te dije, nunca lo vamos a estar.

Me miró interrogante.

-Pero os besasteis.

-Me besó.

Asintió.

-Como sea. El caso es que lo hizo. Tus labios se unieron con los de ella. Os distéis un beso. No importa quien lo empezó.

-Si importa.

-Dos no se besan si uno no quiere.

-Sabes perfectamente que eso no es así.

-Bueno- hizo una pausa- ¿Y porque lo hizo? ¿Porque te besó?

La miré directamente a esos ojos que tan enamorado me tenían.

-Eso deberá contártelo ella.

-¿Porque?

-Porque como ya te he dicho, yo no tengo nada que ver en ese beso. El motivo por el que lo hizo es cosa suya y pronto lo sabrás. Pero a ella no le gusto. Y ella a mi menos.

Frunció el ceño. Estaba claro que no entendía nada. Nada de nada. Pero por mas que quería contarle a gritos lo que realmente pasaba y los motivos no podía hacerlo. Se lo había prometido a Aisha. Y además, yo no era quien tenía que contarle eso. Si no su mejor amiga.

-Creo que en vez de aclararme las cosas me has dejado más confundida.-murmuró después de un largo rato sacándome de mis pensamientos.

-Solo puedo aclararte que ella y yo no somos nada. Ni vamos a serlo.

-¿No te gusta ella? Es la típica chica perfecta. Y es muy simpática.

-Tu eres perfecta.

De nuevo se sonrojó. Se llevó las manos a la cara y agachó la cabeza.

-¿Porque me haces esto?

-¿Hacerte que?- pregunté apartando un mechón castaño de su cara.

Se apartó las manos de la cara y me miro fijamente.

-Esto. Confundirme tanto. Aprovecharte de mis sentimientos. Empeñarte una y otra vez en que estoy enamorada de ti.

-¿Y no lo estas?



N/A:

Próximo capítulo: no tengo la menor idea 😂💜 Intentaré publicarlo dentro de poco.

Os quiamodorooo 💞💞💞

Diario de un chico visible (2)Where stories live. Discover now