63 - Ella

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Ante aquellas palabras, el sentimiento con el que había estado luchando se apoderó de mí consiguiendo su victoria. No podía enojarme, no podía echarle la culpa de nada porque mí cariño ya lo tenía y quizás era eso lo que me dañaba. Me dolía su partida porque ya le había entregado mí corazón y no sabría que pasaría cuando él no estuviera aquí.

Hablamos como siempre, me robó algunas sonrisas y me devolvió un poco de esa alegría que había perdido los últimos días.

Definitivamente, me asustaba que el día de su partida llegara pronto.

—¿Cuándo te irás? —me animé a preguntarle esa tarde mientras caminábamos hacia la costa.

Se hizo un silencio. Pasó un brazo por mis hombros, acercándome a él.

—Aun no lo sé.

Sentí que me mintió y eso dolió.

—Me han dicho que en dos semanas te irás.

Suspiró.

—En dos semanas dejaré de trabajar en el bar. Después veré cuando me voy, pero tendría que ser cerca de esa fecha. Pero no quiero pensar ni hablar de eso, ¿está bien? Quiero que disfrutemos de esto porque me hace mal pensar en el después.

—No he venido estos días porque estaba procesando esa información. Y me dolió mucho. Me dolió que no me contaras y también saber que nos despediremos pronto.

Frenó su andar y giró para observarme.

—No te lo conté porque aun no hay nada definido. Me cuesta poner una fecha aun. Pero si tenía que definir mi último día en el bar, mas que todo para que encuentren un reemplazo.

—Cuando sepas la fecha, ¿me la dirás?

Asintió.

Hice una mueca y él me sonrió.

—El presente es ahora y ahora estamos acá.

—Gracias por regalarme este presente. Te quiero, Waldo.

Aquellas palabras parecieron generar algo en él. Ponerle nombre al sentimiento también tuvo efecto en mi interior.

—También te quiero, Griselda.

Me permití sonreírle y me envolvió en un abrazo que sabía a hogar.

Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora