Capítulo 19

752 44 1
                                    

Narra Damien.
Riley entró en la habitación, con su hijo profundamente dormido en brazos, y el disgusto brilló claramente sus ojos. Bendita Riley. Quizá no lo sepa, pero llegó un momento perfecto. Mi madre miró al Riley conmocionada mientras mi padre se limitaba a contemplar al pequeño contento en los brazos de su madre.
- ¿Tienes un hijo?- preguntó mi madre.
- Sí, tengo un hijo. Este es Michael.- respondió Riley.
- Así que tú tienes un hijo pero tu hermano, el rey, no.- se burló papá.
Mi mirada se encontró con la de mi hermano, que miraba a papá mientras obtenía la mano de su compañera en señal de apoyo. No es de extrañar que muy nuestra testaruda hermana tomaron la delantera con esto.
- Arg. Por eso no quería venir aquí.- Riley puso los ojos en blanco y señaló a nuestro padre, que parecía querer decir algo. Parece que Riley también lo notó porque continuó hablando-. No te molestes en decir nada. Estás muy atascado en tus costumbres, padre, por eso me alegré tanto de irme y me alegré tanto de que mi pareja fuera humana. Adonis y Adilah se acaban de encontrar, se merecen tener un tiempo para ellos antes de tener hijos. No olvides que yo encuentro a mi pareja muy joven y esperé 10 años para tener a mi hijo punto se merecen al menos uno.
- Tu hijo debería ser el siguiente en la línea de sucesión al trono. Deberías estar viviendo aquí, para que pueda entrenar. ¿Por qué no lo haces?- preguntó padre.
Los ojos de Riley se encendieron de ireña. Esta no era la reunión familiar que nuestra madre esperaba.
- Tal vez no escuchaste lo que dice antes. Me alegré mucho de poder salir de este lugar. Como madre, la felicidad de mi hijo es la máxima prioridad y no voy a dejar que le obliguen a entrenar. Puede que su padre se haya transformado en licántropo, pero mi hijo no es tan fuerte como lo serán los hijos de Adonis y Adilah. Tú lo sabes. Entonces, ¿cómo puede sugerir que deje a mi hijo pasar por el entrenamiento? Esta regla es anticuadas tuyas son las que separaron a nuestra familia en primer lugar.
Padre se acercó a Riley, y Adonis y yo nos pusimos en tensión, listos para defender a nuestra hermana si era necesario. Sin olvidar a nuestro sobrino.
- Suficiente.- ordenó madre-. Nuestro nieto está aquí; ¿no crees que deberías dejar esta discusión para otro momento?- preguntó a mi padre.
Los tres nos burlamos, tan típico de mi madre. Siempre dispuesta a apaciguar a papá, pero sin enfrentarse a él, aunque se equivoque.
- ¿Desde cuando se te permite decirme lo que tengo que hacer?- preguntó papá a mamá.
Esta vez Adilah se levantó, con los ojos fríos mientras miraba a su suegro.
- Suficiente. Puede que no te guste; puede que pienses que no tienes que escucharme, pero te lo voy a decir una vez. Tú no eres el rey, Adonis lo es. Tu ya no haces las reglas, Adonis las hace. Mientras estés aquí, en nuestra casa, no le hablarás así a tu mujer. No pudo entender quién te dio el derecho de hablarle así a la mujer que te dio tres hijos. Mi padre siempre respeto a mi madre y su opinión.- continuó Adilah-. Nunca la menospreció ni le hizo sentir inútil. Me enseñó a defenderme y a no dejar que nadie me pisotee. En la última hora que has estado aquí, ni una sola vez nos has dicho algo bueno a Adonis o a mí. Nos has lanzado un insulto tras otro.- todavía no había terminado-. Voy a ser muy clara.- dijo Adilah-. No voy a tener un hijo porque sí. Cuando decida tener un hijo, porque se a mi decisión, será el momento adecuado tanto para Adonis como para mí. Los hombres no llevan a los niños coman no se ocupan del embarazo, del parto y, por lo tanto, no voy a escuchar a un hombre que me diga que tengo que tener un hijo, porque te aseguro que no tengo el deber de hacer nada.- terminó.
Si hubiera sido el momento, habría cogido a Adilah en brazos y le habría dado un abrazo enorme. Se enfrentó a mi padre sin dudarlo. Le dijo lo que necesitaba oír después de tantos años, y no podría estar más orgulloso. Adonis rodeó con su mano la cintura de Adilah y la acercó a él, mostrándole su apoyo. Elodie miró a Adilah con adoración y ambos nos acercamos a ellos. Incluso Riley parecía impresionada y satisfecha, acercándose a Adonis. Mi padre estaba cabreado, de eso no cabía duda, pero lo sorprendente es era que mi madre se quedaba de brazos cruzados. Antes se habría apresurado a calmar la situación y aplacar la ira de mi padre como pero hoy no ha hecho nada de eso. Se limitó a mirar a Adilah, mientras Adilah miraba a mi padre.
- Y por eso Adilah es la compañera perfecta para Adonis. Ella está representando a la familia real con una buena luz. Sinceramente, no tengo ni idea de porque el consejo te quería aquí en primer lugar.- El silencio fue roto por Riley.
- Puede que tengas el respaldo de los padres de algunos miembros del Consejo con tus viajas con tumbe cuma pero te diré esto ahora: el pueblo ama a su reina. Les encanta que ella les anime a defenderse, a hacer lo que tú quieres hacer punto no tendrás el apoyo de la gente que más importa, las otras manadas y sus miembros. Ellos apoyaran a Adonis y a Adilah al cien por ciento, deberías saberlo.- esta vez fui yo quien hablé.
Ver a mi padre enfadado no era nada nuevo para mí, pero verlo enfadado y sin poder decir nada, era una novedad. Tenía muchas ganas de gritar, pero algo lo detuvo. En su lugar, optó por salir furioso y mi madre no tardó en seguirle, no sin antes mirar a Adilah y dedicarle una pequeña sonrisa. En cuanto mi padre se fueron, todos nos desplomamos los sofás con un fuerte suspiro.
- Te quiero Adonis, pero no vendré aquí la próxima vez que recibamos la visita de nuestros padres. Son demasiado para soportar.- suspiró Riley.
- Espero que no haya una próxima vez. Que sigan con sus viajes para que no tengamos que volver a verlos.- respondí.
- Lo secundo. Todavía no entiendo por qué el consejo los llamo aquí en primer lugar.- Riley ajusto a su hijo dormido.
- Porque quieren que tenga un hijo, un heredero punto por supuesto, y eso significa un hijo varón. Una hija no sería suficiente a sus ojos. Pero yo me negué a hacerlo. Los tiempos han cambiado, pero no para algunos miembros que quieren mantener todo como antes.- Adonis nos miró con expresión de enfado.
- Sí, todo el mundo debería escucharlos. Sus consejos son los que destrozaron nuestra familia en primer lugar.- me burlé; el sarcasmo era evidente en mi voz.
Elodie me apretó la mano mostrando su apoyo y la acerqué a mí. Tanto milikiantropo como yo necesitábamos a Elodie para mantener la calma.
- Siento que vamos a escuchar las mismas cosas una y otra vez.- Adilah suspiró.
- Tal vez, pero eso no significa cazamos. No importa la opinión de nadie más en esto, pequeña. Esta decisión es nuestra y su nuestra. Además, no queremos traer a un niño al mundo por presión. Ya ocurrirá cuando sea el momento adecuado.- respondió Adonis.
- Estoy de acuerdo. Adilah, ya eres una reina fuerte, no dejes que estos idiotas te pisoteen. Mantente firme. Ambos merecen un tiempo a solas antes de tener hijos.- respondió Riley.
Asentí con la cabeza y abrí la boca para responder, pero Elodie se me adelantó.
- Creo que la razón por la que te presionan para que tengas un hijo es que quieren demostrar que aún tienen poder sobre el rey y la reina. Al ceder a sus demandas, estarás demostrando eso punto pero si te mantienes firme darás un buen mensaje al pueblo, de cadena es el control de tus decisiones. Eso es lo que el pueblo necesita.
Podría haber besado a Elodie allí mismo, pero no quería que se sintiera incómoda. En su lugar, la besé en la frente. Riley y Adonis miraron a Elodie con orgullo en los ojos, mientras que Adilah parecía que podía aplastar a Elodie en un abrazo. Supongo que Elodie sabía exactamente que decir.
- Mamá y papá no se quedaran mucho tiempo. Padre ya se está dando cuenta de que no voy a tolerar ninguna de las mierdad que solíamos hacer antes.- dijo Adonis.
- Le doy una semana como máximo.- respondió Riley.
Una semana demasiado larga en mi opinión. Esta familia no sobrevivirá ni un día entre ellos.

Reina de los licántropos. (Libro 2)Where stories live. Discover now