𝕌𝕟𝕔𝕒𝕟𝕟𝕪 /𝕁𝕒𝕤𝕡𝕖𝕣 ℍ𝕒𝕝𝕖

✧Capítulo 3✧

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Lucy despertó más temprano de lo normal ese día, una gran sonrisa adornó sus labios apenas recordó que día era. Se levantó de un salto, enviando a volar todas las gradas que la cubrían y corrió a la ventana semiabierta.

—¡Ya cumplí 18 mundo!— gritó por la ventana, aportándole muy poco los vecinos que saltaron de sus camas por el repentino grito matutino.

Con movimientos torpes y apresurados se calzó un par de zapatillas, corrió por las escaleras hasta llegar a la cocina y sacó el par de cupcakes que había comprado el día anterior cuando fue a la pastelería con Jasper.

Una vieja tradición que Lucy comenzó a los 6 años, ambas mellizas a primera hora de la mañana pedían un deseo soplando las velas de los Cupcakes que compraban o en algunos casos, preparaban. Cosa que no era muy habitual luego de la terrible intoxicación que sufrieron las Swan cuando tenían 9 años.

Encendió las pequeñas velas que cada cupcake tenía y subió rápidamente las escaleras, dirigiéndose a la habitación de Bella.

Su ceño se frunció cuando la encontró devolviéndole en su cama, murmuraba palabras sin sentido y arrugaba su rostro constantemente.

Una pesadilla.

—Bella, despierta— sacudió su hombro luego de dejar los pastelitos en la mesa de noche. —Bella…¡Edward está desnudo!— gritó repentinamente, logrando despertar a una Bella muy exaltada. —Esa nunca falla— se carcajeó la pelirroja cuando su melliza parecía buscar algo en la habitación.

—Cielos, Lucy. Casi me matas de un susto— se quejó mirando a la pelirroja.

—Si, si, como sea— le quitó importancia a las quejas de su melliza. —¡Feliz cumpleaños, melliza número 2!— exclamó ofreciéndole un pastelito. Bella sonrió sin poder evitarlo.

—Feliz cumpleaños, melliza número 1— dijo en voz un poco más baja, repitiendo la acción de Lucy.

Ambas miraron sus casi inexistentes velas, Lucy se preguntó si haber traído los fósforos en lugar de encenderlas en la cocina habría sido mejor.

—¿Ya tienes tu deseo?— Lucy preguntó luego de unos segundos.

—Si. ¿Y tú?— respondió Bella sin quitar la vista de la pequeña flama.

—Estoy lista— asintió la pelirroja, su sonrisa era de puro entusiasmo. Incluso movía sus hombres conteniendo la emoción.

—Bien. 1…2…¡3!— gritaron al unísono y apagaron sus velas. Miraron el humo flotar entre ellas y se sonrieron con un indescriptible cariño antes de abrazarse con fuerza.

—¿Tenías una pesadilla?— preguntó Lucy dándole la primera mordida a su cupcake, manchando la punta de su nariz con la crema. Bella se burló internamente.

—Si…de hecho fue sobre lo que estábamos hablando ayer— comentó la castaña luego de tragar su bocado. —Soñé que estaba en un prado con Edward y apareció nuestra abuela. El se dejó mostrar a la luz del sol, como si no importara que supiera nuestro secreto, entonces caminamos hacia ella. Intenté presentar a Edward pero la abuela habló al mismo tiempo que yo…entonces intenté tocarla y…era un espejo…yo era la abuela— relató con una mirada de horror. Lucy la miró con las cejas alzadas, sin dejar de comer su pastelito, por su puesto.

—Creo que tenemos que dejar de darle vueltas al asunto— respondió luego de unos segundos en silencio.

Antes de que Bella pudiera debatir, unos toques se hicieron presentes en la puerta, posteriormente, Charlie apareció con 4 regalos entre sus manos.