Fantasmas [Minsung ]

Capítulo seis.

Me encontraba caminando hacia mi trabajo, estaba que me moría de sueño, como siempre, solo que este día el sueño era más pesado que normalmente.

Casi arrastrándome llegue a la pastelería, felix al verme alzó una ceja y me hizo señas para que comenzara a trabajar ya.

Y así lo hice, habían bastantes clientes tomando en cuenta lo temprano que era.

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El día transcurrió con normalidad, no hubo ningún hombre que se quisiera sobrepasar conmigo, pues ahora me vestía con ropa "normal" y que no mostrara o marcara alguna parte atractiva, de mi cuerpo.

Faltaban ya algunos minutos para poder salir de la pastelería, estaba bebiendo un poco de agua mientras felix veía el celular, sentado en unas de las tantas mesas libres.
Termine mi vaso de agua y me senté junto a Felix, tenía pensado invitarlo a una pijamada.

- Felix. - hable.

- ¿mmm? - dijo, sin dejar de mirar el celular.

- y si.. ¿Vienes hoy a mi casa? - jugue con mis dedos, nerviso. Me sentía como si me le estuviera declarando, ¿que me pasaba..?

- ¿sexo? -

- ¡¿qué?! -

Felix se carcajeo, y apagó el celular.

- nada, nada, ¿a que quieres que vaya? ¿Piensas ofrecerme como sacrificio para ese demonio? - exclamó. Alzando una ceja.

- no, idiota, solo quiero que veamos películas, claro, si llevas tu computadora pues no hay televisión en esa casa, y mucho menos tengo para comprar una. - dije soltando un suspiro.

- buenoo. -

Me recargue sobre el asiento, pero ni bien me puse cómodo cuando Felix casi me grito que ya podíamos irnos, y así lo hicimos, Felix cerro la puerta. Ya después el jefe, que se la pasaba todo el día en la segunda planta, la cerraría con seguro.

Felix siguió el camino a su casa, pues tenía que pasar por el computador. Yo comencé a caminar lento, tenía muy pocas energías.

Camine una hora quizá, hasta llegar a mi casa, y por supuesto los gatos de pelaje negro se me amontonaron en mis pies, pero fui más listo y logre entrar rápido.

Eran las cuatro pm, normalmente cuando llegaba a casa me duchaba, cenaba y me dormía, aunque fuera realmente temprano. No me juzguen, siempre llegó cansado.
Pero hoy no podía, pues tenía que quedarme toda la noche con mi amigo, viendo películas y comiendo hasta que nuestros estómagos rechazarán la comida. Colgué las llaves en la puerta y camine hacia la Sala, sentandome en el sillón, soltando un suspiro placentero al sentir la suavidad del sillón. Me quite los zapatos tirandolos para algún lugar de la Sala.

Cerré mis ojos un momento, antes de volverlos a abrir y levantarme perezosamente, levantando los zapatos del suelo y llevándolos a mi habitación. Estuve un momento pensando si bañarme primero y después cocinar, o si cocinar primero y después bañarme. Al final me decidí por ducharme primero, pues lo que tenía pensado cocinar era realmente simple, pero muy delicioso.

(...)

Media hora paso, ya me había bañado, fue realmente relajante. Ahora estaba en la cocina, cocinando algunas palomitas y carnitas para hamburguesas, las dos cosas a la vez. Me era difícil intentar que las palomitas no explotaran el sartén, y a la vez intentar que la carne no se quemara. Pero lo logre.

Estaba depositando las palomitas en un tazon, cuando alguien tocó la puerta. Deje lo que estaba haciendo y camine a abrir la puerta.
Una corriente de energía recorrió mi cuerpo, desde mi cabello hasta la punta de mis pies, quedando paralizado, ahí, frente a la puerta. Sin poder abrirla. Y es que podía sentir el enojo de alguien más, de alguna manera sentía como si alguien estuviera frente a mí, con un gran enojo..

Salí del trance en el que estaba, sacudiendo mi cabeza en cuanto la persona tras la puerta volvió a tocar, pero esta vez más fuerte. Abri la puerta, una sonrisa se dibujo en mi rostro al ver a Felix, él por otro lado, estaba con cara de obvio enojo.

- idiota, hasta que te dignas en abrirme. - rodo los ojos, haciéndome a un lado para poder pasar. - casi me pierdo y ahora ni siquiera me querias abrir. - exclamó desde la Sala. Pues yo estaba en la entrada de la casa, algo confundido aún, podía algo extraño en mi corazón..

Volví a sacudir mi cabeza, regañandome internamente por actuar así. Cerré la puerta, caminando hacia la Sala, donde vi a Felix con el computador frente a él, muy ocupado al parecer.

En cuanto me senté a su lado, se tapó la nariz, haciendo muecas de desagrado, como si pudiera oler algo realmente desagradable. Miro a todos lados, hasta que su viste se poso sobre mí, alcé una ceja.

- ¿tú despides ese horrible olor? ¿No te bañaste? - habló. Abri mí boca en forma de 'O' al escucharlo decir aquello. - ¿qué? ¡Claro que me bañe, estúpido! -

- pues no parece. Hueles a podrido.. Mmm.. A tomates, tomates podridos. - dijo mientras se tapaba la nariz. - ¿qué? - no tenía ni idea de por qué estaba oliendo ese olor, yo no podía oler absolutamente nada.

- sí, mmm... No creo que ese olor provenga de tí, ¿cómo podrias oler a tomates podridos? - alzó una ceja. Me encogi de hombros, negando. Pues no sabía de donde provenia ese olor..

Me levante de mí lugar, corriendo hacia la cocina al recordar que la carne seguía en el sartén, solo que el fuego estaba apagado, pero aún así se llenarian de aceite y sabrían horrible. Saque las tortitas de carne, exprimiendolas bien, y después secandolas en servilletas. Odiaba la sensación de comer algo con mucho aceite.

Metí las tortitas en un papel toalla, se encargaría de sacar el aceite restante. De pronto volví a sentir esa corriente de energía recorriendo mi cuerpo, era como si alguien estuviera justo detrás de mi con un gran enojo.

- Vamos Félix, ya te dije que no soy yo quién emana ese olor - dije mientras secaba las tortitas con el papel toalla.

- Oye me traes un vaso con agua. - pude escuchar la voz de Félix desde la sala, tarde unos segundos en caer en cuenta que Félix no era quién estaba detrás de mí.

Al voltear no había nadie ahí pero esa sensación de enojo aún estaba ahí.. Me sentía observado, sabía que había alguien más estaba conmigo en la cocina pero no había absolutamente nadie.

☆
hamswin!¡

Nota:
Gracias a alecdr0_por ayudarme a escribir este cap. 🦭🙌