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Es solo una amiga





Estacionó la moto cerca del porche de la casa. Dejó el casco en el manubrio y entró junto a Elsa. De inmediato, si tía levantó la mirada para ver quién había entrado, sus ojos se abrieron de par en par al ver a la bonita platinada en la puerta de su casa, seguida por su sobrino.

---¡Hiccup! No te esperaba tan temprano--- sonrió ---. No sabía que teníamos visitas.

---Lo siento, tía Grace, fue de imprevisto... Vamos a mi habitación.

Tomó la mano de la platinada y se perdió por el estrecho pasillo. Cerrando la puerta, dejó que Elsa se sentara en su cama, mientras él lo hacía frente a ella en la silla del escritorio.

Elsa sacó libro de su mochila y, mientras buscaba el capitulo dónde se habían quedado, dijo:

---Lo que haces para terminar la historia--- sonrió rodando los ojos.

«Lo que hago para oírte a tí»

Hiccup sonrió de vuelta, apollandose en el respaldar de la silla, escuchándola atentamente relatar la historia. Ella, por otro lado, realmente disfrutaba leerle algo que amaba a alguien, era la primera persona que le pedía eso y parecía realmente emocionado pora idea.

Así pasaron unos cortos minutos, hasta que su tía le gritó diciendo que era hora de sus labores. Rodó los ojos, disculpándose con Elsa, ella le dedicó una sonrisa lastimera, guardando el libro en su pequeño bolso. Salió y se sentó en la mesa de la cocina, Hiccup tenía que colocarse algo más cómodo para sus quehaceres.

Al salir del cuarto y pasar por la cocina, llevaba una de esas prendas desgastadas de los primeros días, gracias a la guardacamisa pudo notar que los brazos de Hiccup iban creciendo, él estaba ganando masa muscular. Sonrió para sí misma, sin dejar de mirar sus brazos, hasta que él volteó a verla a ella antes de salir.

---Te veo luego... O puedes venir... Como quieras--- sonrió levemente, antes de salir.

Llevando la carretilla llena de herramientas de su tío, pasó frente al establo. Tragó saliva al recordar que aquel caballo negro casi lo pisa, pudo haber acabado en el hospital.

Le dejó las herramientas a su tío, entonces él le dijo que debían de vaciar el cobertizo para limpiarlo. Estaba lleno de tierra y polvo y había sido una pequeña sugerencia por parte de Hiccup, ahora se arrepentía por no haberse quedado con la boca cerrada. Junto a Ereth comenzó a sacar todo. Comenzaron con lo más simple como algunas herramientas viejas de trabajo o cajas llenas de cosas que él ni enterado, hicieron tres pilas, una para las cosas que se quedarían, otra para las que debían de revisar y otra para botar.

Mientras llevaba una mesa familiar enorme junto a Ereth, vió a su amiga platinada sentarse cerca, junto a su tía, mientras ambas bebían una limonada. Elsa los observaba limpiar, mientras su tía Grace observaba descaradamente a su tío cortando el monte con un machete.

Siguieron sacando cosas hasta dejar el lugar prácticamente vacío. Mientras Ereth barría, Hiccup fue a buscar la manguera y el jabón para suelo. Se podría decir que en poco tiempo terminaron lo básico, pero aún faltaba desempolvar los muebles y herramientas que aún servían e iban a guardar antes de hacerlo. Como ya era algo tarde, decidieron cubrir las cosas con una manta, le dejaron este trabajo a Hiccup, mientras ambos Ereth y su tía entraban a la casa.

---Te estás poniendo papiado--- observó Elsa, metiéndose un hielo a la boca.

---Entonces te gusta lo que ves--- bromeó.

Ella se sonrojó, apartando la mirada. Hiccup la tomó suavemente del mentón, haciendo que vuelva a mirarlo.

---Sabes que bromeo--- dijo, antes de apretar el gatillo de la manguera.

El agua salió de la rendija, en toda la cara de la platinada, mientras Hiccup reía divertido. Ella consiguió la manguera y lo persiguió por toda la finca tratando de llenarlo de agua.

Sí, ella era su buena amiga. Su muy buena amiga y no la cambiaría por nada.

CampoWhere stories live. Discover now