Capítulo once.

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Desde la mañana que llego el nuevo trabajador, Jisung, no se apartaba de mí, logrando que me sonrojara con su simple voz grave o el contacto visual.

No sabía que mierda me pasaba.

Al salir, por supuesto no, con la suerte que me cargo, el chico tomó la misma dirección en la que yo iba, poniéndome aún más nervioso. Y lo que más odiaba es que no sabía porque me lograba poner así de nervioso con su simple presencia.

Dios...

Yo por supuesto no hablaba, pues si lo hacía iba a quedar en vergüenza, porque de seguro iba a tartamudear, y demasiado. Parecía que el chico nunca iba a cambiar de dirección, ya estaba cerca de mi casa y no dejaba de caminar junto a mí. Por dios, juraba que me iba a dar un infarto.

¡y no sabía el porqué!

Solté un gran suspiro en un intento desesperado de tranquilizarme, viendo de reojo que llame la atención de Jisung.

- adiós, ¡nos vemos mañana en la pastelería Minho! — grito, comenzando a caminar en dirección contraria.

No tuve tiempo de responder porque él en un chasquido ya no estaba ahí, por lo que simplemente asentí para mi mismo y le agradeci al cielo de que tomara otro camino.

O de otra manera me daría un infarto.

(...)

Era ya de tarde.

Faltaban una hora y media para que mis vecinos pasarán a recogerme para la cena, la verdad no sabía que ponerme, además de que la poca ropa que tenía me quedaba muy pegada a la piel, y era incómodo además de que atraería muchas miradas.

Y digo poca ropa no por no tener, sino que es porque toda la demás esta sucia, tal vez la lave mañana.

No sé.

Mirando mi cuerpo desnudo frente al espejo, perdido entre miles de pensamientos negativos, ¿por qué me tenía que esforzar tanto en verme bien? ¿No podía simplemente ser yo?

Hoy estaba experimentando tantas emociones en tan poco tiempo, hoy en la mañana tenía una emoción irreconocible por la que me daría un infarto, y en este momento quería morirme porque la ropa me quedaba pegada y me sentía gordo.

Hace unos meses me quedaba hasta floja, pensaba mientras me volvía a poner la misma ropa.

(...)

Eran las cinco y veinticinco de la tarde.

Al final me decidí por unos pantalones negros holgados y una camisa manga larga  de color blanco pegada, que remarcaron mi cintura.

Me levante del sillón en cuanto tocaron el timbre, era Changbin. Camine junto a él unos metros hasta donde estaba el auto, llegamos y nos subimos.

Casi me da un infarto al ver quien iba a mi lado.

Han Jisung.

Sentí que el agua que había bebido antes de salir se me iba a devolver, solté un suspiro y me recosté en mi asiento. Resignandome.

- ¿esta muy lejos el lugar donde vamos? — pregunte.

- oh, sí, está algo lejos.. a una hora quizá. — respondió, Changbin.

Abrí mis ojos de par en par al escuchar aquello, ¿una hora? Dios..

- oh.. ya. —  me volví a recostar en mi asiento.

Sí, en todo este rato no le he dirigido la palabra a Jisung, y no lo haré, no, si lo hago de seguro me pondré rojo como un tomate y me trabare al hablar. Y no quiero agregarle más vergüenzas pasadas a este día.

Suficiente tengo ya con que me vio toda la santa mañana sonrojado por su simple habla, y ahora iremos a cenar, Changbin y Jeongin en ningún momento me dijeron que invitarian a alguien.

Pero bueno..

(...)

El tiempo pasó rápido, ya habíamos llegado al restaurante, que se veía muy lujoso por cierto, salimos del auto y entramos al lugar. Sentía que no iba vestido para la ocasión, pues todos iban con traje y yo con ropa, ¿Formal? Algo así..

Nos sentamos en una mesa en medio del gran salón, cada uno pidió su comida, para después quedarnos en completo silencio, más que el ruido que hacían las demás personas allí.

Yo juraba que este día iba a ser el último de mi vida, dos encuentros con ese chico que me pone tan nervioso sin razón alguna.. además de que justo ahora estaba apretando las tripas para que no se me notará que estaba un poquitín subido de peso. Pues claro, si comía como cerdo, como lo he estado haciendo estas semanas atrás, y sin hacer ejercicio, obvio iba a engordar, y odiaba eso con toda mi alma.

Definitivamente hoy no era mi día.

Estaba demasiado sensible desde que salí del trabajo.

Hace tiempo que no me importaba mi peso, o como me veía, simplemente era feliz con libras demás o libras menos. Pero justo hoy, quería morir solo por eso, solo porque se me veía un poco gordo. Puse mis brazos alrededor de mi estómago, casi soltando una lágrima cuando el mesero llegó con nuestros pedidos.

Dimos las gracias y comenzamos a comer.

Todos comían con total normalidad, con felicidad. A excepción de mí, que masticaba perezosamente y sin hambre alguna, además de sentir la mirada de Jisung sobre mí en todo momento, sentía como me tiraba miradas enojadas cuando pensaba algo sobre mi cuerpo o sobre él. Parecía que leía mentes.

- oh, aún no los presento. — hablo Jeongin.

- no, no hace falta.. ya nos conocíamos. — se apresuró a responder, Jisung. Dejándome con la palabra en la punta de la lengua.

Jeongin alzó una ceja — ¿Cómo así? ¿De dónde se conocen? —

- trabajamos en el mismo lugar. — hablé.

- sí, entre hoy. — completo Jisung.

Jeongin solo asintió, volviendo a reinar el silencio.

La cena pasó rápido, ya habíamos terminado de comer y ahora mismo estaban hablando todos, a excepción de yo que estaba en completo silencio. Al parecer Jisung y ellos se conocían bien, pues hablaban con total confianza. Lo único que quería en este momento era llegar a mi casa y dormir por un siglo entero.

De pronto sentí mi boca haciéndose agua y mi estómago revolverse, comenzando a sudar frío en ese momento.

- t-tengo que ir al baño. — les avisé.

Los demás asintieron y yo salí corriendo en dirección a la puerta que estaba cerca de la entrada, entre y devolví al mundo lo que acababa de comer en el primer inodoro que ví. Después de acabar, me levanté del piso con las piernas temblorosas y mi cara llena de sudor helado, abrí la llave y me lave la cara, volví a cerrar la llave y me quedé viendo al espejo un largo tiempo.
Sintiéndome mucho mejor después de haber vomitado, cerré mis ojos y solté un largo suspiro.

Cuando escuché un carraspeó atrás mío..


hamswin!¡

Fantasmas [Minsung ]Where stories live. Discover now