De mi propiedad | Iguro Obanai yandere

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[NARRA IGURO]

Mis gruñidos y jadeos eran lo único que se escuchaba en aquel baño mientras seguia moviendo mi mano en mi miembro de arriba a abajo, aun tenía mi cabeza inclinada hacia atrás.

Maldita sea, era mi primera vez masturbandome y ya se porque lo hacían, se sentía tan jodidamente bien y más placentero si lo haces pensando en alguien que te gusta.

No podía dejar de hacerlo, ya era mi cuarta corrida, ¿pero que podía hacer? Mientras más pensaba en Suyen más eran mis ganas de no parar.
Además, mi miembro todavía estaba erecto, a pesar de atenderlo durante este tiempo aun no se....ya saben, no podía volver a vestirme así.

De repente, dejé de mover mi mano cuando escuché pasos por el pasillo, traté de ya no gruñir o jadear de la excitacion que tenia, guarde silencio para que no se enteraran que estaba ahí.

— ¡Iguro! — Mierda....era Suyen, me estaba buscando.

¿Ahora que le pondré de excusa?

Algo en mi me decía que no la dejara preocupada por saber donde estoy, tenía que salir de una vez..., aunque...carajo se me dificultará mantener mi bulto escondido.

Como pude me levanta, limpie mi masculinidad quitandole el semen que resbalaba de este y me vestí, cuando ya no escuche a Suyen, ahí si fui cuando salí del baño.

— (Carajo....mi miembro no se baja....) — Maldije para después empezar a caminar por los pasillos, mi mano usaba una tira del haori para taparlo. — ¡Suyen! —

Yo también empece a gritar su nombre, al dar la vuelta en un pasillo, ahí fue donde la vi, tenía a Kaburamaru enrollada en su rostro, joder, se veía demasiado tierna, sentía que se me pondría más duro....

— ¡Iguro! ¿Donde estabas? Te estaba buscando por toda la finca, pero no te encontraba.... — Sollozo mientras se acercaba a mi. — Kaburamaru también estaba triste! —

Mire a mi serpiente y esta también tenía sus ojos decaídos mientras asentía.

— Perdónenme, pero tenía que hacer algo, estaba fuera de la finca, pero volví! Eso es lo importante. — Agregue mientras extendía mi mano al cuello de Suyen, donde Kaburamaru aprovecho, se deslizo sobre ella y ahora se enrollo en mi cuello de nuevo.

Note como Suyen miraba con algo de tristeza a mi serpiente.

— Ahh...esta bien, me preocupaste! Por favor, dime para la próxima a donde vas a ir. — Vaya, vaya....¿así que estabas preocupada por mi? Eso....me pone más duro, mierda! Mejor deja de decirme esas cosas!

Note como te acercaste a mi a abrazarme, ya no te podía alejar ni nada por el estilo, ya me habías abrazo.

Carajo....