Capítulo Catorce

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If the world was ending you'd come over, right?

You'd come over and you'd stay the night.

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Viernes 13 de enero de 2023.
9:30 AM
Mónaco.

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Se perfectamente que estoy durmiendo más tiempo del normal cuando escucho mi alarma de emergencia sonar. En otro momento habría aventado las cobijas por los aires y correr, pero soy muy consciente de que hoy no tengo que hacer nada importante, o al menos eso dice mi agenda mental.

Además, no suena demasiado la alarma, así que espero los comunes 2 minutos que dura sonando y vuelvo a acomodarme para dormir, aunque sea unos minutos más. Pero entonces siento como algo toca mi espalda... o alguien.

Con un poco de miedo abro mi ojo derecho, y lo primero que veo es tela blanca... que respira. Unos centímetros adelante noto levemente un brazo semidesnudo.

¿Qué mierda?

Abro mi otro ojo y levanto levemente la cara, y juro de verdad que mi corazón se detuvo un momento, pues no esperaba encontrar a Max dormido debajo mío.

¿Cómo mierda había llegado él ahí?

Rebobino en el pasado y recuerdo brevemente la tormenta, el ataque de pánico y como el estuvo ahí anoche. Diablos, todo eso pasó hace unas cuantas horas.

Lo que ciertamente no recordaba era el momento en que terminamos durmiendo uno encima del otro. Ni siquiera recordaba estar muy cerca de él a la hora de dormir. ¿A qué hora pasó esto?

La vocecita en mi cabeza me dice que saliera de ahí, pero no voy a mentir, estaba muy cómoda así. Digamos que el estómago de Max es buena almohada.

Pero tampoco voy a confiarme, así que poco a poco busco una manera de levantarme de aquí. Pero la mano de Max en mi espalda es como una barra de metal que impide que salga pitando de la cama.

Freno mis intentos de huída cuando detengo mi mirada en la cara de Max. En sus facciones y en su respiración se notaba como estaba muy relajado, incluso me atrevía a decir que estaba rejuvenecido. Sin duda alguna era un gran cambio a cuando estaba en plena temporada de carreras.

Con mi mano izquierda, la cual tenía recargada levemente en uno de los hombros del bello durmiente, trato de tomar un poco de impulso para verlo mejor. Si, definitivamente se veía más joven, incluso con el bigote y la barba que tenía.

Lo veo un rato más, y justo cuando menos lo espero suelta el ronquido más potente de todos. Y no solo lo hace una o dos veces, lo hace más, pero sucesivamente uno es menos escandaloso que el anterior. Claro que esto no evita que yo me moviera como lombriz de agua puerca tratando de no estallar en risas y despertarlo.

En lo cual, por cierto, fallo magistralmente, pues el ahora no tan bello durmiente terminó despertando del susto que seguro le provocó mi risa ahogada.

-¿Quéééé? ¿Qué pasó?- Pregunta un poco confuso, con la voz ronca y viendo para todos lados, pero ciertamente no sorprendido de verme en la misma cama que él.

Yo ya me había alejado de su cuerpo, en cambio estaba sentada justo en frente de él, tratando de poner una cara seria, para evitar que solo empiece a reír como loca, simplemente contesto:

-¡Buenos días!

Max bosteza y se talla los ojos en respuesta, y mientras intenta sentarse nos damos cuenta de que tenemos un polizón entre nosotros.

Daylight | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora