camino de flores | daerin

3. Las frases motivadoras de Jerry Jamaica.

"Y podríamos entendernos
Creo que nací para conocerte".
Sad Girls Club – HeeJin.

•

Nadie puede negar que es un poco tonto llamar a la policía y decirle, a las once de la noche, que están robando tus flores. Y que justamente, la persona que está robando, es tu compañera de escuela y de taller recreativo.

Haerin no se va a humillar de esa manera, por eso prefiere sacar ella misma a Danielle de su jardín aunque tenga que avisarle a su mamá que una intrusa está robando sus plantas.

—Deberías irte —dice, cruzada de brazos.

—Hey, ¿por qué?

—Porque estás robando mis plantas y yo no te dejaré hacerlo —su tono de voz es de molestia. —Nos vemos mañana, Danielle.

—Espera, espera.

Antes de que Haerin intente sacarla de su jardín, la chica la detiene. En lo poco que puede ver de su rostro se nota la leve desesperación por tener una planta en sus manos y Haerin, aunque le cuesta compartir lo que es suyo, no niega que algo de sentimiento ha causado esa expresión de Danielle.

Para Haerin, sus plantas son sagradas. Son como lo que sería un retrato para cualquier pintor o una medalla de oro para cualquier deportista. Y es que cuando tienes cosas tan importantes en tu vida, rara vez te parece aceptable la idea de compartirlo con tanta libertad. O al menos para Haerin es algo bastante personal, por lo que darle una planta a Danielle significa arriesgar mucho de su paz mental por una chica que ni siquiera le agrada mucho.

Ella considera sus flores y plantas como algo más en su vida a que cuidar. Le parece tan puro el proceso de crecimiento de la naturaleza y como es tan sencilla cuidarla, que ama tener a su alcance esas bellas hojas verdes y esos pétalos coloridos tan suaves.

Es lo único que Haerin siente que puede cuidar con todo su corazón, después de su gato.

Por lo que darle una flor o una planta a Danielle es la decisión más difícil que puede tomar.

—Dame una —pide. —Prometo cuidarla mucho.

—No.

Haerin no se va a dejar convencer.

—Por favor. Te lo estoy pidiendo para tu misma clase de jardinería. Ni siquiera me favorece tanto a mí.

—¿Y eso qué? —se cruza de brazos. —Si no tienes arroz, ¿vas a robarle a tus vecinos para tomar tu curso de gastronomía? —Danielle se queda callada. —No, ¿verdad? Lo mismo pasa con mis flores y mis plantas. Son sagradas.

—Pero es solo una —insiste.

Haerin va perdiendo la paciencia lentamente, y es que le irrita mucho que la chica sea tan cargante cuando la respuesta es obvia. Y si su expresión de notoria molestia no es suficiente, entonces Haerin lo tiene que aplicar en su forma de contestar para que Danielle se dé cuenta que eso es en serio.

—¿Para qué vas a taller de jardinería si ni siquiera eres consciente de que sacar a las plantas de su raíz es lo peor que puedes hacer? Es matarla —dice, bastante irritada.

—Bueno, para aprender eso —se encoge de hombros.

Una respuesta bastante tonta para Haerin y ya no ve la hora de que Danielle se vaya y se rinda de suplicarle.