𝙺𝙰𝙿𝙸𝚃𝙴𝙻 14: La pregunta

137 9 33
                                    

DOS SEMANAS DESPUÉS

{Dylan Klebold}

Prendo el horno y lo pongo a fuego mínimo —en serio eres un idiota.

Eric termina de poner unos champiñones encima de una pizza —¿Vas a explicarme o seguirás burlándote?

Tomo la pieza y la pongo en la parrilla del horno para luego cerrar el mismo —Susan estaba tirandote indirectas para que seas su pareja en el baile de graduación.

Él termina y lava sus manos pues había sido descuidado con el uso de la salsa de tomate —yo fui al grano, Dylan— respondo y me pongo rojo porque él estuvo espiando en la conversación.

VoDKa ríe, me conoce bien y sabe lo que pasa por mi mente —oh si, lo sé y luego te quejas de que eres virgen.

Me mira mal —tú también eres virgen, tal vez porque las chicas saben que tu altura es inversamente proporcional al tamaño de tu pene.

Frunzo el ceño y me cruza de brazos —hasta para insultar eres un rarito, REB.

Alza los hombros —no era para que te enojes tanto ¡Solo mírate! Estás echando humo por las orejas por un simple chiste.

—¿De qué hablas? Estoy bien.

Ambos abrimos los ojos como platos cuando nos damos cuenta de nuestro error, volteamos y vemos con horror un humo negro proveniente del horno que invade toda la cocina.

Eric se pone unos guantes gruesos de cocina aptos para sostener y transportar materiales calientes —y luego yo soy el idiota— abre el artefacto, luego toma la pizza y la saca en perfecto estado.

Inclino la cabeza, confundido —¿Qué pasó?

Exhala —un poco de queso cayó encima de la leña, eso provocó el humo.

Tomo una plancha de cartón fino, doblo los bordes hacia dentro y armo una caja de color blanco con el logo del restaurante. Eric depositó la pizza en su interior y ensamblé las correspondientes esquinas para que esté lista para el delivery: de ésta forma, el calor que la pizza desprende es aislado por el material corrugado.

El teléfono sonó, le hice saber a Eric que yo me encargaría de contestar la llamada —buenas noches ¿Qué puede ofrecerles Black Jack's Pizza?

Harris busca algo en el bolsillo de su delantal, una libreta donde llevaba contados la cantidad de pedidos que teníamos aquella noche y me la ofrece para anotar el encargo. Una vez finalizada la llamada, leo lo anotado en ella —según la comanda, falta una de anchoas y hojas de albahaca, una con pimientos y ahora una con cebolla y aceitunas... uff, ojalá nunca nos toque hacer una con ananá o kiwis— seco el sudor con mi antebrazo.

El castaño ríe —esa gente debería morir en NBK ¿No, voDKa?

Hago una línea con mis labios —Eric, habíamos acordado no hablar de ese tema. Se supone que éste trabajo es un escape de Columbine, no quiero pensar en los niños con zapatos caros.

Reb me mira fastidiado —es un jodido chiste, Dylan.

Ruedo los ojos  —Ya, prepara las pizzas así terminamos con esto así me voy a casa.

—tú también trabajas aquí ¿Por qué no me ayudas a amasar las pizzas y cierras tu boca?

Pongo cara de póker —mierda, odio cuando tienes razón.

Cuando ya habíamos preparado, cocinado y guardadas las pizzas en sus respectivas cajas nos dirigimos a mi auto para repartir los pedidos. Con la llave en mano abrí la puerta del acompañante por Eric, ya que éste llevaba todos los encargos —¿No era más fácil hacer dos viajes para traer cómodamente los pedidos que traerlos todos al mismo tiempo?

¿𝑨𝒖𝒏 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒃𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒂? | Dylric Where stories live. Discover now