prólogo

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Supo de inmediato que estaba en problemas cuando, al entrar a su apartamento, lo recibió la mirada fulminante de su padre y la enorme decepción de su madre. Tragó saliva, ¿qué había pasado?. ¿Ya descubrieron que había encerrado a un compañero en el baño? ¿O tal vez que le pasaba las respuestas a los exámenes a sus compañeros? ¿Falsificar su firma para que no vieran su desordenado y vacío cuaderno? ¿Qué tal la pelea que él mismo comenzó?

---Tenemos que hablar--- advirtió su padre, con un tono fuerte y severo, claramente tratando de no gritarle a su hijo.

Hiccup caminó despreocupado hasta el sillón y se echó ahí para escuchar a sus padres. Pudo sentir la terrible mirada que Estoico le dedicaba, pero no le importó mucho, estaba más que acostumbrado a esas miradas.

---Hijo...--- comenzó Valka, con la voz cargada de decepción y tristeza. Debía de admitirlo, eso sí le rompió el corazón.

---Explícanos, ¿Cuántas veces te escapaste del colegio con esos amigos tuyos? ¿Cuántas veces te fuiste a emborrachar con ellos? ¿Por qué te peleas en el colegio? ¿Y el bullyng a tus compañeros?--- habló su padre, viendo lo difícil que era para su madre aceptar que su hijo no era ese lindo angelito que ella pensaba.

<Oh, era eso> pensó con aburrimiento. Para tanta preocupación, pensó que la policía lo había visto fumando junto a sus amigos.

---¿De verdad quieren una respuesta a eso?--- trató de evadir las preguntas, sabiendo que la respuesta no iba a ser del agrado de nadie.

---¡Hiccup!--- su padre parecía a punto de explotar y pegarle la cachetada más fuerte se su vida, mientras su madre parecía a punto de estallar en lágrimas.

---Bueno, no creo que sea bullyng si hay confianza y ambos nos reímos ¿no?

Y lo sintió. Por un breve momento pensó que podía ver las estrellas, mientras su mejilla ardía horriblemente, sabía que luego dolería más. Probablemente la mitad de su cara se estaba colorando, pues la mano de su padre no era precisamente la más pequeña y él no era precisamente el chico más grande de la familia.

---¿Qué te pasó, hijo, nosotros no te criamos así?--- balbuceó su madre.

Él no contestó, ¿qué iban a saber ellos?

---¡Respóndele a tu madre!--- explotó su padre ---. No puedo creer que seas tan falta de respeto, todo esto debe ser por esos amigos tuyos, todos malandros. ¡No los volverás a ver, sino...!

---¡No hables así de mis amigos!--- Hiccup se levantó de golpe del sillón. De repente se sentía enojado, con la sangre hirviendole en la cabeza.

---¡¿No te defiendes pero a ellos sí?!--- se escandalizó su madre, quién se levantó de inmediato, mirándola con completa incredulidad.

---Ellos no tienen nada que ver--- se limitó a decir el muchacho ---y no me van a prohibir verlos.

---Tienes diecisiete años, aún tenemos tu custodia y harás lo que digamos mientras vivas en nuestro techo--- amenazó su padre, con una mirada que haría a cualquier valiente el ser más cobarde ---. Tu madre y yo hemos hablado, este verano estarás en el pueblo de Berck, viviendo con tus tíos.

---¿¡QUÉ!? ¡No!

---Lo siento, hijo, pero queda fuera de discusión--- su madre apretó sus labios y se fue, como si no soportara estar ahí, seguida de su padre.

Su mundo se había acabado. Iba a estar tres meses atrapado en esa maldita finca con unos tíos con los que ni hablaba, mosquitos en su oído y olor a mierda de caballo por todos lados. No podía ser más perfecto, lo juraba.














Debería actualizar... pero mejor empiezo otra historia B^

CampoWhere stories live. Discover now