Capitulo Cuarenta y Uno

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Miércoles 17 de Mayo de 2023
Ciudad de México, México.
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–¿Estás segura de que esto va a funcionar?– me pregunta Daniela a mis espaldas.

–¡Claro que sí! No veo porque no funcionaría...– le respondo mientras aseguro la última esquina del mosquitero en la ventana de la cocina.

Si fuera por mí, no estaría haciendo esto un día cualquiera a las once de la noche, pero cierto gato naranja y medio aventurero no me dejaba otra opción.

Ayer en la mañana había venido nuestra vecina de al lado a darnos la queja de que a Darcy le gustaba brincarse al lado para chismosear en la casa de la señora. Nosotras no teníamos ni la más mínima idea de que podía hacer eso, pero al parecer lo hacía.

Así que ahora nos veíamos en la necesidad de reforzar lo mejor posible todas las ventanas. En especial esta, la cual parecía ser su ventana de escape. Usualmente la dejábamos abierta para que pudiera fluir el aire por el lugar, pero ahora nos veíamos en la necesidad de ponerle un horrible mosquitero para que el señorito no se escapara.

–No lo sé, eso no se ve muy seguro–. Dice una tercera voz a través de los altavoces de mi celular.

–¡Ah no! Tu no puedes tienes opinión en esta situación cuando pierdes a tus gatos en tu misma casa–. Le respondo a Max, quien veía toda la escena a través de la pantalla de mi celular.

–Solo pasó dos veces, no es para tanto...

–¿Estás seguro? Porque no creo que Sassy opine lo mismo–. Digo recupero mi celular de las manos de Daniela, quien parecía estar hartándose de la situación.

Todavía no entendía porque a Max se le había hecho buena idea llamarme ahora, no tanto por mi horario sino por el suyo, eran como las siete de la mañana en Mónaco y el estaba despierto y listo para el día.

¿Ya me puedo ir? Se me está cansando la mano–. Interrumpe Dani.

¡Ah sí! Gracias guapa–. No se lo digo ni dos veces cuando ya está camino a su habitación. 

Cierro la ventana y tomo mi celular para después sentarme en uno de los sillones de la sala de estar. 

»Bueno, ¿al fin me vas a decir qué haces despierto a las siete de la mañana?

Max se ríe al otro lado de la pantalla, mostrando sus dientes y llevando su mano disponible a su cara.

–Brad me va a hacer entrenar estos días libres, supuestamente para que no sienta que no hice nada este fin de semana. Hoy vamos a ir a correr a una isla cercas de aquí.

Asentí mientras yo también reía, más que nada porque sabía que Brad no iba a dejar a Max descansar ni un día.

Este fin de semana se suponía que iba a ocurrir el Gran Premio de la Emilia Romagna, en Italia, pero desafortunadamente había estado lloviendo demasiado horrible en la zona que habían tenido que cancelar la carrera para la seguridad de todos.

–El sabe que si fuera por tí, pasarías todo el fin de semana jugando FIFA o en el simulador.

De pronto se queda serio y con una mirada que ya conocía.

–Bueno... Puede que haya una carrera online este fin...

–Hablé antes de tiempo–. Respondí rodando los ojos, lo que causó una pequeña risa de su parte.

Daylight | Max VerstappenWhere stories live. Discover now