Capítulo dos.

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Desperté en medio de la noche, sentía una comezón en todo mi cuerpo, de los pies a la cabeza.

Prendí las luces de la habitación y pude ver pequeños insectos corriendo por mi cama, hormigas.

Maldije al verlas, dios, ¿donde se supone que dormiría? Además, ¿por qué estaban en la cama? No había comido algo como para que anduvieran ahí por las migajas.

Salí de la habitación, entre a la sala y me senté en el sillón. Además de las molestas hormigas en mi habitación, sentía una angustia en mi pecho y mi cuerpo estaba demasiado caliente, tanto que mi piel ardía si mis piernas tenían un roce entre sí.

Me estire sobre el pequeñe sillón, quedando con las piernas fueras del sillón. Tenía mucha calor, sentía mi cuerpo arder a más no poder, pero eso no era fiebre, lo sabía, una fiebre jamás llegaría a ser tan fuerte.

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Un rato había pasado, ya había ido a revisar la habitación y las hormigas no se iban, es más, ahora podía ver unas de un tamaño muy grande y oscuras. Una de esos insectos logró picarme, y dolió como si fuera una quemada con aceite hirviendo.

Ya había ido a la cocina a beber agua más de 16 veces en 2 minutos, el reloj en la pared marcaba que faltaban 5 minutos para las 3:00 am.

Dios, no podía dormir así. No con este cuerpo caliente y las hormigas invadiendo mi habitación.

Me volví a sentar en aquel sillón, intentando relajarme.

Pasaron unos minutos y pude escuchar el "click" del reloj, anunciando que ya eran las 3:00 am.

Eso fue lo peor..

Sentí una energía recorrer mi cuerpo entero, haciendo que me retorciera en mi asiento. Inconscientemente abrí mis piernas, mi frente comenzó a sudar demasiado y algo hacía que abriera las piernas cada vez más.

Sentía escalofríos y energías raras recorrer mi cuerpo entero, yo no podía hacer más que apretar fuertemente el cuero del sillón y quejarme bajo, ya que ni mi voz salía bien.

Todo empeoró cuando sentí algo entrar por mi boca, abrí mis ojos, pero no veía nada, simplemente lo sentía, más no lo veía.

Cuando por fin dejé de sentir aquello en mi boca, un sabor amargo horrible se poso sobre mi garganta. Con dificultad trague ese sabor horrible, o sino seguiría sintiendo mi garganta derretirse por lo amargo.

Sonreí al ver que mis dolores y escalofríos disminuían. Y lo que sea que no me dejaba cerrar las piernas por fin me dejó hacerlo.

Mi estómago se revolvió, y mi respiración era agitada, sentía mi cuerpo palpitar por todos lados.

Me tranquilize, intente ponerme en pie pero..

Sentí algo entrar en mi, atraves de mi ano. Volví a caer en el asiento tapándose mi boca para no soltar gemidos.

Mis piernas se volvieron a abrir poco a poco, y sentía algo entrando y saliendo en mi ano, no dolía debido a que estaba lubricado, no se en que momento mi ano se puso mojado.

Lo que sea que me pasaba, estaba aumentando y mis gemidos querían salir, mis piernas temblaban y me retorcía en mi lugar.

Una fuerza desconocida hizo que bajara mis manos a lado de donde estaban mis piernas, dejando salir mis gemidos. 

Lo que sea que me estaba pasando, me encantaba.

Mis gemidos comenzaron a salir, y mi cuello se mantenía recto viendo al techo, mientras de mi frente caían miles de gotas de sudor, era como si mi cabello fueran una tormenta, estaba empapado en sudor.

Sentí mi piernas temblar aún más y mi abdomen bajo contraerse, para minutos después manchar mi short corto y negro con tiras de semen.

Lo que me estaba penetrando no se detenía, no paraba su velocidad, solo la aumentaba.

Mis gemidos se intensificaron cuando sentí que me había tocado mi punto dulce, eso me hizo gemir como una perra desesperada.

Solo podía gemir la palabra "más, dame más" en realidad estaba hablando solo, por que yo no podía ver a alguien, pero si lo sentía.

Algo invisible estaba maltratando mi próstata, y me encantaba.

Mis gemidos no paraban y esa cosa tampoco dejaba de darme placer, era un desastre. Me retorcía en mi lugar, de un lado a otro, abriendo y cerrando mis temblorosas piernas. Todo desde mi cintura a mis rodillas vibraba bruscamente.

Sentí como esa cosa liberaba algo dentro de mi, era caliente, y estaba saliendo en exceso. De mi entrada comenzaron a salir tirar blancas, que no paraban de salir, machando mi short. Eso dentro de mi tampoco dejaba de expulsarlas.

Hasta que después de quizás.. un minuto, dejo de liberar eso dentro de mi, no quería creer que eso era semen, tenía que ser otra cosa.

Mis gemidos pararon, mis piernas temblaron aún más al sentir algo recorriendo lentamente mis piernas, sacándome otro gemido.

Mi respiración era sumamente agitada, y tal como hace quizás, ¿una hora?, mi cuerpo palpitaba.

Sentí como lo que había entrado en mi atraves de mi boca, buscaba el lugar por el que había entrado. Mi estómago se revolvió, no quería volver a probar ese horrible sabor amargo.

Y no lo hice.

Sentí algo subir por mi estómago, hasta llegar a mi boca. Pero en vez de sentir ese sabor amargo del inicio, sentí un placer enorme, el mejor del mundo.

Algo tan placentero que podía desmayarme ahí mismo. Solté un gran y largo gemido, que se mezclo con un grito desesperado.

Al fin eso salió de mi, y mi cuerpo se dejó caer completamente en el sillón, completamente cansado y destrozado, no podía ni abrir los ojos.

Pero hice un esfuerzo por abrirlos, y pude ver como la cortina ondeaba por el viento, aún estando la ventana cerrada. Sentí el viento darme en la cara, para despues sentirlo recorrer mi entrepierna.

No fue placentero, fue raro y molesto.

Lo único que pude ver fue una sombra de color negro fuera de la casa, viéndome a través de la ventana, antes de cerrar mis ojos y quedar profundamente dormido.


hamswin

Fantasmas [Minsung ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora