Tu infancia nunca fue fácil, tus padres no te querían, te golpeaban todos los días, simplemente un infierno.
No fue hasta que tú padre decidió venderte, pero jamás esperaste que en el pueblo ambos se toparan con un pilar quién está decidido a salvar...
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Iguro y tu se encontraban caminando por un camino rocoso y despejado, tu venias comiendo tus dangos con felicidad, la verdad que sabían super deliciosos, nunca antes los habías probado.
— ¿Están ricos? — Iguro te pregunto, tu asentiste con una sonrisa adornando tus labios.
— Deliciosos, nunca antes los había probado... — Dijiste para después darle otra mordida a uno de los dangos. — Me encantaron, muchas gracias Iguro! —
— Te mereces eso y mucho más, Suyen. — Te agarro del hombro y te dio unas leves caricias ahí, te pusiste tensa y nerviosa ante su tacto. — Dios....me da mucha tristeza y culpa el no haber llegado antes, quizá si lo hubiera hecho hubieras tenido una vidamás feliz.... Realmente lo siento. —
Se disculpo contigo con la mirada al suelo y su aura un poco triste. Te dio bastante lastima verlo en ese estado, el haberse culpado así no tenía sentido, no era su culpa que tuvieras una infancia de mierda.
Pero, también te sentías algo feliz con el hecho de que se estaba preocupando bastante por ti, ahora comenzabas a verlo como figura paternal.
— No te culpes así, Iguro, no es tu culpa. — Te acercaste a el y apoyaste tu cabeza sobre su hombro, algo que lo puso sumamente nervioso. — No importa si llegaste tarde, lo que importa esque me salvaste de ese infierno que vivía, y estaré en deuda contigo por lo que resta de mi vida..... —
Ante tus palabras Iguro abrió levemente los ojos sorprendido, por alguna extraña razón sintió una tranquilidad y emoción cuando te escucho decir que estarías en deuda con el por lo que restaba de tu vida.
— (Así que es así....que satisfacción..) — Pensó mirandote de reojo, tu mirabas al frente mientras le dabas otra mordida a tu dango, realmente sabía delicioso, era la primera vez que comías algo así. — Gracias por tranquilizarme más, Suyen...y no es necesario que estés en deuda....yo te salve porque quería, no porque buscaba algo a cambio. —
Aunque sea difícil de creer había sinceridad en sus palabras, además era su labor como pilar salvar a los demás, aunque también deseaba que siguieras diciéndole que estarías en deuda con el, quería escucharte decir eso una vez más.
— Aun así, si necesitasalgún favor....puedes contar conmigo. — Hablaste para después cerrar tus ojitos unos segundos.
Con tus palabras Iguro se puso más nervioso y su sonrojo se hizo más grande, estaba confundido, ¿porque pasaba esto?
— ¿Quieres, Iguro-san? — Al escuchar tu pregunta este volteo y tu pusiste uno de los dangos en su rostro. — Tu los compraste...me sentiria culpable si no los pruebas... —
