𝙺𝙰𝙿𝙸𝚃𝙴𝙻 19: Renacimiento.

118 13 90
                                    

Eric Harris.

Una terrible jaqueca ataca mi cabeza haciéndome levantar de la cama hasta quedar sentado, confundido comienzo a analizar mi entorno: estaba solo en aquella habitación lúgubre, conectado al suero mediante vía intravenosa y vestido con una bata blanca con cruces médicas celestes mal atadas que tapaban mal mi cuerpo además de unos calcetines blancos.

En mi mano derecha se hallaba una pulsera.

Tallé mis ojos con las palmas de mis manos y volví a abrir los ojos, parpadeo varias veces tratando de acostumbrar mis ojos a la leve luz del atardecer que se cuela por la ventana, miro fijamente la pared un largo rato para ordenar mis pensamientos: había regresado de las garras de la muerte y estaba aquí para cumplir mi destino.

Pero no podía llevar a cabo mi hazaña solo, tenía que perdonar a Dylan; el pensarlo retuerce mi estómago porque no suelo dar segundas oportunidades y VoDKa es la persona que menos merece ese favor.

Exhalo pesadamente y con tristeza veo mi demacrado reflejo en el viejo e inutilizable televisor frente a mi cama. Miré a mi izquierda y noté que había un plato con comida fría acompañada de un vaso de agua; con hambre y duda pruebo la ensalada, luego consumo el pedazo de carne que sorprendentemente estaba increíble y finalmente comí la clara de un huevo duro hervido y tiré la yema a la basura. De un trago tomé el vaso de agua.

Saqué las sábanas de encima mío y con dificultad me siento en el borde de mi cama para que éstos cuelguen como forma de relajarlos, muevo lentamente mis tobillos y de forma independiente mi dedo pulgar de los otros restantes. Formo círculos, números y letras en el aire para catalizar la recuperación de los movimientos más básicos, finalizando aquello pego un brinco de la cama para caer estrepitosamente al frío suelo de ásperas y grises baldosas.

Débilmente me levanto utilizando mis brazos que eran lo único que respondían a las órdenes de mi cerebro, mis piernas aún están dormidas —mierda, puto hospital— desde el rabillo del ojo pude notar una cucaracha peligrosamente cerca —jódete tu también— corre hacia la pared y se esconde en una de sus grietas.

Ayudándome de la propia camilla logro erguirme y camino sujetandome de esta para recuperar la capacidad de caminar. Doy unos cuantos pasos para acostumbrarme y poco a poco me independizo de ella y decido divagar en la habitación ya que no tenía otra cosa que hacer, a excepción de ir al baño.

Luego de volver a la normalidad junto valor para dirigirme a la puerta y abrirla: me encuentro un pasillo con varias puertas e intuyo que detrás de ellas hay otros cuartos, éste se desvía hacia la izquierda y me aventuro a explorarlo; en eso noto que entra luz natural, lo que indicaba la presencia de una ventana. Al observar a través de ella, mis ojos se abren como platos al notar que estoy a gran altura, aproximadamente me encontraba en el tercer piso del hospital.

Trago grueso, no sería fácil escapar.

Cada habitación tiene un cartel que extrañamente no logro leer, forcé mi vista al máximo obteniendo resultados negativos. No le di importancia y seguí moviendome como pude para escapar de esa sensación de estar en los backrooms, veo cámaras de seguridad instaladas en cada esquina y me percato que estoy en bata y que esta no me quedaba bien: rogaba porque quienes vigilaran las cámaras no me vean el trasero.

Arriba de la ventana hay un reloj pero tampoco puedo distinguir qué hora indicaban las agujas, veía desenfocado y mi sentido horario estaba bastante desajustado.

«¿Por cuánto tiempo estuve en coma?».

Mi cuerpo temblaba de debilidad pero continué con mi recorrido. Escucho pasos pesados subir por las escaleras, intento correr pero mis piernas fallan y caigo duramente al suelo. Los pasos se apresuran y sin otra alternativa me arrastro por el frío suelo para intentar alcanzar un mueble que me permitiera pararme nuevamente: cada vez están más cerca, asustado uso toda la energía que me quedaba.

¿𝑨𝒖𝒏 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 𝒃𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒂? | Dylric Where stories live. Discover now