Flowers in my hair and demons in my head

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Dentro de la Zona de Diesel y Vapor se vivía un tipo de renacimiento. Lo antiguo permanecía estático o avanzaba en una dirección diferente. El tiempo parecía congelado en distintas épocas, con tecnología que se desarrollaba dentro de los parámetros de cada era, como el carbón, los engranajes y las grandes maquinarias de vapor. Muchos describirían el lugar como una zona a la que Vox no tenía acceso.

Tal vez por eso Angel estaba allí.

Su reintroducción con Vox había sido bastante buena. Él seguía siendo adicto al trabajo, inmerso en su pecado original, demasiado obsesionado con sus logros para permitirse una vida fuera de su imperio de ceros y unos. Angel ni siquiera podía estar molesto por eso. Esa fue una de las razones por la que le gustó Vox desde la primera vez que fue enviado a él. Un demonio seguro de sí mismo frente a la cámara, un tiburón en los negocios, un letal contrincante y competente Overlord, pero un absoluto inepto cuando se trataba de ser él mismo. Detrás de todas esas máscaras y pretensiones, Angel encontró a alguien fascinado con su presencia y que no sabía qué hacer con Angel más allá de admirarlo, como si él estuviese dentro de la televisión y Vox fuese su más dedicado fan. Por supuesto, Angel siempre había tenido admiradores, era parte del negocio, pero la forma en que Vox lo miró la primera vez fue diferente. Después de todo, sus seguidores lo veían como un producto que podían usarlo, fantaseaban con él y simplemente querían obtenerlo para poder ponerlo en la posición que quisieran y usarlo de la manera que pudieran para luego contárselo a sus amigos. Vox fue reverente, satisfecho con solo admirarlo y encontrando a Angel hilarante por sus comentarios sagaces y bromas astutas. La forma en que Vox hizo cortocircuito y se mostró torpe cuando Angel se sentó en su regazo había sido jodidamente adorable.

Angel disfrutó guiándolo y animándolo, tomando como un reto el vaciar la mente del poderoso Overlord para admitiese que solo era un nerd que sabía lo que hacía cuando la cámara estaba encendida o de negocios se trataba. Había algo fascinante en la sed de información que tenía Vox. Aunque era de esperarse que un titán del entretenimiento y con un imperio en constante expansión tuviese curiosidad innata por las cosas, Angel se sorprendió a que eso se trasladaba bastante bien en la intimidad. A pesar de que Vox era el cliente, este quería pasar horas explorando su cuerpo, entendiendo aquello que lo hacía gritar de placer o le ponía la mente en blanco. Había algo de malicia competitiva en el Overlord cuando lo recostaba boca abajo y lo obligaba a levantar las caderas para ver cuánto podía soportar antes de perder la fuerza de sus piernas y pedir piedad. En el fondo, Angel aspiraba ser el nuevo vicio de Vox, aquel que estaba formado de carne y hueso porque no podía soportar la idea de que fuese así de dedicado con el cuerpo de otro demonio.

Angel quería creer que el Overlord del Entretenimiento se había enganchado con él, a veces solicitándolo para largas sesiones de besos porque resultaba que al aterrador Vox le gustaba que lo acallaran. Y a veces Angel llegaba sin anunciarse y se metía debajo del escritorio de Vox solo para poner su cabeza en su regazo y dejar que este jugara con su cabello mientras hablaban. En otras ocasiones, sus favoritas, Vox solo lo llamaba para ver series de televisión del mundo de los vivos y tener a alguien que lo escuchara hablar sobre la trama y los personajes. Era un juego peligroso, y más aún cuando Mox comenzó con su plan, pero hasta el último día él se dio el lujo de ser una de las pocas personas que podían alejar a Vox de sus monitores.

Pero tuvo que terminar todo cuando Angel fue a rehabilitación. Sin explicaciones. Sin justificaciones. Él simplemente desapareció.

Pero estaba de regreso y en serio extraña a Vox, por estúpido que pareciera. Porque la lógica decía que era muy probable que Angel hubiese sido solo usado y nada más. Pero él quería creer. Aun si eso lo dejase con el corazón en mil pedazos. Él quería creer que había ocurrido algo especial con Vox.

Virtue and ViceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora