Appropriate

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Tener más de un amante era algo regular en el Infierno. Por lo que Millie había investigado en su intento por comprender mejor a Alastor y aquello que los hacía diferentes, esto no era común en la mayoría de culturas humanas, aunque algunos ya estaban actualizándose con el concepto. Por otro lado, ese era el Infierno; no vivían bajo las mismas reglas de reproducción o mantenimiento de la tierra como los humanos.

Pero tener una pareja era algo mucho más serio para los demonios de lo que los humanos pretendían entender. Mientras que los mortales veían la obtención de la pareja como una obligación, una utilidad, una necesidad, una herramienta o una excusa, para los demonios implicaba un interés genuino. Era una sincera declaración de que te importaba la otra persona. O por lo menos eso se suponía. No faltaba el demonio que seducía por interés o, como era de esperarse en el Infierno, estaba en una relación por necesidades tóxicas y destructivas.

Así que sí, tener más de una pareja formal era muy raro. Usualmente eso implicaba que se tenía una pareja y múltiples amantes, pero era raro el demonio que decidía entrar en una relación emocionalmente íntima con más de una persona y ser exclusivos.

Y si Millie era sincera consigo misma, ella jamás creyó que quisiera compartir a alguien. Su familia era maravillosa e indudablemente la amaban, pero siempre había creído que, entre más personas, menos tiempo y afecto recibía cada uno de los involucrados. Por lo menos eso sentía con sus padres, especialmente porque Millie siempre había mostrado interés en hacer su vida lejos del negocio familiar y eso había creado un invisible muro entre ella y el resto de la gente con la que había crecido. Ellos creían que su pasión por hacer algo para ella implicaba que quería estar sola, cuando la realidad siempre había sido muy diferente.

Pero con Blitzø y Moxxie era diferente ¡Obvio que era diferente! Eran... bueno... ellos ¿no?

Cada momento que pasaba con ellos sentía el impulso de simplemente besarlos hasta dejarlos sin aliento, de escuchar a Moxxie durante horas o de reír a carcajadas con Blitzø. Le gustaba el hecho de que pudiera entender ciertas miradas de Mox, como un lenguaje secreto, o que Blitzø actuara como el mejor amigo que jamás tuvo y con quien podía hablar de cualquier cosa.

Le gustaba que Blitzø fuera tan dedicado a otros y tuviera la osadía de ordenarle a Vox que los llevara al departamento de Angel cuando Moxxie los llamó. Pero también la llenaba de una sensación cálida y reconfortante que Mox confiara tanto en ellos como para ponerse en sus manos ciegamente. Era aterrador, pero ella creía que se estaba enamorando de ambos, por razones completamente diferentes, pero indudablemente intensas.

Pero al final de todo eso... era solo Millie y su mente intentando maldecir a su corazón por disfrutar demasiado de esos dos.

Moxxie estaba durmiendo contra su pecho, seguramente agotado por la montaña rusa de emociones que habían vivido. Blitzø estaba a su espalda, abrazándola como si no quisiera soltarlos, y ella rio al sentir sus pequeños besos en su hombro y cuello o la forma en que se volvían mordidas fastidiosas y casi infantiles. Le gustaba eso. Quería eso. Ellos.

Pero no podía negar que era algo muy grande el hecho de que Blitzø tuviera una hija, alguien apenas unos años menor que ella.

¿Estaba lista para tener una relación con alguien que tenía una hija? ¿Eso significaba que debía prepararse para ser una madre? ¿Una madrastra? Millie jamás se había visto como ninguna de esas dos cosas. Ni siquiera sabía qué significaba todo eso. Y sí, Loona era una adulta y estaba trabajando con la alta realeza, pero Blitzø siempre sería su padre, y algo que ella estaba segura es que ella no deseaba pretender que Loona no existía o era algo secundario.

Pero era obvio que era solo ella la que sentía como algo complicado el hecho de que Blitzø tuviese una hija. Porque lo primero que hizo Moxxie cuando el efecto del antídoto hizo efecto, fue preguntar sobre Loona y cómo era Blitzø como padre. Había existido una genuina admiración en Mox por cada una de las respuestas que obtuvo, y eso solo la hizo dudar más... ¿Mox quería hijos? ¿Blitzø quería más hijos? Millie frunció el ceño; no podía creer que hubiese llegado a un punto de su vida adulta donde esa fuese una genuina duda que habitase en su mente o algo que tuviese que considerar si quería seguir con ellos.

Virtue and ViceWhere stories live. Discover now