56 - Ella

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—Los forasteros no tienen buena fama. Seguro está coleccionando aventuras con mujeres también. No lo sé, son suposiciones. Pero es mejor que te cuides.

—¿Dos semanas has dicho?

Me miró confundido.

—Si, él me lo ha dicho. ¿Qué? ¿No sabías?

Se hizo un silencio. Sabía que se iría, pero por un momento

—Bueno, veo que por tu expresión, el dato te ha tomado de sorpresa. Otro punto para que tengas cuidado. Seguro se ha estado aprovechando de ti.

—¡Martín! Basta. Agradezco tus consejos, pero soy una mujer adulta que sabe cuidarse sola.

Me puse de pie y caminé hacia la salida.

—Aun llueve.

—No importa, prefiero irme porque la conversación me está incomodando. Reprogramaré la clase con Facundo, espero que se mejore. Pasaré en dos días a ver como sigue todo. Que sigan bien.

—Griselda, espera. No quiero que te pongas así, de verdad. Te lo he dicho de corazón.

—Y de corazón, te lo agradezco. Chau.

Solo quería huir, correr, refugiarme o dejarme inundar por la lluvia.

Quería huir de esa casa, del pasado, de su voz Y quería huir de la sensación de ahogo que me había atacado desde esas palabras.

Dos semanas.

Dos semanas.

Quince días.

Muchos minutos.

Dos momentos.

Y luego, ¿qué?

El recuerdo, la espera, intentar olvidarlo

¿Por qué no me había dicho que se iría? Se lo había preguntado la noche que pasamos juntos, cuando estábamos armando la carpa. Y me había dicho que no lo sabía, que aun lo estaba pensando.

Y yo había tomado esa respuesta como una posible estadía más larga, como un cambio de planes.

Seguí avanzando bajo la lluvia. Las lágrimas de mi rostro se mezclaron con las gotas de la lluvia. No iba hacia ningún lado, solo quería apagar lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)Where stories live. Discover now