Con calma

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Soy Legger, me gusta escribir 🥲🔪.
Déjame una estrellita y un comentario pa que nos riamos todos.
Los amo chandosos.

Aziraphel jamás se había sentido tan atendido como en la casa de su maestro, le había preparado un te con galletas que ni siquiera el mismo Aziraphel sabía que necesitaba. No había comido nada en casa y ya sabemos lo que pasó en el almuerzo de la escuela.
El ángel, había disfrutado de su "merienda" con su maestro quién seguía preguntándose por dentro "¿Por que tiene unos ojos tan lindos?"
Aziraphel jamás había hablado tanto como lo hacía con su profesor, y el siempre contestaba con uno que otro chiste. La tarde se fue volando y Aziraphel tuvo que irse en contra de su voluntad. Llegar a esa casa hecha de problemas lo deprimiá pero no se quejó pues Crowley había prometido llevarlo.
Se subieron al Bentley negro y hermoso cuyo dueño era su atractivo maestro de física y le indico cómo llegar a su casa.
Había disfrutado ese viaje como ningún otro, Crowley era realmente interesante.
Antes de bajarse pensó en la posiblidad de besarlo, pero era muy cobarde para eso.
En medio de la conversación se enteró que Crowley tenía 37 años de edad, sinceramente no los aparentaba o tal vez el ángel estaba sintiendo cosas por el y no quería que su edad fuera impedimento.
Solo se despidió bastante cariñoso, incluso coqueteando.
Al llegar a casa, su padre no lo recibió de una manera precisamente amistosa... Para ser sincero hace tiempo que él y Aziraphel tenían problemas... Problemas que no tenía con quién comentar y que se guardaba para sí mismo, muy posiblemente siendo la causa de sus arranques hacia lastimarse.
Luego de una fuerte discusión con sus papás subió a su habitación hecho un mar de lágrimas se arrojó en la cama y al parecer su mente sintió algo de lástima por él enviándole así un hermoso recuerdo que compartió con el pelirrojo haciendo que este volviera a sonreír.
Se sentó en la cama y sacó la laptop que estaba en su mesita de noche, abriendo así todas las redes sociales que conocía buscando información adicional sobre el hombre que lo hacía sonreír.
No había mucho que saber de Crowley amante a las plantas, los autos, el rock y el vino. Sus gustos hacían qué Azira pensara en lo diferentes que eran y en la manera en que éste lo atraía. Automáticamente pensó en la física y en la realidad que existía con los polos opuestos.
Había encontrado una foto particularmente reciente en la cuenta de instagram del maestro, de la nada se encontraba sonriendo frente a la pantalla con las mejillas coloradas y una mano traicionera sobre su pantalón...
¿Pero qué carajos?
Aziraphel no era de ese tipo... Claro que no era de ese tipo, había escuchado varias conversaciones en la escuela sobre masturbación, era un tema bastante popular entre sus compañeros e incluso algunos maestros quien según chismes solían realizar este acto en frecuencia con fotos de personas increíblemente sexys con quienes jamás estarían. Pero hasta el día de hoy este tema y tan solo pensar en la posibilidad de convertirse en esto que tanto asco le causaba se volvía increíblemente incomprensible para él, pues siempre había estado en contra de la masturbación le parecía un acto vulgar y enfermo, de ahí el hecho de relacionarlo con un ángel.
Pero mientras las posibilidades de que no fuera su mano la que estuviera acariciando su entrepierna si no la de su maestro estuvieran prácticamente lejos de cualquier realidad, perdió alguno de sus principios.
No sabía cuándo y no sabía cuánto tiempo llevaba haciéndolo solo notó que se la estaba jalando con una foto de su profesor cuando se corrió en su mano arruinando así su pantalón.
Estaba realmente avergonzado, era el sentimiento que más lo invadía o que lo invadió por más tiempo pues luego de analizar las cosas mejor, se dio cuenta que se sentía deseoso.
Ya no era un niño, aunque así lo llamara Crowley, se estaba convirtiendo en un hombre y tenía necesidades que sólo quería que el pelirrojo saciará.
No se dio cuenta que eran las 10:00 p.m ¿El tiempo solía pasar tan rápido? Salió de casa a hurtadillas, aunque hubiera hecho ruido sus padres ni lo hubieran notado.
- Eres un imbécil, Aziraphel- Se dijo a si mismo cuando estaba frente a la puerta. - ¿Piensas llegar a su casa y luego que?
No era bueno callando sus pensamientos pero ¿Que era lo peor que podría pasar? ¿Que lo humillara? Ya estaba acostumbrado.
Aziraphel recorrió las calles con mucho miedo, jamás había estado solo, caminando en la noche.
Llegó a la puerta de Crowley...
Una parte de él le gritaba "toca" y otra le gritaba "huye, conformate con lo que tienes"  de nuevo no sé dio cuenta que se estaba rasguñando las manos. Solo lo noto cuándo separo sus manos y una de ella dio tres toques en la puerta.
- ¿Quién demonios es a esta hora? - Maldijo para sí mismo el pelirrojo.
Abrió la puerta y vio a Phel, estaba en shock, ¿Que hacía un niño en su casa a esta hora?
- ¿Que te pasa? ¿Que haces aquí?
- Quiero estar con usted.
- ¿De que hablas?
Aziraphel lo miró con lágrimas asomándose en sus ojos, parecía un cachorrito y Crowley no pudo, correrlo o tratarlo mal. Ojalá ese niño jamás se diera cuenta de que si lo miraba así no podría decirle que no a nada.
Aziraphel no podía enterarse que sus ojos eran la nueva debilidad del maestro de física.
- Entra, te congelaras - Invitándolo a pasar se aseguró que nadie lo hubiera visto entrar, estaría arruinado si alguien se enteraba que había un menor de edad en su casa a estas horas.
Le dijo que se sentará en el sillón y le trajo un vaso de chocolate caliente.
- ¿Que haces aquí, niño? - Le pregunto, este era el muchacho más raro que había conocido.
- Ya se lo dije, quiero estar con usted.

Caprichoso.Where stories live. Discover now