camino de flores | daerin

2. Robar es tomar prestado algo, pero sin permiso.

"Como me gustaría que un día te despiertes, corras hacia mí, confieses tu amor y me dejes decir...".
From The Start – Laufey.

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¿Qué harías si la persona que salvó tus aspiraciones, es
exactamente la novia de la persona que te gusta?

Y peor, ¿qué harías si no pudieras odiarla porque es socialmente perfecta?

Haerin ha pasado de tener una gloria mental por la aceptación de su club, a pensar en miles de maneras para relacionarse con Danielle Marsh sin que sea forzoso o que no se note lo mucho, pero lo mucho que le cuesta estar con ella.

A decir verdad, Haerin no la conoce demasiado. Ha compartido escasas clases con ella, pero nunca se ha acercado a hablarle por obvias razones y porque no tiene interés en hacerlo.

Ahora se arrepiente un poco de no haberse acercado a socializar más con ella o tener un lazo de alumna-alumna más fluido que ser solo dos desconocidas.

Porque, está segura que un agradecimiento debe tener su parte, ya que gracias a Danielle su club fue considerado para las actividades extracurriculares y, pum, ahora es oficial.

—Chaewon me dijo que ofreció una junta para que, antes de que llegue el jueves, hablemos con los del club y quizás solicitamos materiales que tengan en casa o les contamos de qué va esto —informa Hyein.

Ella está a su lado, sacando el sándwich de mermelada de fresa que su padre le preparó con tanto amor en la mañana.

—Uh, sería bueno tomarlo —murmura —. ¿A qué hora dijo?

—Al final del día. Dice que no puede quitarnos clases y los recesos menos —aclara.

Haerin asiente con su cabeza, satisfecha.

Su mirada está perdida en la mesa porque no para de pensar en qué sentimientos tendrá cuando vea a Danielle en el club. Además, comparten horario con el equipo de voleibol; ¡eso significa que Minji también estará allí!

—¿Por qué viniste? —pregunta con preocupación. —Debes estar descansando. Un simple parche no hará que tu nariz no siga rota.

—Fue una torcedura —aclara, mirando a Hyein. —El doctor la enderezó con sus propias manos y, aunque dolió mucho, estoy bien. Solo no puedo hacer actividad física, pero no es algo que me importe mucho.

—¡Igual! —insiste. —Con lo estresada que estás algunos días, quizás la nariz te explota.

—No exageres —murmura.

A pesar de eso, Hyein no queda totalmente convencida. Sigue pensando que Haerin debería estar en reposo por una semana al menos.

El receso sigue igual, nada muy especial a destacar. Hyein disfruta de su merienda y Haerin revisa su teléfono con pereza. La verdad es que sí quiere estar en su casa, pero no puede invertir tiempo descansando cuando siente y jura que está bien.

La nariz ya no le duele tanto como el día anterior. Aunque sigue roja y morada, el parche hace que ni siquiera se note y también evita roces accidentales que duelen.

—¿Y Hanni? —pregunta Haerin, muy de repente.

—Fue a buscar sus cuadernos de filosofía.