Tu infancia nunca fue fácil, tus padres no te querían, te golpeaban todos los días, simplemente un infierno.
No fue hasta que tú padre decidió venderte, pero jamás esperaste que en el pueblo ambos se toparan con un pilar quién está decidido a salvar...
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En aquella cocina, se podía apreciar a la pilar del insecto, quien esperaba pacientemente a Kyojuro, ansiosa de escuchar la respuesta de Suyen ante la invitación a una cita de parte del pilar.
Pero, de repente, vio al peliamarillo con puntas rojas bajar de las escaleras con sus ojos llorosos y con la mirada baja, como si no quisiera hablar con nadie.
- ¡Kyojuro! ¿Que es lo que pasa? ¿Que te dijo? - Le pregunto al nombrado persiguiendolo.
Este no le contesto, solo siguió caminando a la vez que se escuchaba claramente sus sollozos.
- ¡Kyojuro! - Lo volvió a llamar ahora más preocupada.
- ¡Déjame solo, Shinobu! - Le grito a la pilar sin verla.
Ante su favor, la nombrada se detuvo y lo dejó de seguir, solo se le quedó viendo con el ceño fruncido como se alejaba hasta salir se la finca.
¿Pero que había pasado? Esa era la única pregunta que retumbaba en su mente sin dejarla en paz.
Volteo a ver al piso de arriba, pensando que tal vez Suyen había rechazado la cita con el, seguido acto siguió al pilar de la llama para consolarlo.
- ¿¡Pero que mierda te pasa, Iguro?! - Se podían escuchar unos gritos en aquella habitación, donde se podía ver a Suyen molesta, bastante molesta con el nombrado, quien estaba frente a ella.
- ¡Callate, maldita sea! Nos escucharan! - Agregó, tratando de callar a la menor quien hasta lloraba del enojo.
El mayor se quiso acercar a la ojiverde pero esta retrocedió.
- Aléjate de mi... - Exigió, mirándolo con odio puro.
¿Que como habían llegado a esto? Fácil, cuando Iguro la beso, por alguna razón Suyen volvió a tomar su consciencia, recordando la pelea que habían tenido el día anterior.
"Aléjate de mi..."
"Aléjate de mi..."
"Aléjate de mi..."
Esas palabras dolorosas comenzaron a molestar al pelinegro, quien no pudo evitar retroceder, con su corazón destrozado y mirando con el ceño fruncido a la ojiverde
- ¿Que me aleje de ti? - Pregunto, y, cuando vio a Suyen asentir, sintió un inmenso enojo recorrer y gobernar todo su cuerpo al instante.
Incluso, a la menor le dio algo de miedo como su mirada cambió a una más amenazante, retrocedió, con miedo de que el pilar le hiciera daño.
- Oh...mi querida Suyen... - Hablo, con el tono de voz más serio y acercandose con pasos lentos a ti. - No puedes hacerme esto....¡iniciemos desde el principio! ¿Quieres? -
Trato de tomar sus mejillas, pero antes de que lo hiciera la ojiverde le dio una cachetada por puro instinto bastante fuerte, al punto que lo hizo retroceder y su mano quedó marcada en la mejilla de Obanai.
