Capítulo 9

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Narra Damien.
Este bastardo tiene la audacia de mostrarme su cara de nuevo... Sí no hubiera sido por la inmediata reacción de Elodie, me habría lanzado por él. Mi licántropo exigía su sangre, la sangre del hombre que había herido mi compañera. Pero Elodie era más importante. Estaba aterrorizada, y sabía que si cambiaba e iba por Jordan, le marcaría mentalmente aún más. Agarrando su mano, esperaba darle la tranquilidad que necesitaba. Las chispas salían de mis dedos, y solo esperaba que fueran suficientes para mantenerla tranquila y para demostrarle que nunca la dejaría ir.
- ¿Mi hermano te robó tu pareja?- pregunto Adonis.
Pude ver que tanto Adilah como Adonis se pusieron tensos, sus licántropos presionando para cambiar y vengar a eludi. Claramente tampoco les gustaba Jordan.
- Si, es cierto. Me la robó.- Jordan me miró fijamente, sin pestañear.
Este tipo era estúpido o realmente, realmente estúpido. Estaba desafiando a un licántropo por la pareja destinada del licántropo. Cualquiera podía ver que Elodie era mi compañera. El hecho de que no hubiera corrido directamente a los brazos de él y se hubiera quedado conmigo era un claro indicio.
- ¿Cómo puedes probarlo?- Adonis preguntó.
Jordan estaba tranquilo. Demasiado calmado.
- Elodie. Ven.- dijo, haciendo un gesto con los dedos para que se uniera a él.
Elodie se tensó y me miró punto me limité a sonreírle, esperando que supiera que estaba a salvo conmigo. Volvió a mirar a Jordan y negó con la cabeza. Parecía que Jordan no se lo esperaba. Frunció el ceño.
- Elodie. Ven aquí ahora o las consecuencias serán graves.- gruñó.
Esta vez mi hermano se puso en tensión, listo para pasar al ataque. A nuestro alrededor, los guardias reales estaban preparados para cambiar y proteger a su rey. Elodie dudó, pero esta vez miró Adilah. Adilah se limitó a darle una sonrisa tranquilizadora y Elodie se volvió hacia Jordan. Volvió a negar con la cabeza.
- ¿Qué fue eso, Elodie? ¿Quieres que te encierren?- Jordan miró fijamente a Elodie.
Parecía que eso era suficiente para mi hermano.
- Basta.- grito Adonis, haciendo que Adilah y yo saltaramos de la sorpresa. Sentí que Elodie se estremecía y se escondía detrás de mí.
Si, cuando estaba enfadado, Adonis podía asustar a un licántropo también.
- ¿Así es como demuestras que alguien es tu pareja? ¿Amenazandola y llamándola como si fuera un perro?- escupió Adonis-. No tienes pareja según creo yo, y por lo tanto no tienes derecho a decir que mi hermano te robó tu pareja. Está claro que tú le robaste su pareja y debo castigarte por ello.- continuó.
Adonis lo fulminó con la mirada y, finalmente, Jordan tuvo alguna reacción. El ligero miedo en sus ojos me hizo sonreír. Nadie podía permanecer impasible cuando mi hermano se enfadaba. Exctó tal vez Adilah. Ella solo se enojaría de vuelta.
- Déjame decirte algo, chucho, algo muy importante.- Le espetó Adonis a Jordan-. Has traicionado la confianza de esta pobre mujer; la has hecho sufrir, pero ella no se romperá.- dijo Adonis-. He aprendido que las mujeres son mucho más fuertes que cualquiera de nosotros, especialmente tú.- continuó-. Elodie prosperará como compañera de mi hermano; te demostrará que tus palabras no le afecta y eso será el mayor golpe a tu ego.
Asentí con la cabeza. Adonis tenía toda la razón. Elodie no se rompería, sino que crecería. No dejaría que se ahogara, y sabía que mi familia tampoco lo haría.
- Elodie se irá de aquí para siempre. Se irá de la mano de mi hermano, así que tal vez entonces entenderás que no es tu pareja.- se burló Adonis.
Jordan fue a decir algo, pero Adonis lo cortó, volviéndose hacia el alfa señalandolo.
- Y tú, ni se te ocurra apelar, ni por la tierra ni poder el regreso de Elodie. El consejo no escuchará una vez que sean informados de lo que ocurrió aquí. Esperen una inspección.
El alfa parecía que se iba a cagar en los pantalones, estaba muy asustado.
- Llevenlo.- dijo Adonis a los guardias, señalando a Jordan.
Los guardias se abalanzaron sobre Jordan, tirándole al suelo y poniéndole grilletes.
- Te haré pagar. Recuperaré a mi compañera. ¡Cuidado!- gritó.
- No, si estás muerto.- Adilah sonrió dulcemente, antes de darse la vuelta. Adonis me miró y asintió.
Elodie me miró y me apretó la mano. Parecía que se tomaba pecho las palabras de Adonis. Quien era yo para rechazar a mi compañera. Los dos volvimos al coche, de la mano, mientras Jordan gritaba y chillaba mientras lo arrastraban.
- Pensé que iba a tener que volver con él.- soltó Elodie nada más subir el coche.
- ¿Qué? ¿Por qué piensas eso? Nunca dejaría que eso ocurriera.- me sorprendió.
- Yo.. yo... lo siento. ¿Te has enfadado?- Elodie se miró las manos.
- ¡No! Lo siento, probablemente te he asustado. Sólo quiero que sepas que nunca dejaría que eso sucediera.- la tranquilice.
- Gracias. Entonces, ¿adónde vamos ahora?- preguntó.
- Buena pregunta, no tengo ni idea.- respondí.
Adonis golpeó la ventana, haciendo que Elodie saltara.
- Vuelve a la otra manada para recoger tus cosas. Nosotros nos dirigimos directamente a casa.- dijo Adonis antes de volver a su coche.
Me volví hacia Elodie.
- Supongo que eso haremos.- sonreí.
Elodie solto una risita, haciendo que mi licántropo se relajara por fin. Quién sabía que escuchar una risa podría hacer eso. Conduje de vuelta mientras Elodie miraba por la ventana. Quería hablar con ella, pero no estaba seguro de cómo hacerlo. Esto nunca había sucedido antes; se me trabó la lengua. Elodie no tenía ni idea de lo que me estaba haciendo. Cuando llegamos a la otra manada, Adonis ya estaba allí con mis cosas.
- Fuiste demasiado lento.- dijo, tirando mi bolsa en el asiento trasero.
- Adonis, retrocede.- se quejó Adilah antes de volverse hacia Elodie-. Sé que esto puede parecer mucho, pero tenemos que volver al palacio.- dijo-. No encargaremos de que te envíen tus cosas.- Adilah le sonrió y continuó-. Mientras tanto, te prestaremos algo de mi ropa y podremos ir de compras. Necesito un tiempo de chicas.
- Oh, muchas gracias. ¿No es demasiada molestia?- preguntó Elodie.
- No hay problema. No queremos que vuelvas a pisar ese lugar.- Adilah sonrió.
- Gracias.- susurró Elodie.
- ¡Los veremos en casa entonces! Adiós.- Adilah saludo con la mano antes de volver al coche.
- Yo conducire.- oí decir a Adonis, pero Adilah respondió corriendo hacia la puerta del coche y deslizándose en el asiento del conductor.
Adonis se limitó a negar con la cabeza antes de levantarla y ponerla en el asiento del copiloto. Adilah hizo un berrinche y sacó la lengua como respuesta. Adonis me dio el visto bueno para empezar a conducir y nos pusimos en marcha.
- ¿Siempre son así?- preguntó Elodie.
- Más o menos, si. Adilah mantiene a mi hermano alerta. Pero no te equivoques, ambos se protegen ferozmente el uno al otro.- respondí, secretamente contento de que Elodie hubiera iniciado la conversación. 
- Tiene un bonito nombre.- dijo Elodie.
- Oh si, solo oirás a Adonis llamarla por su nombre cuando esre enfadado, normalmente la llama pequeña.- me reí.
Nos sentamos en silencio durante un rato, antes de que Elodie se pronunciara.
- ¿Crees que podría ver a mis padres?
Mi licántropo se quejó internamente, disgustado de que nuestra compañera quisiera dejarnos tan pronto, pero en el fondo sabía que eso la haría feliz. Todavía no podría querer que Jordan le impidiera llamarlos.
- Por supuesto. Cuando volvamos, podemos averiguar su número para que los llames y luego les hagamos una visita.- respondí.
- No puedo esperar. Siempre me he preguntado como habrá salido mi hermano punto era tan travieso. Mis padres, espero que estén bien también.- la cara de Elodie se iluminó.
- No te preocupes. Seguro que tus padres y tu hermano están bien. Estarán muy contentos de saber de ti.- sonreí.
- Sí. ¿Y tus padres?- preguntó ella.
Me tensé. Inmediatamente percibí que estaba incómoda.
- Yo...- empezó a decir.
- No, ¿recuerdas lo que hablamos antes? No te reprima, pregúntame lo que sea.- Le recorde-. Mis padres son un tema delicado. No me puedo quejar, tuvimos una infancia maravillosa, pero cuando crecimos, las cosas fueron diferentes. Ahora mismo, no tengo ni idea de dónde están. Se fueron tan pronto como Adonis fue coronado rey.- suspiré.
- Oh, vaya. Debe haber sido duro para vosotros.- respondió.
Me encogí de hombros antes de responder:
- No para mí. Me fui el día después.
Nos quedamos en silencio durante unos momentos. Supongo que se tomó un tiempo para asimilarlo. No la culpo; no fue mi momento de mayor orgullo.
- ¿Te fuiste al día siguiente de la coronación de tu hermano?- repitió.
- Sí, no es algo de lo que me enorgullezco, pero es la verdad.- respondí.
- ¿Tu hermano se quedó solo entonces?- preguntó.
- Sí, entonces no tenía pareja, así que estaba solo. Por eso siempre ne alegro tanto de ver a Adonis y a Adilah, porque él se merece la felicidad.- suspiré.
Ella no dijo nada.
- Debes pensar que soy una mala persona, ¿verdad?- pregunté.
Elodie me miró antes de responder.
- No, creo que estabas perdido. La persona que me salvó de ese infierno no puede ser una mala persona. Todo el mundo tiene malos momentos, pero eso no los define. Después de escuchar esas palabras, volvía a conducir con la mayor sonrisa del mundo en la cara. Tuve mucha suerte de tener una compañera que entendiera tanto de mí en tan poco tiempo. Solo esperaba poder entenderla igual de bien. Ahora estábamos de vuelta al palacio, hacia nuestra nueva normalidad...

Reina de los licántropos. (Libro 2)Where stories live. Discover now