Capítulo 8: Excursión reveladora

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Amber quedó sorprendida por la propuesta que acababa de escuchar. Se quedó sin comentarios, nunca pensó que de la boca del sujeto hubiera salido tal propuesta. No le incomodó buscar un nuevo destino con él; le había demostrado que era una persona de buenas intenciones, educado, leal, valiente y caballeroso.

Por su parte, Jack, ya había pasado mucho tiempo en la soledad. No le disgustó la idea de convivir con la rubia, al contrario. Creía que tenía una personalidad muy interesante, era una chica curiosa y desconfiada, igual de valiente que él, incluso más, y también era optimista. Cuando estaban al borde de la muerte, nunca pensó en rendirse; al contrario, fue ella quien lo animó a no terminar de esa manera.

—No quiero causarte más problemas —expresó la rubia, mostrando su preocupación por el bienestar de Jack. Sentía que él ya había hecho mucho por ella y no quería ser una carga.

—De todas maneras, necesitaba una nueva casa —bromeó Jack, tratando de quitar importancia a la situación. No quería que Amber se sintiera culpable por lo sucedido. Sus palabras estaban llenas de calidez y sinceridad, y su sonrisa tranquilizó a la mujer.

Ella sonrió, agradecida por el momento de humor. En un mundo donde las bestias hambrientas acechaban en cada esquina y los bandidos despiadados merodeaban por todas partes, la esperanza y el buen humor eran una rareza valiosa. La risa que compartieron fue como un rayo de luz en medio de la oscuridad que los rodeaba, un recordatorio de que aún podían encontrar momentos de alegría en ese mundo desolado.

Decidieron hacer una pausa para descansar y reflexionar sobre su próximo paso. Se sentaron en el suelo, rodeados por la quietud de la noche y el susurro del viento entre los árboles. A pesar de la incertidumbre del futuro, sintieron una extraña sensación de tranquilidad.

La chica miró las estrellas que comenzaron a aparecer en el cielo nocturno y se sintió agradecida por haber encontrado a alguien como Jack en medio de la desolación. Por primera vez en mucho tiempo, no se sintió sola.

La risa pronto se desvaneció cuando se dieron cuenta de que necesitaban encontrar un refugio. Los bandidos los habían dejado sin comida ni provisiones, haciéndolos continuar su camino sin nada. La realidad de su situación volvió a golpearlos, recordándoles lo vulnerables que eran en ese mundo cruel.

Jack se encontraba en una situación difícil, habían perdido su hogar y sus pertenencias a manos de unos bandidos despiadados. Mientras que Amber sabía que debían seguir adelante y buscar un nuevo refugio con la noche sobre ellos.

—Mejor busquemos un refugio pronto. Quizás podamos encontrar una cabaña bonita en algún lugar cercano —dijo la rubia, tratando de mantener un tono ligero a pesar de la gravedad de la situación. 

Jack se había convertido en su única compañía en ese mundo peligroso y ya era la persona más cercana en quien confiar. La conexión que estaban desarrollando era más fuerte que nunca, un lazo forjado en las llamas de la adversidad. Con la esperanza como su brújula y el ingenio como su herramienta, partieron en busca de un refugio en la oscuridad de la noche, listos para enfrentar los desafíos que les esperaban.

Juntos, se pusieron en marcha. A medida que avanzaban por el paisaje desolado, observaron la tierra quemada y los restos de lo que solían ser pueblos y ciudades. Los árboles y arbustos estaban marchitos y retorcidos, y las corrientes de agua estaban contaminadas por sangre y tragedia.

—Al menos tenemos esto —dijo Jack mientras sacaba una pistola que había mantenido escondida de los bandidos.

Afortunadamente, los saqueadores no se preocuparon por buscar una segunda arma. Jack nunca tuvo la oportunidad de usarla antes, ya que siempre fue vigilado de cerca por el jefe del grupo.

Sentido MortalWhere stories live. Discover now