𝕌𝕟𝕔𝕒𝕟𝕟𝕪 /𝕁𝕒𝕤𝕡𝕖𝕣 ℍ𝕒𝕝𝕖

❈Capítulo 5❈

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—Dulces galletas con queso…— gruñó Lucy por lo bajo cuando Renee prácticamente la arrastró a la silla de playa en el patio.

Bella sonrió divertida, por la expresión de su melliza. No era secreto que Lucy prefería los días nublados 1000 veces antes que los soleados.

—Cariño, por favor deja de gruñir— pidió la mujer sin abrir los ojos. Cómo resultado, Lucy volvió a quejarse disconforme. —¿No van a extrañar esto?, ¿No sienten la vitamina D entrando por sus poros— les preguntó a sus hijas, refiriéndose a la calidez que sus cuerpos estaban recibiendo.

—Si. Voy a extrañar esto— confesó Bella, profundizando la pregunta de su madre.

—Absolútamente no— negó Lucy con su brazo levantando para evitar que la luz solar golpera su rostro.

—Las universidades en Florida son más soleadas, Bella…— Renee mencionó casualmente mirando así hija mayor y dando la "batalla" por pérdida con Lucy. —Solo digo que si van a la universidad de Alaska, jamás las voy a ver— dijo la mujer mirando a sus hijas.

—Su programa de ciencias es estupendo— argumentó Bella, colocándose sus gafas de sol.

—Más bien Edward es estupendo— habló Renee con tono pícaro.

Lucy fingió náuseas aprovechando que su madre estaba con la vista puesta en Bella. La castaña sonrió divertida por las acciones de su melliza, uno de los pasatiempos favoritos de Lucy era molestar al cobrizo.

—Que no se te suba a la cabeza, Eddy. Ambos sabemos que Jasper es mejor— la pelirroja dijo en voz baja, mirando al vampiro de su hermana por sobre su hombro. Edward entrecerró los ojos con indignación.

—Bueno, pero Jasper no está aquí, ¿O sí Lucy?— Renee habló duramente mirando a la pelirroja, al parecer no habló tan bajo como pensó.

—Tenía cosas que hacer, mamá— excusó la melliza mayor, sintiéndose mal por el comentario de la mujer.

—Como sea. La manera en que te mira, Bella. Como si estuviera dispuesto a recibir una bala por tí— Renee siguió hablando, ignorando las palabras de Lucy.

—¿Y eso es malo?— preguntó Bella un poco cohibida con las palabras de su madre y su forma de tratar a Lucy. Ambas habían estado a la defensiva desde que llegaron, comentarios iban y venían, como el juego de tirar la cuerda.

—Es intenso. Eres diferente con él, él se mueve y tú te mueves, como magnetos— dijo moviendo su cabeza de un lado al otro. —No es como aquellas veces que cambiabas para encajar en el entorno de Lucy, ahora es más…sincero— añadió justo cuando las mellizas pensaron que ya había dejado esa actitud.

—Creo que iré a hacerle compañía a Edward— Lucy se levantó sin esperar respuesta e ingresó a la casa, pero no tenía intenciones de quedarse con el cobrizo.

—Lucy, ella solo…— intentó decir el vampiro.

—No importa, déjalo— pidió caminando directo a la habitación que les habían preparado para ella y su melliza. Buscó su teléfono con rapidez y marcó al primer número que tenía agendado.

—Hola, preciosa. ¿Qué tal va todo?, ¿Ya le declaraste la guerra al sol?— la voz de Jasper sonó divertida a través de la línea, sacándole una pequeña sonrisa a Lucy.
—¿Chiqui?— preguntó un poco más serio al no recibir respuesta.