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Tu y tu padre miraron a Iguro, tu rezabas por dentro para que aquel joven te ayude mientras tu papá trataba de soltarse

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Tu y tu padre miraron a Iguro, tu rezabas por dentro para que aquel joven te ayude mientras tu papá trataba de soltarse.

Sera mejor que me diga ahora si no quiere que esto pase a mayores... — Amenazo apretando más fuerte su brazo, al punto que soltó un quejido de dolor.

Todo esto n-no es de tu incumbencia, mocoso. — Rechisto apretando los dientes, sin embargo aún así el pilar no lo dejo ir.

Oh....pues si es de mi incumbencia, si no lo fuera no me metería... — Agregó, se acercó más a el mirandolo de una forma muy amenazante y oscura.

El padre se sintió con miedo, pero obviamente no lo demostraria, siguió mostrando su lado valiente.

Sueltame maldito imbecil o... -— No acabo de hablar ya que Obanai lo interrumpió.

¿O si no que...? — Ladeo la cabeza, el y su Serpiente lo estaban mirando molesto, algo que le dio escalofríos al señor. — Enserio no me gustaría golpearlo señor...aunque con gusto lo haría si-

El pilar no acabo de hablar, ya que se había distraído y ante eso recibió un golpe bastante fuerte y con mucha potencia en su mejilla, tanto que lo hizo perder el equilibrio y caer al suelo, provocando que también soltara a tu padre.

¡Noo! — Te alarmaste al verlo en el suelo, cuando ibas a correr hacia el para ver si estaba bien tu padre te agarro del brazo y te comenzó a arrastrar fuera de ahí. — ¡Chico, ey! — Empezaste a gritarle pero este no respondia. — ¡Padre, no, sueltame!

¡Callate, nos iremos de aquí y las vas a pagar cuando lleguemos a la casa! — Te Amenazo tirandote del pelo en el proceso, soltaste un pequeño grito de dolor.

Segundos después, Obanai había recuperado aunque sea un poco la consciencia, con ese golpe ya se habría desmayado pero como era pilar tenía una gran resistencia.

Al ya no verte, Iguro se alarmó demasiado, se levantó y aún con la nariz sangrando y sangre en su barbilla comenzó a correr con rapidez hacia al frente con la intención de buscarte.

Finalmente, logró ver a tu padre adentrándose al bosque, este te agarraba y arrastraba del cabello, se notaba claramente tu dolor, el cual al verlo el pelinegro apretó su puño.

Ese hijo de perra las pagará... — Pensó, para después correr persiguiendolos.

●●●●●

¡Padre, duele, por favor ya detente! — Pediste con lágrimas, ese insoportable dolor volvió a aparecer y obviamente no te gustaba, no lo soportabas.

¡Que te calles! – Grito tu padre jalandote más fuerte del cabello, comenzaste a llorar más pues el dolor era mucho, tanto que sentías que te arrancaría el cabello en cualquier insoportable segundo.

De pronto, lograste alcanzar a ver a una figura masculina corriendo hacia ustedes como si estuviera persiguiendolos, te asustaste al principio pero segundos después notaste que era aquel chico del pueblo, sonreíste y tu esperanza volvió al verlo.

Este te hizo una seña de silencio en cuanto posaste su mirada en el, asentiste y le volviste a pedir ayuda con la mirada.

¡Las pagaras maldita! — Te volvió a gritar, apretaste los ojos tratando de aguantar el dolor pero te fue imposible.

Así siguió arrastrandote y Obanai siguiéndolos hasta que tu padre llegó a la casa, te fue bastante doloroso tener que aguantar todo eso, ni siquiera tu sabías cómo lo lograste sin desmayarte en el camino.

Tu padre te arrastro nuevamente por toda la casa mientras tu le suplicabas que no te hiciera nada, el miedo recorría todo tu cuerpo nuevamente.

Aver si con esto aprendes. — Informo antes de lanzarte sin ningún cuidado hacia un cuarto oscuro.

Al impactar soltaste otro grito de dolor que fue escuchado por Iguro, quien se volvió a alarmar, rodeo tu casa con la intención de descubrir en que habitación estabas.

¡Padre, por favor no me hagas esto! — Te levantaste con debilidad, te arrastraste hacia la puerta la cual cerró antes de que la tocaras. — ¡NO, PADRE POR FAVOR! ¡SACAME DE AQUI, NO QUIERO, NO QUIERO! —

Gritabas demasiado fuerte y desesperada mientras golpeabas la puerta, esto provoco que Iguro por fin descubriera en que habitación estabas debido a la potencia de tus gritos.

Te déjare aquí hasta mañana en la mañana, espero que vayas a aprender la lección.. — Agregó antes de cerrar la puerta...

Con más razón gritaste por ayuda, segundos después supiste que ya no vendría, entonces te dejaste caer sobre el suelo y comenzaste a llorar ahí...

Mientras tanto, en la ventana de ese lugar se podia ver a Obanai asomándose lentamente, la ventana era tan pequeña que apenas se veían sus ojos.

¿Donde estas....? – Te busco con la mirada hasta que finalmente te encontró llorando en el suelo, se alarmó, pero supo que no iba a caber ahí ni tu. — Ay carajo.....—

Te vio por unos segundos más, escuchar tu llanto tan doloroso y quebrado le hizo sentirse bastante mal, y verte encerrada en esa habitación a oscuras y para nada limpia le recordó a su infancia......, sintió una extraña sensación al recordarlo, al punto que soltó varias lágrimas....

No déjare que esa niña pase lo mismo que yo....la salvare y la convertiré en mi aprendiz... — Susurro mientras se limpiaba las lágrimas, recordar su infancia le dolió bastante pero más al verte en ese estado...

En eso, Kaburamaru trato de entrar por la ventana, le farfullo a Iguro como si le estuviera diciendo algo.

Nhh...tienes razón, tu si cabes en esta ventana...pero ten cuidado con no asustarla. – Dejo que su Serpiente se deslizará sobre la ventana, la cual bajo hasta llegar al suelo.

Tu al sentir un tipo de ruido, volteaste hacia el lugar donde provenía encontrandote con una Serpiente albina.

Al principio te alejaste repentinamente debido al miedo, pero esta se acercaba a ti con intenciones buenas, así que con algo de curiosidad dejaste de retroceder.

Ey....¡eres la Serpiente del chico del pueblo! — Descubriste asombrada, esta se acercó a ti y tu acercaste su mano a ella. — ¿Sabes donde esta? – Tan tonta tu le preguntabas como si te fuera a contestar.

Esta se acercó a tu mano y se froto contra ella dándose a sí misma mimos, sonreíste de ternura ante esto.

De alguna forma aquella Serpiente te hacia sentir bien, segura....no tenía intenciones de morderte.

Y lo que más te emocionaba, era que estabas 100% segura que era del chico pilar, así que pensabas que probablemente ya esta aquí...solo le pedías a Dios que te sacara de aquel infierno.

solo le pedías a Dios que te sacara de aquel infierno

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De mi propiedad | Iguro Obanai yandereWhere stories live. Discover now