Sopló una brisa fresca que hizo que algunos de mis cabellos revolotearan por su rostro.
Me reí.
Quise hacer eterno ese instante, porque todo sonaba a magia.
Estábamos sentados en un banco observando la costa del lago, él pasando un brazo por mis hombros y yo recostando mí cabeza en ese espacio que parecía ser hecho para mí.
Se estaba tan bien así. Podría hacer hogar aquel instante y quedarme a vivir allí para siempre.
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Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)
Short StoryUn joven arma su mochila y sale de su pueblo con destino a todas partes. Su único objetivo es recorrer el mundo. Una joven de la gran ciudad está viviendo su sueño de ser maestra. En esos años son muy pocas las mujeres que logran tal independencia...