Capítulo 23: Luz al final del túnel

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Ante la falta de alternativas, Amber se vio obligada a enfrentar su miedo y adentrarse en el oscuro túnel después de Jack.

A medida que sus ojos intentaban adaptarse a la penumbra, las sombras parecían cerrarse a su alrededor. Jack avanzaba con cautela, tratando de ocultar su propia aprensión y a la vez transmitir confianza a su amiga.

—No está tan mal —comentó, en un intento por disminuir la tensión.

—Sí, claro —respondió la chica de manera sarcástica, sin estar convencida.

El túnel se extendía ante ellos como un abismo oscuro y húmedo, un recordatorio constante de lo frágil que podría ser la estructura. El terreno parecía inestable, como si estuviera al borde del colapso en cualquier momento. En ese espacio claustrofóbico, los sonidos se magnificaban, resonando y desapareciendo en la negrura.

El único consuelo que encontraban era el ritmo regular de su propia respiración y el eco amortiguado de sus pasos en el suelo de tierra. La oscuridad era densa y abrumadora, haciéndoles sentir como si estuvieran caminando en una pesadilla.

Mientras avanzaban, la rubia sintió el impulso de aferrarse al brazo de Jack, buscando una conexión tangible en medio de la incertidumbre. A pesar de su orgullo, la oscuridad y la opresión del lugar despertaban sus miedos más profundos. Cada paso que daban parece llevarlos más lejos de la seguridad, alimentando su deseo de escapar de ese túnel tenebroso.

El tiempo parecía estirarse, cada minuto en la oscuridad se sentía como una eternidad. La chica trataba de mantener la compostura, aunque está ansiosa por salir de ese lugar, pero para ello debía seguir adelante para encontrar respuestas y un refugio seguro.

—¿Hueles eso? —preguntó mientras arruga su rostro, su expresión lo dice todo que dejaba saber que algo no andaba bien.

—Huele fatal —respondió Jack, ya incapaz de disimular su reacción ante el penetrante aroma.

La fetidez del lugar se volvió abrumadora, envolviéndolos con su hedor nauseabundo. La necesidad de detenerse y enfrentar la causa de ese olor desagradable se convirtió en una elección inevitable. Sus pasos se frenaban y ambos compartieron una mirada cargada de duda.

Detenerse en ese oscuro túnel lleno de incertidumbre no era precisamente lo que quisieran hacer, pero la curiosidad y el sentido de supervivencia los empujan a investigar las opciones que se desplegaban frente a ellos: regresar y perder el tiempo que ya han avanzado, continuar adelante sin importar el hedor o enfrentar la fuente del mal olor.

—Creo que nos estamos acercando —informó Jack, quien parecía usar su sentido del olfato como guía.

Finalmente, a unos metros de distancia, divisaron una tenue luz que iluminaba una pequeña porción del túnel. Una bombilla titilante proyectaba su luz en medio de la oscuridad que los intrigó. Caminaron con precaución hasta llegar a la zona iluminada, la luz revelaba un montón de escombros y basura amontonada en una de las esquinas del túnel.

La pila de desechos parecía haber sido abandonada hace tiempo, un recordatorio sombrío de la falta de civilización y orden en ese mundo postapocalíptico. Entre los restos se podía vislumbrar pedazos de ropa desgarrada, latas oxidadas y otros objetos inservibles.

—Esto es repugnante —comentó la rubia, mientras cubría su nariz con la mano en un intento por bloquear el olor.

—Sí, parece que estamos en la guarida de la basura —agregó Jack con una mezcla de disgusto y sarcasmo.

Mientras Amber escudriña con la vista la montaña de basura, sus ojos captaron un movimiento que la saco de su estado de calma.

—¡Algo se movió! —gritó con su voz cargada de pánico, mientras señalaba con mano temblorosa hacia la pila de escombros.

Sentido MortalWhere stories live. Discover now