Capítulo veinte. (Parte dos)

6.3K 683 692
                                    

[Felix]

¿Dónde estoy?

Enterrando a mi perro.

- Felix perdón.. no fue mi intención, el perro me atacó y tuve el impulso.. -

- Hijo de puta lo mataste... Mataste al ser vivo que más amaba en el planeta tierra, - me acerque a él, golpeando con todas mis fuerzas su pecho - al que siempre me acompaño, al que siempre me cuido, mataste a el único que me acompañaba en mi soledad, no pienso perdonarte, ¿Entiendes? Para mí.. - retrocedi unos pasos - has matado a mi hijo. - pronuncie, con la voz entrecortada, mis lágrimas corrían por mis mejillas.

- Felix yo... Solo... Perdón. - cabizbajo.

- No, no hay perdón, ni lo habrá. ¡Espero te mueras de la peor forma posible! ¡Te detesto! - era un mar de lágrimas, y por más que lo intentaba retener no me era posible, Hyunjin no ayudaba con lo que decía.

Él solo me miró con una mirada triste, sonreí sarcástico y negué, limpiando mis lágrimas con brusquedad con la manga de mi suéter, comenzando a caminar, dejando solo a ese maldito demonio que me arrebato a lo que más amaba en el planeta.

Y es que estaba en el lugar donde adopte a Dogsi, una zona rural, decidí viajar un día entero en auto para poder enterrarlo acá. La misma noche que paso eso, me desmaye por tanto llorar, y tuve un sueño de Dogsi pidiéndome que por favor lo enterrará ahí, puede sonar tonto pero para mí no lo es. Este lugar transmitía paz y tranquilidad, por lo que logré calmarme un poco en cuanto respire el aire puro, pero esa tranquilidad se fue a la mierda cuando Hyunjin, porque sí, se llamaba Hyunjin el maldito que asesino a Dogsi. Toda mi felicidad se fue en cuanto Hyunjin apareció justo cuando estaba llorando a la pequeña tumba dónde estaba Dogsi.

Veía borroso y me sentía mareado, mareado por no haber comido nada en dos días y por haber llorado día y noche. A pasos torpes logré llegar a la camioneta, abriendo la puerta para subir, dispuesto a conducir y irme.

Pero sentí un fuerte agarre en mi brazo, cosa que casi me hizo caer pero me sostuve de la puerta de la camioneta.

- ¡¿Que quieres?! - grite, viendo el asiento, no pensaba girarme a verle.

- Esto no es lo que planee, se que no me perdonarás así de fácil, pero por favor.. déjame llevarte de nuevo, ¿Sí? Así como estás puedes tener un accidente. - sentí como camino unos pasos adelante, entonces me gire, empujándolo hacia atrás.

- Si tengo un accidente está bien, prefiero morir. -

Fue lo único que dije y subí al auto, cerrando la puerta con fuerza y arrancando el auto, viendo fijamente la carretera, con la mente en blanco y algunas lágrimas queriendo salir aún.

(...)


Luego de casi veinticuatro horas conduciendo por fin llegué a mi casa, estacione el auto frente a mi casa y camine hacia la entrada. Sentía mis pestañas pesar, apenas y podía mantener los ojos abiertos.

Tambaleandome y con torpeza saque las llaves de mi bolsillo, abriendo la puerta viendo la casa en completo oscuridad, prendí el interruptor y todo se iluminó, todo en silencio.

Sentí una fuerte punzada en mi corazón, acompañado de más lágrimas que comenzaron a salir, sin poder hacer algo para detenerlo. Cerré le puerta y pegue mi espalda contra esta, resbalando hasta quedar sentado en el piso.

Todos los recuerdos con Dogsi comenzaron a pasar por mi mente, la vez que lo vi por primera vez, la vez que se escapó, la vez que me desmaye y desperté con el a mi lado con sus ojitos hermosos mirándome con preocupación. Simplemente no podía vivir sin el aquí, ¿Que haría? Lo quería más que a mis mismos padres, y lo sigo queriendo más que a mis padres aunque ya no esté acá.

No planeo perdonar a ese maldito demonio.

¿Cómo pudo matar a un pequeño e indefenso perrito?

Mis sollozos y lágrimas se intensificaron, resonaban en toda la casa al mismo tiempo que tomaba mis cabellos entre mis manos y los apretaba con fuerza, la rabia y odio que tenía adentro era mucha.

En medio de todos mis sollozos no me di cuenta cuando algo desconocido me estaba olfateando el brazo. Con un poco de miedo trague saliva y levanté la cabeza, encontradome con..

Dogsi.

Era Dogsi.

Es Dogsi.

- ¡Dogsi! - grite a los cuatro vientos abrazándolo - mi amor, mi vida, mi razón de respirar, mi cielo, mi todo, ¡Estás con vida! ¡Estás aquí! - dije lo último con la voz entrecortada, mis lágrimas volvieron salir, pero está vez era por felicidad.

Con las mejillas empapadas deje de abrazarlo para besar su frente, arrodillandome frente a el y viéndolo a los ojos, con una felicidad inmensa, mi corazón iba a estallar de tanta felicidad en ese momento.

Supe de la presencia de alguien más al escuchar unos pasos provenientes de la sala, y al girarme a ver vi a un hombre alto con jeans color negro y una chaqueta de cuero.

Era Hyunjin.

El insensible que atento contra la vida de mi perro.

Iba a hablar pero fui interrumpido por él.

- Se te olvidaba que soy un demonio, ahí está tu razón de vivir. - sonrió victorioso.

- G-gracias... - sonreí, tímido.


hamswin!¡

Nota:
Fin.

KAHSAJS no, pero ya pronto se termina este fanfic y bueno, pido perdón por la tardanza :v

Fantasmas [Minsung ]Where stories live. Discover now