Érase una vez, en un reino muy lejano, un príncipe se vio obligado a elegir un alfa para casarse y compartir el trono.
Pero algo no sale según el plan...
- 𝓝𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓸 𝓶𝓪𝓻𝓬𝓪𝓻𝓽𝓮 𝔂 𝓱𝓾𝓲𝓻 𝓬𝓸𝓷𝓽𝓲𝓰𝓸, 𝓷𝓸 𝓹𝓾𝓮𝓭𝓮𝓼 𝓼𝓮𝓻 𝓶𝓲 �...
Después de la boda tuvieron que comenzar la presentación de la dulce familia real... así que Taehyung rápidamente corrió hacia su padre Seokjin.
—Toma el niño, esperan en el balcón.— Taehyung recogió al cachorro y con Jungkook salieron al balcón todavía con su vestido blanco y con buqué en mano.
—¿Quieres que me lleve al pequeño?—
—No es necesario... Aquí es.— sonrió cuando finalmente llegaron al balcón aplaudidos por toda la gente que ya amaba a los dos futuros reyes y a su espléndido cachorro. Sabían que el reino estaba en buenas manos.
—Woo.— exclamó Jungkook y poco después el bebé comenzó a moverse, pero él pareció apreciarlo. En sus ojitos azules se podía ver la emoción del cachorro.
—Quédatelo un ratito.— colocó al pequeño en la mano del alfa, de pie de espaldas a él con su buque en la mano. —Ahora tengo que tirar el buqué.—
—Claro.— sonrió el alfa mirando la espléndida y esbelta silueta de su, ahora, esposo.
—Uno, dos, tres...— y lanzó el buqué sintiendo la emoción de todos los y las omegas que se apresuraron a atraparlo primero.
—Uy debe doler...— dijo mirando a como se tiraron al suelo, haciéndo reír al omega.
—¿Ahora sabes lo que viene, mi amado rey?—
—¿El pastel?—
—Si... Solo tienes que escojer si quiere el pastel al chocolate o...— se acercó acariciando su pecho con tono conqueto. —Mi pastel especial.—
—¿Puedo hacer ambos?— el omega hizo un tierno puchero de decepción.
—No... ¡Elije!—
—Entonces... deberíamos dejar a Taegguk a Seokjin y luego...— se acercó al oido de Teahyung —...iremos a nuestra habitación adecuadamente.—
El rubio se tensó ante el tono que había usado el alfa y su aliento sobre su piel.
—Entonces vamos...— se mordió el labio mirando cada centimentro del rostro del mayor.
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—¡Espera!— el omega soltó una risilla escuchar cómo Jungkook lo levantó como si fuera un saco de papas y lo llevó a su cámara nupcial.
—Ya esperé demasiado mi dulce Luna.— contestó, y entró a su habitación arrojando al omega sobre la cama e inmediatamente atacando sus labios.
—Ay Jungkook...— rió el menor, dejando el alfa acomódese entre sus piernas para darle la bienvenida.
—Te amo.— un beso. —Te quiero.— otro beso. —Te deseo con toda mi alma.— y lamió sus labios con furor saboreando ese dulce sabor y dulce olor que solo tenía su omega y lo volvía loco.
—Hazme tuyo.— declaró picaro.
Jungkook, sin necesidad de que se lo dijeran dos veces, despojó el cuerpo de su luna de su vestido y comenzó a besar cada parte de su espléndido cuerpo.
