𝙺𝙰𝙿𝙸𝚃𝙴𝙻 10: REB & VoDKa (segunda parte).

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{Dylan Klebold}

—buenos días, dormilón— susurro en su oído.

Él (como siempre) responde agresivo, tapando su cabeza con una pequeña almohada—cállate y déjame dormir, imbécil.

Bufó —con razón nadie te quiere, Eric.

Él se levanta abruptamente —¿¡Qué estamos haciendo en mi cama!?— tapando su torso desnudo con la esquina de una sábana.

—sólo te quedaste dormido, así que te cargué en mis brazos para traernos hasta aquí para dormir más cómodos— me mira confundido y aprovecho la oportunidad para robarle un pequeño beso— levántate, enano maldito, debemos ir a clases.

Eric vuelve a acostarse, se gira sobre su lado derecho envuelto en las sábanas y coloca una almohada en su cabeza. Yo ruedo los ojos divertido para incorporarme y quedarme sentado en el borde del colchón, me dedico a observar la brisa que acaricia las cortinas del cuarto y la luz invadiendo el lugar: observo el sol aparecer por el este de Littleton, Colorado.

Me estiro, bostezo y me levanto para buscar mi ropa con el fin de pasar al baño de la habitación. Procedo a cerrar la puerta gentilmente, dejar mi ropa en un estante y sacarme mi remera.

Al hacerlo, veo en el espejo lo que más odio: mi imperfecto cuerpo desnudo.

Veo con tristeza el reflejo de mi huesuda cadera, mis notables costillas y mis desagradables cortadas. Mis labios tiemblan al sentir un sollozo exigiendo manifestar dolor, pero lo reprimo.

Para evitar más sufrimiento, tomo mi remera para cubrir el espejo. Suspiro cansado, a continuación me dirijo a la ducha, abro la llave y dejo que el agua corra; en instantes el baño es cubierto por vapor pero no le tomo importancia, me adentro en la ducha y disfruto del agua caliente recorrer cada fibra de mi ser, quemando en las cicatrices de mis cortadas.

Tomo el shampoo y coloco una porción en mi mano derecha, la misma la distribuyo uniformemente en mi dorado cabello para luego enjuagarlo. Repito el procedimiento con el acondicionador pero mientras lo dejo actuar me enjabono el cuerpo utilizando una esponja cuadrada amarilla, ahora cierro la ducha y tomo el regador de mano: con él repaso mi cuerpo cubierto de espuma.

—hey Dyl, olvidaste tus bóxers en mi sót- oh mierda— Harris entra al baño y me ve totalmente expuesto por unos segundos pero alcanzo a darme la vuelta para no mostrar mi torso lastimado, espío sobre mi hombro derecho —uff, hace calor aquí ¿No crees?— dice casual, apoyando su hombro en el marco de la puerta y cruzándose de brazos.

—eric, por favor vete: déjame solo— no quería que descubriera mis cortadas.

Lo veo confundido, tal vez él no esperaba esa petición de mi parte pero su rostro se contrae denotando enfado. Tuerce la boca, se reincorpora y cierra la puerta violentamente.

A veces olvido lo inestable que puede llegar a ser REB emocionalmente...

Suspiro pesadamente y me sigo enjuagando. Paso el regador lentamente por mis hombros, luego mi torso, desciendo hasta mi abdomen para finalmente bajar hasta mi zona íntima: me relajo en el proceso y disfruto de la calma que me otorga una ducha matutina.

Cierro la llave, concluyendo el baño y salgo de la ducha. Me doy cuenta que no había traído una toalla —¡Eric! ¡Préstame una toalla!

—¡Púdrete, Dylan!— grita desde el otro lado de la puerta.

Sonrío ante su actitud tan infantil —¿Acaso quieres verme desnudo?— ataco burlón.

El silencio se hace presente en el ambiente unos segundos, oigo sus pisadas rápidas marcharse se la habitación, escucho el ruido de la pesada puerta corrediza de algún mueble de madera abrirse, luego cerrarse, escucho sus pasos acercarse rápidamente y finalmente abre la puerta del baño y arrojarme la toalla. Vuelve a cerrar la puerta sin darme tiempo a agradecerle.

¿𝑨𝒖𝒏 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒃𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒂? | Dylric Donde viven las historias. Descúbrelo ahora