La última noche me invitó a cenar a la casa donde estaba parando.
Era la casa de Raúl, un hombre que había enviudado hacía unos años y solía alojar a personas en las habitaciones de ese enorme espacio en el que vivía.
Esa noche él no estaría, se iba de viaje y podríamos disfrutar juntos aquel tiempo que nos quedaba para estar juntos.
Me puse un vestido y él me recibió con esa camisa azul que se había comprado el día en que nos conocimos.
—Estás hermosa —me dijo mirándome con especial cuidado.
—Amo esa camisa —le dije recordando nuestro primer café y lo especial que había sido aquella invitación, y también mí aceptación.
Me pregunté qué hubiera pasado si el temor me hubiera llevado a decir que no No podía concebir una realidad sin todas las experiencias hermosas que me había regalado el haberlo conocido.
Aquel si me había abierto las puertas a un sentir mágico que no creí que podría experimentar y haber elegido hacer oídos sordos al mañana fue la mejor decisión que había tomado. Porque me había permitido un presente lleno de vida.
Y si bien, en ese momento me invadía la tristeza de la despedida, sabría que jamás me arrepentiría de aquel sí. Y si viajaba al pasado, volvería a aceptarlo todo.
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Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)
Short StoryUn joven arma su mochila y sale de su pueblo con destino a todas partes. Su único objetivo es recorrer el mundo. Una joven de la gran ciudad está viviendo su sueño de ser maestra. En esos años son muy pocas las mujeres que logran tal independencia...