𝙻𝚞𝚌𝚒𝚞𝚜 # 𝟻 - 𝚄𝚗 𝚎𝚛𝚛𝚘𝚛 + 𝚞𝚗𝚊 𝚘𝚋𝚕𝚒𝚐𝚊𝚌𝚒ó𝚗

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Un año después, Cissy seguía acudiendo a las reuniones de mortífagos.

Durante el día, se quedaba en casa y cuidaba de ella. Le gustaba hacer eso, tener esa clase de libertad y tiempo para no hacer nada. El sueldo de auror de Bas era suficiente para sobrevivir mes a mes. En el campo no había mucho que desear. La gente era amable, la tierra era abundante en productos frescos y asequibles, y estar rodeada de naturaleza hacía resurgir en ella la salvaje que sus compañeros solían adorar.

Por la noche, se escabullía y desaparecía en la Mansión Black, en donde nos reuníamos en número cada vez mayor. Siempre había algo que discutir: disturbios que instigar, sangres sucias que secuestrar y torturar, miembros del Ministerio que manipular. Cissy nunca participaba mucho en aquellas conversaciones -siempre eran los más groseros y poco refinados, como Bellatrix, Nott o Goyle, los que expresaban su malicia-, pero había algo que la atraía de nuevo a aquel lugar.

Supongo que se creía muy lista por haber conseguido ir y venir de un lado a otro en mitad de la noche mientras estaba prometida a un auror y quizás hasta cierto punto lo era. O eso, o Bas era tan duro como un moco de troll, pero todos sabíamos que no lo era.

Para entonces había perdido todo contacto con él. No lo necesitábamos, ni yo a él. Yo estaba ocupado acompañando a mi padre a sus reuniones con diversos funcionarios del ministerio, y durante las veces que ellos venían se me permitía unirme a ellos en el estudio, donde discutían cosas confidenciales que yo no podía repetir fuera de aquellas paredes.

Era desconcertante lo rápido que mi familia parecía haber olvidado a mi hermano, lo rápido que cualquiera podía ser expulsado de legados centenarios en nuestro mundo de sangre pura. Mi padre hablaba con sus amigos como si sólo tuviera un hijo, y mi madre había dejado de hablar de Bas.

A veces parecía que yo también lo había olvidado. Pero, entonces llegaba un día en que padre perdía los nervios con nosotros, o en que el Señor Tenebroso me enviaba a completar una tarea especialmente difícil, y me encontraba pensando en la promesa que hicimos el primer día de clase en el tren y me invadía una ira breve y aguda.

Ocho años no habían hecho nada para borrar las palabras que Bas había usado: Somos nosotros contra el mundo. Él y yo siempre habíamos estado enfrentados, pero esta vez parecía como si la vida hubiera encontrado por fin la forma de separarnos para siempre, y yo temía el día en que la barricada entre nosotros cayera y tuviera que cargar contra él desde el lado opuesto. Entonces no habría vuelta atrás.

Había momentos en que lo anhelaba. No como persona, sino su presencia. Había algo extrañamente reconfortante en tener a tu propia sangre a tu lado, sin hablar ni hacer nada, sino simplemente estar. Bas había sido una parte indeleble de mi vida, y dejarlo atrás significaba dejar también una parte de mí. A menudo me preguntaba si él pensaba lo mismo de mí.

Cada vez que me acostaba con Cissy, una sorda punzada de culpabilidad me golpeaba los órganos, retorciéndolos como instrumentos. Le estaba haciendo daño a Bas. Puede que él aún no lo sepa, pero yo le estaba haciendo daño. Y sabía que todo lo demás que había hecho y estaba a punto de hacer no se podía comparar. Humanidad que no tenía cabida en la mesa de Voldemort y sabía que si lo descubría -que lo hará, siempre lo hace- yo estaría muerto, aunque no inmediatamente. El Señor Tenebroso convertiría nuestro engaño en un arma, una espada que utilizaría para acabar conmigo cuando llegara el momento, como yo había intentado hacer con Cissy.

Culpaba a Bas por eso, por haber puesto en mí esa ternura incorregible de la que no podía deshacerme. En la ducha me restregaba hasta que la piel se me ponía en carne viva como la de un animal desollado, y una o dos veces incliné el cuerpo sobre el retrete, vomitando y dando arcadas, tratando de expulsar ese odioso, indeseable e insoportable grano de emoción que simplemente no se desprendía de mis entrañas. Nada funcionaba, así que empecé a plantearme soluciones más concretas.

El Proyecto Malfoy • TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora