17. Noche de chicos hispanos

1.7K 169 70
                                    

Sergio se miró por última vez al espejo, dándose ánimos para salir de la habitación. Una parte de él no quería acudir a la reunión, aún se sentía agobiado por todo lo que había pasado en Austria y la prensa no ayudaba a aminorar el fuego en lo absoluto, pero lo más probable era que Fernando y Carlos ya estuvieran esperándolo en el bar y no quería hacerles una grosería. Además, quizás Fernando tenía razón, salir un poco le levantaría el ánimo y lo ayudaría a olvidarse de los problemas al menos por un par de horas.

Cómo último paso, se puso un poco de perfume y se desabrochó los primeros dos botones de su camisa color vino para verse más casual. Dándose el visto bueno, fue hacia la cama para tomar su móvil y guardarse la billetera; sin embargo, unos golpes en la puerta lo hicieron caminar hasta allí para abrir.

—Lewis, no esperaba verte tan pronto por aquí...

Lewis respondió con un abrazo. Sergio lo correspondió, sonriendo discretamente.

—Te extrañé mucho —susurró Lewis, acariciándole la nuca con ternura—. ¿Por qué no quisiste celebrar con nosotros?

—Era su momento. Estaban en casa —Sergio rompió el abrazo lentamente, cerrando la puerta para que nadie los interrumpiera—. Lando y tú merecían celebrar como se debe con su gente.

—Pero tú ganaste...

—Ya habrán otras celebraciones, ¿no crees?

Lewis notó que sus ojos estaban tristes. Sergio llevaba toda una semana actuando de esa manera, aislándose y sonriendo de lado, como si algo lo estuviera molestando.

—Sí, supongo que sí —Lewis tomó su mano y lo guió un momento lejos de la puerta para ir la pequeña sala de estar—. Pero sé que algo te pasa. No te ves bien.

Sergio miró el perfecto contraste que hacían sus manos. Luego, recorrió de abajo hacia arriba el cuerpo de Lewis con su mirada, perdiéndose en sus ojos oscuros por un momento. Su cabeza comenzaba a dar vueltas otra vez en lo que había pasado en Austria. También pensó en la copia de la memoria que ocultaba en su maleta; en la mentira que le había dicho a Toto respecto a la información que se negaba a compartir con él; en el mal compañero que se estaba convirtiendo con Lewis por continuar ocultándole el verdadero motivo de eso y, lamentablemente, en Max y su padre.

Entonces, todo eso le hizo preguntarse una cosa:

¿Realmente valía la pena continuar con su plan de venganza?

La mano de Lewis aterrizó en su mejilla, espabilando gran parte de sus tormentosos pensamientos. Sus ojos brillaban, invitándolo a confiar en él. Lewis era un hombre increíble. Cualquiera mataría por estar a su lado y Sergio se sentía afortunado de poder intentar una vez más querer a alguien; sin embargo, había algo que le impedía sentirse pleno y completo. Las mentiras y rencores le nublaban la mente por ratos, llevándose consigo los momentos de lucidez para convertirlos en una tempestad dolorosa.

¿Cómo se tomaría Lewis la noticia de que tenía un trato con Max a sus espaldas? ¿Se molestaría por no habérselo dicho antes?

A pesar de que trataba de tranquilizarse diciéndose a sí mismo que era él quien tenía el control de la situación, sabía que Lewis le diría que no se confiara tanto. Después de todo, no solo estaba luchando contra Max y su equipo entero, sino también con una pieza muy importante: Jos Verstappen.

A diferencia que con Max, Sergio no conocía los puntos de presión de Jos. Había intentado atacarlo con su hijo —cosa de la que no estaba orgulloso— pero ni aún así parecía haber creado un efecto colateral de su parte.

Y eso le ponía los pelos de punta.

Jos Verstappen era un hombre rencoroso y malvado. El golpe que le había dado no había sido suficiente para mantenerlo al margen, y si no actuaba pronto, él no podría idear una nueva manera para atacarlo. Por más que Max se merecía cosas terribles, utilizarlo nuevamente como arma contra su propio padre no sería correcto. Una vez era cuestionable; dos una deshonra.

King of the streets || Chestappen § Chewis Where stories live. Discover now