Tu infancia nunca fue fácil, tus padres no te querían, te golpeaban todos los días, simplemente un infierno.
No fue hasta que tú padre decidió venderte, pero jamás esperaste que en el pueblo ambos se toparan con un pilar quién está decidido a salvar...
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31: Iguro Obanai, el pilar que desapareció
Iguro sintió todo su cuerpo cambiar y arder de una manera insoportable, que hizo que este comenzara a gritar de dolor y rasguñar el suelo con tal de soportarlo pero le era imposible.
De repente, aquel dolor desapareció, este abrió los ojos viendo sus manos y el suelo con una vista leve borrosa, miró a todos lados, le costaba procesar recordar él donde estaba y porque, se tocó el rostro sintiendo una textura diferente a la piel humana, noto que tenía colmillos y su cicatriz en su boca había desaparecido, se tocó el cuello dándose cuenta que Kaburamaru seguía ahí, también convertido en demonio.
Este se levantó con dificultad, sintiendo de repente una hambre difícil de controlar y una sensación de sadismo y maldad lo gobernó rápidamente.
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— No me acuerdo quien eras... pero aún así lamento lo que pasaste. — Muichiro comentó mirándote con lastima.
Fue a visitarte con unas flores a la finca mariposa, aunque más bien Gyomei lo obligó diciéndole que tenía que hacer eso por amabilidad, pero aún así no se sentía disgustado por estar ahí.
— Gracias.... No sé si pueda superarlo... — Susurraste y miraste al suelo con preocupación.
— Por lo que escuché, cuando regresé de su misión lo van a ejecutar... debo admitir que me alegra, nunca me cayó bien y menos por lo que te hizo. — Se encogió de hombros antes de dejar las flores en un estante cerca de ahí. — Si necesitas apoyo o ayuda, aquí me tienes. –
— Siento que todo es mi culpa... tengo miedo. — Lo miraste con los ojos llorosos, te estabas aguantando las ganas de llorar. — Si Esque viene... o pasa algo y escapa.... Vendrá por mi de nuevo, no- —
— No dejaremos que eso pase. — Aoi agregó de repente, había escuchado todo y después camino hacia ustedes. — Suyen, lo que pasaste realmente es malo, te admiro por haber aguantado y tener el valor de contarnos todo, y en cuanto a Iguro, estoy segura que fue a una misión a un pueblo, entonces no sabe nada de la ejecución, cuando venga lo agarraremos de sorpresa y tu sufrimiento terminará. —
Ante sus palabras sin duda te sentiste más tranquila, se te vino a la mente de forma vaga que prácticamente era muy difícil que el pilar lograra escapar entre tantos pilares qué hay, sin duda lo que había dicho Aoi fue un abrazo a tu corazón.
— ¿Y el bebé? Aoi, yo ya te había dicho que no quiero tenerlo... – Susurraste en tono triste y agarrándote tu estómago.
