08. Los tres mosquetontos

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La alarma sonó a las seis en punto. En otra ocasión Sergio habría optado por dormir un poco más y lamentarse el resto del día por la conversación que había tenido con Max la noche anterior, pero esa mañana, bajo el ardiente sol de Baréin, las cosas serían diferentes. Saldría a correr como de costumbre y quizás se metería a nadar un poco al mar para refrescarse, como si nada hubiera pasado, y disfrutaría del último día en ese país que tanto le gustaba.

Porque el nuevo Sergio ya no se echaba a llorar después de tropezar, el nuevo Sergio se levantaba y andaba con la frente en alto sin temor al éxito.

Con rapidez se vistió con su ropa deportiva, sin olvidar ponerse el traje de baño debajo del short para no tener que regresar a cambiarse, y después fue al baño a lavarse los dientes. Una vez que terminó, fue al tocador y se miró al espejo para peinarse el cabello. Mientras lo hacía recordó la intensa mirada de Max a través del espejo, pero lejos de inmutarse, sonrió.

«No volveré a caer en tu red de mentiras, Emilian» pensó, al tiempo que cogía sus gafas oscuras que reposaban sobre el mueble para ponérselas. «Ahora este es mi juego y vas a tener que adaptarte a mis reglas».

Cuando llegó a la playa, se detuvo un momento para calentar. Realizó algunos estiramientos, cuidando de no olvidarse de poner en calor ninguna parte de su cuerpo para no sufrir alguna lesión que pudiera comprometer su salud, sin darse cuenta de que no muy lejos de ahí comenzaba a formarse un alboroto entre tres personas muy alteradas.

Bueno, en realidad eran cinco, solo que una no decía nada y la otra solo sonreía.

***

Lando se despertó a primera hora de la mañana para alistar todo lo que necesitaría ese día para poner en marcha "El Plan A". El plan  para enamorar a Sergio. Lo había inventado la noche anterior después de la cena, justo después de haber recibido un mensaje por parte de Daniel.

Daniel:

¿Estás despierto?

Lando:

Sí, aunque estoy a punto de irme a la cama. Vengo de cenar.

Daniel:

¿Tan tarde?

Lando:

Fui a cenar con Sergio.

Daniel:

¡Es cierto! ¿Qué tal estuvo?

Lando:

Es complicado escribir todo. ¿Puedo llamarte?

Como Daniel ya no respondió, Lando aprovechó para ponerse la ropa de dormir, lavarse los dientes y meterse a la cama. Veinte minutos más tarde, dio por hecho que Daniel ya no iba a responder hasta el día siguiente, pero de pronto su móvil volvió a sonar. Suspirando, se incorporó a medias de la cama y desbloqueó la pantalla para leer el mensaje.

Daniel:

Disculpa, recibí una llamada de Charles.

Lando entrecerró los ojos y se apresuró a responder. Eso no le gustaba nada, sobre todo después de la jugada sucia que Charles había usado en la cena.

Lando:

¿Qué quería?

Daniel:

King of the streets || Chestappen § Chewis Where stories live. Discover now