17 - Ella

2 0 0
                                    

No quería hablar de él. No cuando parecía que los años seguían pasando y aquel hecho me seguía afectando. Pero él se había abierto a mí de manera honesta, o eso parecía, así que me saqué un poco las corazas y le conté la historia de manera resumida.

–Nos quisimos. O al menos yo lo quise. Quiero creer que él a mi también.

Sebastián. Había sido mí mejor amigo, compartimos un montón de momentos juntos, muchísimos. Hasta que la adolescencia nos llevó a sentir algo más, a unirnos un poco más y empezar a formar una pequeña historia de amor, de descubrimiento, de primeras veces.

Sebastián había estado en mí vida desde que apenas tengo recuerdos; en cada cumpleaños, en cada comienzo de etapa y cierre, en cada momento de festejo y también de despedida y tristeza.

—No creo que no te haya querido después de todo eso que me cuentas.

—Lo sé. Tal vez solo me quiso de otra forma.

—¿Y qué pasó con ustedes?

—Apenas terminamos la escuela secundaria empezó a estar un tanto raro, había más distancia entre nosotros y un día me citó para decirme que ya no sentía lo mismo por mi. Que el amor se había apagado, que yo merecía a alguien con cariño sincero... y que se había enamorado de su amiga, Rosalía.

—Ouch.

Reí nerviosa.

—Me dolió, pero lo acepté. Terminamos. Ellos siguen juntos, tienen un hijo que es un amor de personita. Esas son las cosas que me hacen ver qué todo pasó cómo debería haber pasado y que estuvo bien así.

—Que bueno que lo veas de esa forma. Aunque imagino que habrá dolido.

Asentí.

—No me he abierto al amor desde ese entonces. Tampoco sé si quiero, o si puedo.

Hizo una mueca.

—Supongo que todo sirve de aprendizaje, pero no es bueno cuando uno se queda a vivir en el dolor.

—Lo sé. No me he quedado ahí, pero creo que se formó cierta coraza en mí interior.

—Estaría bueno que empieces a romperla. La vida también se trata de sentir.

Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)Where stories live. Discover now