𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 11

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Debido al entusiasmo de Taehyung por jugar con los copos de nieve que caían del cielo, llegaron a la cabaña apartada del maestro después de una hora.

—Maestro.— Jungkook dijo llamando a la puerta que se abre inmediatamente.

—Jungkook, ¿qué haces aquí, jóven?— Jungkook retrocedió para mostrar a Taehyung inclinándose ante el anciano. —Oh, entiendo. Tomáis asiento.—

Con la ayuda de su bastón, el anciano se adentró a su casa.
Jungkook colocó su mano en la espalda de Taehyung suavemente incitándolo a entrar primero.

El príncipe observó ese lugar de cerca. No era tan pequeño como parecía desde fuera.

Inmediatamente se podía ver un pequeño altar dedicado a Buddha, lleno de velas y con una alfombra roja al frente, con una pequeña mesa encima, donde el maestro se sentó con las piernas cruzadas.

Al lado estaba una suave cobija donde dormía y un estante con libros polvorientos pero con tapas que fascinaron a Taehyung quien se acercó a observarlos un rato, y luego se sentó al lado de Jungkook en la mesita.

—¿Cómo te llamas?— preguntó el maestro mirando al omega.

—Taehyung, Kim.— el maestro lo observó asombrado, dirigiendo su mirada a Jungkook por un momento.

—¿Kim? Entonces es por eso te enviaron aquí, jóven Jungkook.— hizo una pausa, levantándose y yendo a llevar un poco de té observando la mirada abatida y entristecida del rubio.
Quería que se sintiera cómodo.

—Maestro necesitamos su ayuda.— esta vez habló Jungkook.

—Por el dulce olor de tu omega, puedo deducir que vuestro rey no logró mucho expulsándote del sur.— con una sonrisa le ofrece la taza de té al omega quien lo agradeció inclinando la cabeza y tomó la taza en la mano. —Bebe, es bueno para el cachorro.—

—Gracias.— dijo Taehyung comenzando a sorber su té.

—No es lo que parece Maestro. Sé que puede...— suspiró Jungkook.

—No tienes que explicarme nada. Lo necesitas y el príncipe necesita a su alfa ahora más que nunca.— volvió a sentarse con cuidado. —La verdadera pregunta es, jóven príncipe, ¿cómo llegó aquí en su condición?— preguntó el maestro y Taehyung colocó la taza vacía sobre la mesita.

—Yo... Crucé media calle a pie. Luego conocí a un chico de aquí y se ofreció a llevarme a caballo.— dijo mientras Jungkook se sintió terriblemente herido por no haber protegido como se debe a su omega.

—¿Y este no notó tu olor?— preguntó nuevamente el maestro, mientras que Taehyung negó con la cabeza.

—Poco después de darme cuenta de que estaba embarazado, comencé a tomar hierbas venenosas y supresores. Quería abortar.— Taehyung empezó a llorar levemente y el azabache sintiéndolo tomó su mano y la acarició debajo de la mesa.

—Entiendo. Venga conmigo, su majestad.— el maestro se levantó abriendo una puerta a una habitación que no era notable. Era estrecho, oscuro, iluminado por la luz de la luna que lo iluminaba por la ventana.

Taehyung y Jungkook se quedaron en esta habitación mientras el maestro llevaba algunas velas a la habitación.

—Jungkook, tráeme esa manta y el libro azul.— ordenó el maestro y el alfa obedeció inmediatamente. —Ponlo aquí, bien... Se acueste príncipe.—

Mientras Taehyung se acostó, el Maestro se arrodilló junto al omega mientras Jungkook esperó parado en la esquina para no interferir.

—¿Es un problema si le pido que muestre su barriga, príncipe?— preguntó con cautela, era muy consciente de que los omegas eran muy celosos de mostrar su barriga donde estaba su cachorro.

I'm Already Yours ✧ KookTaeWhere stories live. Discover now