Capítulo 3 🏎️

1.7K 125 9
                                    

Clarissa:

La estúpida conversación con Brian me había dejado pensando todo el día, y odiaba tenerlo en mi mente. ¿Qué ganaba diciéndome que me amaba? Habían pasado cinco malditos años, nuestra historia ya tenía punto final. 

Pase muchas noches emborrachándome con el objetivo de olvidarlo, pero nada de eso sirvió, al despertar su radiante sonrisa seguía como un latente recuerdo en mi mente.

Intenté fingir que no me afectaba tenerlo de frente después de tanto tiempo, pero sé que fallé completamente. Brian me conocía por lo que no podía fingir sonrisas. Era como si él pudiera leer mis ojos.

Estoy convencida de que nuestra historia ya se acabó, pero si ese es el caso, ¿por qué diablos sentí que volvía a la vida al estar frente a él?

Miro la pantalla de mi celular donde esta su nombre grabado junto a su número. ¿Qué estará haciendo? ¿Estará pensando en mi? ¿En nosotros? Tengo que hacer mi mejor esfuerzo para no presionar el botón que da inicio a la llamada.

Una sonrisa nostálgica se forma en mis labios cuando ingreso a la galería de mi móvil. Estoy sentada en las piernas de Brian con mis gafas de sol puestas mientras él me mira con adoración, como si fuera la chica más hermosa que haya visto. ¿Eso era real o parte de su engaño?

Ni en mis peores pesadillas imagine que iba a terminar de este modo, extrañando a un hombre que rompió mi corazón, y aún estando hecho trizas las pequeñas piezas latían por él.

Me pongo alerta cuando escucho ruido en mi patio, ya es de noche y sé que no pueden ser los chicos. Mi mellizo llevo a mi amiga al cine para que se distrajera. Sujeto la pistola en mis manos mientras camino con sigilo.

—Clary —susurra una voz conocida—. Por favor no dispares.

—Deja de aparecer de las sombras, Dom —lo regaño guardando su pistola—. Un día va a terminar mal.

—No deberías dejar tu puerta trasera abierta —rebate él—. Cualquiera podría entrar.

—La dejé abierta porque sabía que vendrías en algún momento —resoplo—. ¿Qué conseguiste?

—Hay un puesto para trabajar con Braga, se define con una carrera. 

—¿Que gane el mejor? —cuestiono divertida—. ¿O me pedirás que te deje ganar?

—Lo contrario —niega Dom—. Ambos conseguiremos el puesto, solo debemos llegar al mismo tiempo.

—Suena justo.

—¿Nicholas sabe lo que estás haciendo?

—Tengo veintisiete años, no tiene que saber todo lo que hago —respondo relajada—. Además sabes que si hay una oportunidad de correr y romperles el ego a los hombres que me subestiman, la tomo sin pensarlo.

—¿Correrás en el McLaren?

—Tiene mucho significado sentimental —le recuerdo—. Tengo otras opciones. Sigo siendo la reina de las carreras, no puede tener tan solo un auto.

—A veces olvido que eres millonaria —ríe Dominic.

—Hay cerveza en el refrigerador y comida en la nevera. Siéntete en tu casa.

Dominic me regala una sonrisa mientras se pierde en la cocina, yo decido que ya es hora de acostarme por lo que voy a mi habitación.

Abro el cajón prohibido, allí hay varias prendas de ropa, la mayoría son camisetas gigantes. Había ropa de Jesse, León, Vince e incluso Brian. Las conservaba porque me hacían sentir que aún estaban conmigo, pero no las tenía a la vista porque sino me deprimía.

ʙᴇꜱᴛ ʏᴇᴀʀꜱ | ʙʀɪᴀɴ ᴏ'ᴄᴏɴɴᴇʀTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang