Capítulo 22

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Narra Elodie.
Han pasado dos semanas desde que Dimitri puso a su padre en prisión, junto con otros miembros del Consejo. Diría que han sido dos semanas fáciles, ya que no teníamos que preocuparnos por el antiguo rey, pero no ha sido así. La última dos semanas han estado muy ocupada. Apenas veo a Damien ya que está ayudando a su hermano. Riley decidió que lo mejor era llevar a su madre a su casa. Ella no mostró ninguna señal de enfado hacia Dimitri por haber encarcelado a su padre, en cambio, asintió enseñar la aprobación. La preocupación de los tres hermanos era la misma, su madre. La antigua reina se había pagado por completo después de eso punto a Raili le costó mucho convencerla para que fuera, pero gracias al niño que había capturado el corazón de su abuela, se fue. Por lo que se coma los hermanos habían estado jugando con la idea de desterrar completamente a su padre. Dimitri y Damiel sabían que matarlo no era una opción por el efecto desastroso que tendría en su madre. El debate interno era una de las razones por la que el juicio del antiguo rey se seguía retrasando. Una parte de mí se preocupaba de que ambos hijos también estuvieran pensando en liberar a su padre por el bien de su madre. Otra cosa a la que no conocía la respuesta. Sí que los ataques no habían disminuido y ese era otro problema. Aunque no estaban empeorando, a Dimitri le preocupaba que tuvieran planeado algo más grande, y tenía que ponerle fin lo antes posible. Todo estaban de vuelta y ayudando. Evan y Niya habían hecho un viaje de última hora para ver a la hermana de milla antes de que llegara el antiguo rey; Adilah lo sugirió. Ahora estaban de vuelta, así como Gabe, Lexi y el pequeño Elijah.
Dimitri odiaba tener a Gabe de vuelta porque quería que su mejor amigo pasara tiempo con su nuevo bebé, pero Gabe y Lexi insistieron. Me mantuve en contacto con mi familia, que estaba desesperada por verme, pero tuve que negarme. Su seguridad era lo primero, y simplemente no era el momento adecuado. De nuevo, tuve la suerte de tener una familia que lo entendía. Prometí que en cuanto a las cosas mejoraran, iría a verlos. Adilah era una roca. Apoyaba todo el mundo y acudía personalmente a ver a los heridos en los atentados. Pero podía ver en sus ojos que estaba funcionando a toda máquina. Las horribles palabras que les copian un día tras día le estaban pasando factura. Escuché a Dimitri confiarle a Damien que estaba de preocupado por Adilah. Ella fingía que todo estaba bien. Damien sugirió que trajera la familia de Adilah de visita y, hace cinco días, eso es lo que hizo. Conocí el famoso Carter y a Diya, la gemela de Niya. Los padres de Adilah también vinieron a visitarla junto con el hermano mayor de Adilah y su pareja. Se podía ver la alegría en la cara de Adilah al rodearse de sus seres queridos. Carter parecía saber exactamente que decir y llamó a Adilah 'Sonrisas', su apodo. Se quedaron dos días antes de marcharse. Fue agridulce para Adilah. Pero le dieron una noticia increíble. Su hermano iba a ser padre. Se río y le dijo a su hermano 'ya era hora' antes de burlarse de él diciendo que pensaba que nunca ocurriría.
Ahora mismo, estoy aquí tumbada y aburrida. Todos los hombres han estado en una reunión todo el día sobre algún plan de máximo secreto. Adilah y Niya fueron a visitar otro hospital donde las víctimas estaban siendo tratadas. Lexi estaba ocupada con su hijo y yo no hacía nada. A decir verdad,  echaba de menos a Damien. Echaba de menos nuestros mimos, nuestras charlas. Ahora, cuándo volvió, se desplomó en la cama y se fue antes de que me despertara. Mi licántropo también estaba frustrado, más en el aspecto sexual, ya que no ha pasado nada. Al oír voces, me senté rápidamente en la cama.
- Te veré mañana entonces.- la voz de Damien se hizo más fuerte a medida que se acercaba.
- No lo olvides.- mencionó la voz de Gabe.
- No lo haré.- Le corto Damien antes de abrir la puerta.
¿No olvides qué?
- Oh, estás aquí.- Damien parecía sorprendido mientras cerraba la puerta.
- ¿Dónde iba a estar si no?- entrecerre los ojos.
- Pensé que estabas con Adilah y Niya.- dijo, yendo al baño.
- No, me he despertado demasiado tarde para ir con ellas.- Le contesté, viendo cómo 3ntraba en el baño.
- Oh.- fue la respuesta que obtuve mientras cerraba la puerta del baño.
Hoy cómo se abre la ducha y gemi. Esto no llevaba a ninguna parte. El detrás de todo había hecho efecto en mí y ya inescente vida sexual. Pero ahora ni siquiera había emoción. Claramente, tenía que cambiar eso. Tenía necesidades, sabes. Poniendo los ojos en blanco como fui a mi armario, cogí algo de lencería y me la puse rápidamente. Parecía que yo tenía que hacer el trabajo por aquí. Hoy que Damien abría la puerta del baño y se dirigía al dormitorio.
- ¿Elodie?- llamo.
Una parte de mí quería guardar silencio, pero él oiria mi respiración. Maldito oído licántropo.
- Sí, me estoy cambiando.- dije.
- Vale, tengo que ir ha hablar con Adonis.- respondió.
- De acuerdo.- dije.
Al oír cerrarse la puerta del dormitorio, suspiré. Mi plan de seducir a mi propia pareja había fracasado. Me miré en el espejo y me pregunté si debía quitármelo. ¿Quién sabe cuando volverá Damien? ¿Qué más podría hacer? No podía gritar por el pasillo pidiéndole que tuviera sexo conmigo. Urgh, odio este sentimiento. ¿Tal vez debería enviarle un mensaje?
Parece que mis preguntas fueron respondidas cuando la puerta se abrió y contuve la respiración. También murmuraba algo mientras yo estaba en el armario, intentando escuchar. Hoy el portazo y quise gritar. A la mierda con esto. Me puse algo de rópera y salí. Vi a Adilah al otro lado del pasillo y me dirigí hacia ella. Debía de estar recién llegada, ya que aún llevaba la chaqueta.
- Hola, Elodie.- la sonrisa de Adilah se desvaneció al ver mi cara de enfado-. Vamos.- me arrastró a otra habitación y cerró la puerta.
Empecé a pasearme, sintiendo que mi licantropo se frustrada más por momentos.
- No se porque estoy tan enfadada. Mi licántropo no se detiene.- gemi.
- Parece que los dos estáis frustrados sexualmente. Puedo verlo en vuestros ojos.- sonrió Adilah.
- Yo si. Incluso intenté sin éxito seducir a mi compañero, pero se fue antes de que pudiera.- enterre mi cara entre las manos.
- Los hombres. No puedes captar las señales.- suspiró Adilah-. Bien. Enviaré a Damien a tu habitación. Vuelve y esperalo. No dejes que se vaya.- Adilah levantó las cejas.
- Muy bien. ¿Cómo vas ha hacer eso?- pregunté.
- Tengo algunos trucos bajo la manga.- sonrió Adilah-. Te enseñaré.- dijo, mientras abría la puerta y guiñaba un ojo.
La observé mientras subía su piso. Sin duda, allí estaba mi compañero. Volví corriendo a mi habitación, cerré la puerta de golpe y me precipité al baño. Vale, respira profundamente, puedes hacerlo. Me quité la ropa y me arreglé la lencería. Me solté el pelo y me lo cepillé. Mis ojos estaban llenos de emoción y nervios.
- Elodie.- grito Damien.
Oh mierda, aquí vamos. La puerta se abrió de golpe y respiré profundamente.
- Elodie ¿Dónde estás herida? ¿Necesitas un médico?- Damien se acercó a la puerta del baño.
¿Dolores? Oh, claro, está era la manera de Adilah de sacarlo.
- No. Estoy bien. ¿Puedes coger el botiquín? Está en los cajones, voy a salir.- respondí, orgullosa de no haber tartamudeado.
- Sí. Lo cogeré.- se apresuró Damien.
Miré por última vez en el espejo y asentí. Ya está. Abrí la puerta con cuidado y vi a Damien sentado en la cama, rebuscando en el botiquín. Perfecto. Justo donde lo quería.
- ¿Qué necesitas? Tengo tiritas, crema, spray...- se interrumpió cuando sus ojos encontraron los míos.
- ¿No quieres saber donde me duele?- pregunté, con una pequeña sonrisa.
Damien asintió lentamente, su mirada viajo hacia abajo antes de encontrar la mía. Me acerqué a él y agarré su mano, poniéndola en mi centro.
- Aquí mismo. Me he sentido bastante descuidada.- suspiré.
Observé como Damien luchaba por el control mientras sus ojos se oscurecían.
- Creo que tienes que arreglar eso.- sonriendo, me senté en el regazo de Damien.
Sus brazos me rodearon la cintura y gruñó, lanzando chispas. Misión cumplida. Ahora la parte buena.

Reina de los licántropos. (Libro 2)Where stories live. Discover now