Capítulo 20: Los inicios de Amber

17 1 18
                                    

Amber exhaló un suspiro mientras sus ojos se perdían en el horizonte, como si pudiera ver en el pasado a través de las sombras del presente. Sus palabras resonaron con una mezcla de tristeza y resignación mientras compartía con Jack una parte íntima de su vida.

—El último recuerdo feliz que tengo con mi familia fue hace muchos años, antes de que todo se fuese a la basura —expresó con melancolía.

La tenue luz del sol filtrándose entre las hojas de los árboles dio un matiz nostálgico al momento. Jack observaba, dando espacio para escuchar la historia. La expresión de la rubia revelaba el dolor que emanaba de sus recuerdos, como un río de emociones represadas durante mucho tiempo.

Amber llevaba consigo un dolor profundo, y al compartir sus recuerdos con Jack, se abría como nunca antes lo había hecho. El peso de su historia parecía desvanecerse un poco mientras hablaba, aunque el dolor seguía palpable en sus palabras.

La joven parecía recordar cada detalle vívidamente, como si el pasado estuviera cobrando vida ante sus ojos. Mientras hablaba de su familia, una mezcla de admiración y tristeza se entrelazaba en sus palabras.

—Mi padre era un exitoso empresario, un magnate en los negocios —sus ojos se iluminaron ligeramente—. Y mi madre, una mujer hermosa y dulce.

Suspiró, como si el simple recuerdo de su madre trajera un poco de alivio a su corazón afligido. Jack caminaba a su lado, atento a cada palabra que salía de sus labios. No había necesidad de interrumpirla, solo escuchaba, sintió una conexión más profunda con ella a medida que compartía su historia.

Pudo visualizar en su mente la imagen de una familia adinerada y respetada en la sociedad anterior. Aunque la joven había admitido ser una adolescente caprichosa, era claro que reconocía sus propias debilidades.

La rubia continuó con un tono suave, revelando capas de su pasado que nadie más había visto. Era una confianza que estaba depositando en Jack, una manera de abrirse a él de una manera que no había hecho con nadie más.

—Sé lo que estás pensando —dijo con una leve sonrisa, como si pudiera leer la mente de su amigo—. Sí, era la típica adolescente insoportable.

Jack soltó una risa sincera, sorprendido por la manera en que la rubia había anticipado sus pensamientos. Era un momento de complicidad en medio de las sombras y la poca luz que los rodeaban.

—Tienes razón, me descubriste —respondió con una sonrisa cómplice, disfrutando de su interacción ligera mientras caminaban.

A medida que Amber continuaba su relato, su tono se volvía más serio, y Jack podía sentir la intensidad de sus emociones. La joven reveló un lado vulnerable, dejando a la vista sus luchas internas y su búsqueda de significado en medio de la devastación que los rodeaba.

—Muchas personas dirían que tener todo significaba que era feliz, pero la verdad es que no lo era —confesó, en sus palabras resonaba un eco de dolor que trascendía.

Jack asintió con comprensión, y mientras caminaban, un silencio los invadió por un momento, el bosque parecía envolverlos en un abrazo de hojas y sombras, como si estuvieran compartiendo su carga con el entorno que los rodeaba.

Amber reunió toda su valentía y se sumergió en uno de sus recuerdos más vívidos:

—¡Buenos días, hija! —exclamó su madre con un toque de entusiasmo en su voz. La mesa estaba preparada con un desayuno completo, como un oasis de normalidad en medio de su vida tumultuosa.

—Buenos días —respondió Amber, aunque su tono denotaba irritación. Un dolor punzante en su cabeza se había convertido en su compañero habitual—. ¿Puedes adivinarlo? Papá llegará tarde para el desayuno.

Sentido MortalWhere stories live. Discover now