Capítulo diez.

10.5K 1.1K 697
                                    

[Minho]

Mi vida había mejorado mucho en estos meses. Me habían aumentando el sueldo, por fin pude comprar una televisión y un reloj de pared, que tanta falta me hacían.

Y ese ser... pues, hacia dos meses que no se presentaba, por así decirlo. Lo raro de todo, es que a mí me dejó de pasar eso.. y justo Felix sentía una presencia extraña en su casa, un presencia que apenas y podía conciliar el sueño.

Felix me dijo que quizá hice algún ritual, ¿accidental? Para que se fuera así sin más, además de que se supone sería yo el que se iría. Pues si él no me quería en la casa, me atormentaria, ¿no?

Acostado, en la cama, pensando. Sin nada que hacer, solo pensando. Deje de ver el techo y salí de mis pensamientos cuando alguien toco la puerta, con una pereza infernal me levante, camine a pasos lentos y abrí la puerta.

Eran Changbin y Jeongin.

¿A estas horas? Pensé mientras les sonreía y me hacía a un lado para que entraran.

- ¡buenas noches! Espero no hayamos venido en mal momento. — hablo Jeongin, sonriente.

- oh, no no, pasen, están en su casa. — los mire a los dos y sonreí.

Jeongin paso con total confianza, en cambio Changbin entró algo apenado. Parece que nunca habla, pensé mientras cerraba la puerta y me dirigia a la sala junto a ellos.

- y bueno.. ¿que los trae por acá? — hable una vez llegue a la sala. Sí, no sabía crear temas de conversación. 

- oh, al parecer le caíste muy bien a Jeongin y decidió venir a verte, a estas horas, y pues me trajo prácticamente obligado. — hablo, por fin, Changbin. Provocando carcajadas en Jeongin.

- ¡Oye! ¡eso es mentira! — dije entre risas — bueno, sí, solo venimos por venir... y porque queríamos saber si deseas salir mañana con nosotros a cenar. —

Me sorprendió algo aquello, pero era de esperarse, pues Jeongin desde un principio se veían sus intenciones por ser mi amigo, junto a Changbin, y esperaba esas intenciones no fueran con doble intención.

- oh.. pues mañana estoy libre, entonces supongo que sí, sí puedo ir. — sonreí. 

- ¡perfecto! Pasaremos mañana por ti. — dio pequeños aplausos.

Jeongin me parecía bastante tierno la verdad, pero lo disimulaba, en cambio Changbin no, se notaba su gran interés por aquel chico sumamente lindo.

- ¿desean algo de comer o beber? — pregunte, para evitar que la casa se quedara en un completo silencio. 

- oh, algo de beber estará bien. — dijo Changbin.

Asentí y me levante, dirigiéndome a la cocina, donde serví tres vasos de jugo de naranja. En realidad hubiera preferido que pidieran algo de comer, así tendría una excusa de porqué rompí la dieta, pero pues escogieron la bebida. 

Lleve los vasos de jugo a la sala y se los entregue, sentándome donde estaba unos segundos antes.

Una vez terminaron sus jugos, Jeongin hablo.

- bueno.. solo veníamos a eso, ya nos vamos. — se levantó.

Siendo imitado al segundo por Changbin. 

- oh, esta bien. — sonreí.

Camine detrás de ellos hasta la puerta, la abrí y me hice a un lado para que pasarán.

- adiós. — sonreí.

- ¡adiós! Buenas noches. — dijeron los dos al mismo tiempo.

Reí un poco antes de verlos desparecer en una esquina y cerrar la puerta, camine la sala y me senté en el espacioso sillón, prendí la televisión y me dirige a hacer unas palomitas mientras comenzaba mi programa favorito.

.
.
.
.

Abrí mis ojos lentamente, sintiendo al instante algo áspero en mi abdomen. Algo confundido saque eso de debajo de mi camisa, siendo aquello una palomita, para segundos después escuchar la televisión encendida. Abrí mis ojos de par en para, deshaciendome de cualquier rastro de sueño y me levante, sacudiendome me dirige al baño, me quite la ropa y me metí a la ducha.

Al salir vi el reloj, eran las siete y cuarenta de la mañana.

¡¡las siete y cuarenta!! ¡mierda!

Corrí a mi habitación y me puse lo primero que encontré, tome mi celular y las llaves y salí de la casa, comenzando a correr. Llegué en menos de quince minutos, y para mí sorpresa el jefe aún no había abierto, sorprendiéndome por completo. Puse mis manos sobre mis rodillas mientras tomaba un suspiro, estaba muy cansado después de correr tanto.

- ¡hey, minho! — escuche la voz de felix atrás mío.

- ¿Felix? Buenos días.. ¿sabes por qué el jefe aun no abre? — pregunte, mientras seguí intentando regular mi pulso.

- Minho. — rió — ¿no te acuerdas que hay nuevo horario? —

- ¡aah! Cierto. — comencé a reír, siendo imutado por Felix.

Nos sentamos en los escalones, esperando a que llegara el jefe y abriera. Pues desde ayer el jefe nos dijo que desde hoy abrirá a las ocho de la mañana, mucho mejor para mí. Estando los dos concentrados en el celular, escuchamos un carraspeo, al ver arriba vimos al señor, rápidamente nos levantamos y hicimos una reverencia antes de apartarnos.

El señor abrió y por fin pudimos entrar, cada uno a sus puestos.

- ¡hey, alto ahí! Les tengo que presentar a alguien. — dijo nuestro jefe, llamando mi atención y la de Felix.

Nos paramos a unos metros de él, topando nuestros hombros. Mirándonos sin saber a quien nos presentaría, quizá algún nuevo trabajador, pero, no hacían falta según yo.

A los pocos minutos un chico alto entró, traía un suéter de lana, de rayas verdes y blancas junto a un pantalón pegado de color negro.

- Bienvenido, preséntate con tus compañeros. — hablo el jefe.

- hola, soy Han Jisung.. espero nos llevemos muy bien. — hablo aque chico, por fin levantado la cabeza y dejando ver sus ojos.

Al ver esos hermosos ojos, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, desde mi cabeza a mis pies, quedando petrificado. Sentía que ya lo conocía, que ya había tenido un tipo de conexión con él, escuché como Felix lo saludaba, pero yo.. yo no podía, estaba totalmente paralizado, y no sabía el porqué, me sentía estúpido pero no podía hacer nada, no mientras tuviera su mirada sobre mí, no mientras siguiera experimentando esas extrañas sensaciones. 

- y sobre todo espero llevarme super bien contigo, Lee Minho. — volvió a hablar.

Salí del trance en el que me encontraba, ¿como sabía mi nombre?

- ¿no te vas a presentar Minho? — dijo mi jefe.

¿Presentarme? ¿Ya no había dicho mi nombre él? Eso significaba que ya me conocía, ¿o solo yo lo escuche..?

- ho-hola soy m-minho.. — extendí mi mano,  Él estrecho mi mano, volviendo a sentir esa ola de escalofríos en cuanto tuvimos contacto.

- bueno, él es el nuevo trabajador, ahora todos a sus puestos. — hablo el jefe, chasqueando los dedos.

Todo eso fue muy raro..

Sumamente raro...


hamswin!¡

Nota:
Definitivamente no sirvo para escribir

Fantasmas [Minsung ]Where stories live. Discover now