24 - Él

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A medida que las horas avanzaban, la gente se amontonaba más en el bar. Con mi compañero nos dividimos las tareas: uno cobraba y entregaba los pedidos y el otro preparaba. De esta manera logramos avanzar más rápido.

Una vez que logramos organizarnos, empecé a disfrutar de la tarea. Si bien la cantidad de personas incrementaba, estaba muy conforme con el rendimiento que estábamos teniendo. Además, la gente llegaba con muy buen humor, lo que hacía que todo fuera más disfrutable.


En un momento, me crucé con unos ojos que me estaban observando. Me detuve en seco hasta que mi mente logró procesarlo: era ella. Sonreí de manera automática y ella me respondió de la misma forma.

Tuve que obligarme a apartar la vista para continuar con mi tarea. Pero cada tanto, volvía a mirarla.

Me encantaba descubrir que su vista seguía puesta en mi. Me costaba evitar la sonrisa cada vez que confirmaba aquello.

La fila fue avanzando y finalmente llegó su turno.

—Al final has venido.

-–Si, mis amigas me han convencido.

—¿Qué tomarás?

—Piña colada, ¿puede ser?

—Por supuesto, sale la orden de piña colada para mi guía turística favorita.

Rió.

—No lo des por sentado.

—¿Has decidido que no me acompañarás?

—No, digo lo de favorita.

—No tengo dudas de eso. ¿Cuándo comenzamos?

—No lo sé, ¿cuándo tienes libre?

—Buen punto. Tendré que avisarte. El dueño del bar quiere que atienda un tiempo en el del centro. ¿Sabes cuál es?

—Si, tiene el mismo nombre. Queda cerca de la escuela.

—¿En serio? Me gusta esa ubicación. ¿Vas seguido?

—No mucho... Pero siempre se puede hacer algún cambio.

—Entonces puedes pasar por ahí y organizamos los paseos por la ciudad, ¿te parece?

—¿Cuándo empiezas?

-–Aún no lo se, supongo que mañana me confirmará. Así que si vienes de nuevo a la fiesta, podemos hablarlo y si no, nos vemos algún día en el bar del centro. ¿Te parece?

—Me parece.

Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)Where stories live. Discover now