Capítulo dieciséis.

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Sentí algo restregarse contra mi entrepierna, tenía mucho sueño como para abrir los ojos pero los abrí, viendo la morada cabellera de Minho, ¿Era él el que se estaba restregando contra mi entrepierna? Si era él.. que atrevido de su parte.

Estiré mis extremidades, bostezando en el proceso, cuando mis brazos volvieron a su lugar los coloque sobre la cintura de Minho, quien seguía profundamente dormido. Acaricie sus suaves mechones de cabello, su cuerpo estaba caliente, y yo tenía frío, la combinación perfecta. Me acerque aún más a él, formando la típica y famosa posición de la "cucharita".

- Minhoo - hablé con voz melosa - levántate, tenemos que ir al trabajo. -

Si el jefe ve lo que hicimos ayer en su pastelería, le dará un paro cardíaco.

Porque sí, ayer las cosas se tornaron un poco hormonales.. y pues terminamos teniendo sexo en la oscuridad de ese lugar, sobre una mesa.

Fue extraordinario.

- No quiero ir.. - alargó la última palabra - tengo sueño. -

Se giró, acurrucándose en mi pecho. Sonreí ante esto.

- Además me duele el trasero. - reí a carcajadas al escucharlo. - ¿De que te ríes? - alzó una ceja, saliendo de su escondite.

Negué con la cabeza, mientras me levantaba de la cama. Si él no quería ir, no iría. Entre al baño, dónde me quite la pijama y entre a la ducha.

Salí a los pocos minutos, en cuanto salí entro Minho.

Su actitud desde ayer cambio conmigo, si fuera el Jisung de siempre de seguro me hubiera aventado al suelo de una patada en cuanto me vio a su lado. Pero necesitaba explicarle quien era y porqué le conozco desde antes.

Camine hasta la sala una vez me vestí, tome el celular de encima del sillón y busque el contacto del dueño de la pastelería, me contestó al segundo.

- ¿Sí? - contestó. Se le notaba un poco cansado.

- Hoy Minho y yo no iremos al trabajo, tomaremos el día libre. -

- ¿Qué? No, no pueden hacer eso... Oh, está bien, que se la pasen bien. -

- Eso quería escuchar. - sonreí, colgando la llamada.

Solo hace falta un hechizo y listo.

Amo manipular a los tontos humanos.

Camine hasta la cocina, abrí la refrigeradora y de los estantes de la cocina saque un vaso donde me serví un poco de jugo de manzana. Bebía mi jugo mientras pensaba que hacer de desayuno, en realidad no había comida humana que me gustará, y no sabía lo que le gustaba a Minho.

Eso, no sé lo que le gusta a él.

Debo conocerlo más.

Mucho más.

Más que él mismo si es posible.

Estiré mi cuello, coloque el vaso en el lavamanos y volví a abrir la refrigeradora, estaba llena. De los estantes de la cocina saque un sartén y eché tres huevos en esta mientras ponía dos panes francés en la tostadora, les eché un poco de sal a los huevos estrellados que estaba preparando, me recosté en el gabinete, mientras observaba la sala y toda la cocina. Ahora que lo veía bien a esta casa le faltaba mucho, aunque Minho ya la había arreglado bien y comprado las cosas que faltaban, y sí, vivía decentemente, sentía que le faltaban más lujos. Tal vez más muebles, diferente decoración y pintura, nunca es suficiente después de todo.

Minho pareció, entro con una expresión tranquila y relajada a la cocina que cambio a una preocupada en cuanto vio a mi lado.

- ¡Se te está quemando, idiota! - me aparto de golpe de ahí, yo solo observé como apagaba la cocina y revolvía el huevo.

Me acerque a la cocina, viendo el huevo en perfecto estado. - ¿Decías? - sonreí, sarcásticamente. Minho solo rodó los ojos y saco un plato del estante.

- Ahí está. - me tiro prácticamente el plato.

- Más respeto. -

- ¿Cómo por qué? - espetó mientras se servía a si mismo.

- Parece que te hizo mal el ducharte. - reí bajo, caminado hasta la sala. Me senté en el sillón y prendí la televisión, comenzando a comer.

Minho llegó unos segundos después de mí, sentándose a mi lado, se veía que quería decir algo pero después se arrepentía.

O simplemente no sabía defenderse a sí mismo.

Miraba la televisión algo enojado, lo deduje por su forma de comer. Mientras yo comía felizmente, el verlo así me subía el ánimo.

Termine mi desayuno en un abrir y cerrar de ojos, me levanté y lleve el plato a la cocina, lo deje en el lavamos y estaba por volver a mi asiento en cuando Minho grito desde la sala.

- ¡Lava el plato! ¡Que no soy tu chacha! - gritó.

Rodé los ojos girandome tomando la esponja para lavar el vaso que deje anteriormente y el plato, cuando los lave los coloque en el estante y volví a mi lugar. Minho seguía comiendo, comía con demasiada lentitud. Solté el aire bruscamente por la nariz tomando el control y cambiando de canal, me detuve en cuanto ví algo que me llamo la atención. Al parecer era una serie de ponys, eran de todo color.

- Oh, deja ese. - espetó Minho con la boca llena. Me estresa que coma tan lento.

Le voy a hacer que se trague la comida de una buena vez.

Rodé los ojos apretando la mandíbula, poniendo el control en la pequeña mesa de cristal en medio de la sala.

- ¿Cómo se llama ese programa? - pregunté. Me entretenía mucho, y me caía muy bien el pony rosa.

- My Little Pony. - respondió, por fin terminando su desayuno. Se levantó y se dirigió a la cocina.

¿Mi pequeña caballita?

Alcé una ceja al pensar esto, que nombre más turbio.

- ¿Y no íbamos a ir al trabajo? - hablo Minho, alzando una ceja una vez vino de la cocina.

- Eh.. le hable a nuestro jefe y nos dió el día libre. - hice una sonrisa de labios sellados.

Alzó una ceja - ¿Y acepto? ¿Así de fácil? -

- sí. - sonreí.

Él entrecerro los ojos, juzgandome.

Yo lo ignore, volviendo mi vista al programa que estaba viendo.

Se sentó a mi lado, viendo también el televisor en completo silencio, por fin.

- No entiendo como paso todo. - habló.

Le quiero meter un puñetazo.

- ¿Que cosa? -

- O sea, lo de ayer... Cómo pase de no hablarte a esto. - señalo a la nada.

- ¡Aaah! Ya. - apague la televisión y me senté de piernas cruzadas frente a él.

Tenía que contarle el porqué lo conozco desde antes y conocerlo más.


hamswin!¡

Fantasmas [Minsung ]Where stories live. Discover now