11. En nombre de la luna, nuestra amistad aquí comienza.

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"No hay motivos
Para decirnos adiós tan pronto
Sigo vivo, créemelo, mi amor
No soy tan tonto".
Chachachá – Jósean Log.

Haerin ya tiene muchos problemas encima que la transforman en una jovencita muy estresada. Ahora, estar en detención con Minji no ayuda en absolutamente nada con lo que tiene que ser su control emocional.

La sala de detenidos no está llena, pero sí hay chicos que no ha visto otras veces. Todos aburridos haciendo deberes de sus respectivas clases y trabajos, o simplemente pintando mandalas con los lápices que la señorita Park les dejó.

A la última hora del día nadie parece querer hacer nada, y aunque Haerin esté molesta en primer momento, también entiende que el ambiente sea muy aburrido.

Hasta el reloj tiene más protagonismo en el salón que alguno de los presentes.

—Caras nuevas, eh...

Haerin voltea, aún al lado de Minji, hacia la señorita Park.

A diferencia de los demás, ella está fresca como lechuga y les sonríe como si eso fuera a quitar sus muecas de enojo. Porque sí, no han dejado de mirarse mal en todo el rato y es una fortuna que no se hablen en absoluto.

—¿Traen reporte? —pregunta, una vez las dos están enfrente de su mesa.

—No, solo nos enviaron —responde Minji.

—¿En qué clase estaban?

—Física, con el señor Park —vuelve a decir la más alta.

Haerin no agradece por una parte ya que no tiene ánimos de hablar con nadie, pero cómo está molesta con Minji no puede evitar hartarse al oír su voz o siquiera tenerla cerca.

—Bien —la mujer saca una carpeta con hojas dentro —. Necesito sus nombres y el curso.

—Uh... —Minji rasca su nuca —, Kim Minji, cuarto B.

—La siguiente.

Haerin ve como ella anota todo sumamente rápido y parece que ya tiene el reporte de Minji listo, con la intención de dejarlo en inspectoría para, quizás, hablar las cosas. No sabe muy bien cómo funciona esto, es primera vez que la mandan a detención.

—Kang Haerin —dice —, tercero A.

—De acuerdo, señoritas —ella levanta la mirada y les vuelve a sonreír. —Los reportes serán enviados a inspectoría para que evalúen la situación en las que se vieron involucradas. Que, a propósito, ¿razón del castigo?

Haerin choca su mirada con la de Minji simultáneamente, pero no es motivo de que la mire con esa dulzura que antes colocaba en ella. No, ahora solo quiere golpearle la cara por ser tan idiota.

—Nos pusimos a gritar en mitad de la clase —expresa Minji.

Inevitablemente, Haerin suspira y se cruza de brazos, recibiendo una fea mirada de la más alta.

Claro que lo nota en el momento y no le agrada.

—¿Qué me miras? —pregunta, con un tono de voz molesto.

—Ah, ¿ahora no te puedo mirar?

—No quiero que lo hagas —frunce el ceño.

—Haerin, por el amor de Dios... —suspira cansada.

Es mejor ignorarla que calentarse la cabeza con otra discusión más.

Minji voltea y trata de brindarle la mejor sonrisa a la señorita Park, quien se ve un poco incómoda con lo anteriormente vivido. Pero no importa, ella solo anota la causa del castigo y les pide que por favor tomen asiento en alguno de los pupitres desocupados.

camino de flores | daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora