King of the streets || Chestappen § Chewis

25. Gran Premio de Japón

GP de Japón. Sábado, 23 de Septiembre de 2023.

Toto abrazó a Sergio con efusividad cuando lo vio regresar al garaje, minutos después de haber finalizado la clasificación. Lewis iba a su lado, limpiándose la cara con una toalla, mientras conversaba en voz baja con él.

—¡Ahí está mi poleman favorito! —los interrumpió Toto emocionado, ignorando la mirada dolida por parte de Lewis—. Todo saldrá perfecto mañana, Checo. Solo 6 puntos. ¡Solo 6 puntos!

Los mecánicos se unieron al festejo. Sergio les sonrío a todos un tanto apenado, todavía incapaz de sentirse cómodo por tanta atención. Lewis también aplaudió fuerte, orgulloso de lo que Sergio había conseguido en tan pocos meses.

—Valió la pena unirte al equipo, ¿verdad? —le preguntó a Sergio haciendo a un lado la mano de Toto, que descansaba sobre su hombro, para poner la suya—. Al final este señor tenía razón.

—Pocas veces me equivoco —corroboró Toto, sin rencores a Lewis por avergonzarlo frente al equipo—. Tú siempre has tenido talento, Checo, solo que muy pocos han sabido valorarte.

Sergio sonrío de lado, mirando de reojo hacia la entrada del garaje. Varios mecánicos de las otras escuderías iban de aquí para allá trasladando sus equipos, incluidos sus antiguos mecánicos de Red Bull. Entonces, su sonrisa desapareció. Ellos no habían tenido la culpa de su despido, pero parecía que tenían prohibido mirar hacia donde estaba. «Cosas de Jos», pensó, apretando los dientes para evitar que le ganase el sentimiento. Su fragilidad debía quedar a espaldas del resto del mundo. Ahí debía ser Sergio Pérez "El futuro campeón del mundo", no Checo, el chico sensible que era bueno con todos, incluso con aquellos que no lo merecían.

Lewis notó el cambio drástico de su semblante, así que lo sacudió un poco para librarlo de sus malos pensamientos.

—Mañana será el gran día. Ánimo.

La sonrisa volvió a plasmarse en el rostro de Sergio. Toto, absorto de lo que estaba pasando, jaló del brazo a un muchacho castaño que pasaba por ahí con las narices pegadas en unos reportes.

—¡George! ¡Mañana Checo se coronará campeón! ¿No vas a felicitarlo?

A George le tomó por sorpresa la acción repentina de Toto. Claro que no quería felicitarlo, por eso había intentado pasar desaparecido por la zona. Además, tenía muchos más problemas en los qué pensar. Jos llevaba atormentándolo desde el último Gran Premio y ya no sabía qué más excusas poner. Para variar, Lewis seguía confiándole parte del "plan secreto" que tenía con Sergio, haciéndolo sentir como un doble cara. Bueno, lo era, pero la culpa le estaba estableciendo límites para no hacer algo malo. Hasta ese momento, la prensa y los fans no dejaban de acosar a Lewis por la fotografía que él mismo había tomado, cuando era él más inocente en todo eso. Su sed de venganza lo había llevado a cometer tantas tonterías y ahora no sabía cómo salirse de esa situación.

—Toto... Déjalo ir. Se ve que está ocupado —la voz de Sergio trajo de vuelta a George, quien se había perdido en sus pensamientos. Parpadeó un par de veces, agitando sus largas pestañas para deshacerse de cualquier confusión, y miró a Sergio, quien le estaba sonriendo.

¿Y si en verdad Lewis decía la verdad y Jos era el malo de la historia?

—Está bien, vete ya. Ha sido un día duro para todos. Mañana tendremos una gran alegría y necesitamos descansar para celebrar —Toto soltó a George—. Por cierto, creo que tu móvil está sonando.

George abrió los ojos grandes; Sergio se percató de ello.

—Hey... ¿estás bien?

George, en definitiva, no estaba bien. Y la mano de Sergio en su brazo, justo dónde Toto lo había tomado antes, no era de mucha ayuda. Llevaba días sumergido en un estado de confusión donde ya no sabía qué pensar.