VEINTICUATRO

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Aflojando mi corbata, cierro la puerta tras de mí y me quedo mirando el pequeño departamento que podía costear con el dinero ahorrado. Tenía todo en uno. Un lugar para dormir, una pequeña cocina y un baño. Y eso es todo lo que una persona que se está divorciando y sin trabajo podría cotizar

Mientras enciendo la luz, camino quitándome los zapatos con los pies y abro el sobre que estaba en el suelo cuando ingresé.

Algo me decía lo que encontraría en su interior por lo que no me sorprendía. Me siento en el suelo junto a una pequeña mesa y depósito el sobre café junto a la hoja blanca de citación en un bufete de abogados. En eso que leía todo minuciosamente, mi teléfono comienza a sonar.

Esperando sea una llamada de uno de los tantos trabajos que he postulado y pueda ser aceptado, lo saco rápidamente y me encuentro decepcionado y algo nervioso cuando veo que era Jae.

Me ha estado llamando muchas veces estos días como si sospechara que la estuviera pasando mal aunque quien no se preocuparía si cuando contesto mi voz que esperaba sonara aliviada y feliz. Hizo el efecto contrario. Parecía que estuviera gritando y hasta pidiendo ayuda.

ㅡ¡Hola Jae!

Apoyo mi codo en la mesa y cierro los ojos para recriminarme. Un poco más expulsaba mis pulmones fuera de mi boca.

ㅡNi mis hijos me contestan así cuando llamo.ㅡ agradezco que se lo tomara con humor esta vez.

Sólo está vez.

ㅡLo siento…

ㅡNo debes fingir, Taehyung.

Abro y cierro la boca sin nada para poder excusarme. Mis ojos se pasean en el documento que estaba en la mesa y suspiro pesadamente.

ㅡ. ¿Todo está bien?

Para ser sincero. Nada estaba bien para empezar. Estos tres meses han sido de agobios y remordimientos.

Cuando la bomba explotó un fin de semana cuando no pude tener sexo con ella porque me sentía avergonzado y culpable, todo fue colina cuesta abajo, mi revelación obviamente no fue tomada bien. Sería un chiste si lo fuera. Aún así, no tenía el derecho de sentirme mal cuando ella despojó su enojo y dolor contra de mí.

Lo tenía merecido. Pero fue más su pregunta lo que nos hizo a los dos sentirnos totalmente destruidos.

"¿Tuviste sexo con hombres en Daegu?"

Mi respuesta fue la cosa más dura que pude decir en toda mi vida y fue la que la mató y de paso, me destruyó a mí también.

"Sólo él, sólo hay un hombre."

En su expresión ella pudo descifrar más de lo que yo tenía planeado revelar. Supo que él, Jungkook aunque no haya dicho su nombre. Era alguien relevante en mi vida. Eso fue lo que me destruyó en ese momento. Estos sentimientos por él que no se desvanecían y me sentía patético y hasta un desgraciado por sentirlos mientras la veía a ella llevar sus manos a su boca.

Vi en sus ojos repulsión y dolor cuando me gritó que me fuera.

La siguiente parte fue aún peor al descubrir sin haber abierto la boca, todos en la oficina ya sabían que mi divorcio estaba a la vuelta de la esquina. El terror que pasé al pensar que incluso sabían de mi sexualidad me tenía con el estómago apretado.

Lamentablemente no todos eran de mente abierta y el peor de los casos, temía sufrir discriminación. Por eso, cuando llegó el día lunes, al momento que fui llamado a la oficina sólo tenía pensado que quería tirarme por la ventana. Todo fue rápido, pero doloroso.

LOOK AT US NOW 🜲 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 ✔Onde as histórias ganham vida. Descobre agora