Imposible...

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- ¿Que quieres decir con eso? - Al terminar la pregunta se quedaron viéndose fijamente a los ojos durante algunos minutos.
En un momento de descuido Aziraphel se apoderó de los labios del mayor.
Convirtiéndose este momento en el primer beso del muchacho de cabellos blancos. El beso no duró mucho pues Crowley lo separó dándole a un pequeño empujón.
- No vuelvas a hacer eso - Le advirtió - Está mal.
Fue en ese momento cuando el Ángel se dio cuenta de que lo peor que podía pasar no era que su maestro lo humillara sino que lo rechazara rompiéndole así el corazón. Y era justo lo que estaba pasando en ese momento.
Como si la vida del niño no fuera bastante complicada ahora su maestro no le había correspondido en el beso, haciendo que varios de sus sentimientos salieran a flote y con eso unas cuantas lágrimas inundaran sus ojos.
No le gustaba que esos bellos ojos mostrarán sufrimiento y era peor que el lo hubiera causado. Sintiéndose verdaderamente culpable acercó al muchacho en su pecho dándole un abrazo, no precisamente significaba que estuviera sintiendo algún tipo de romance por él, Crowley sabía que eso estaba mal y no iba a dejar que ese niño lo obligará a ser su novio.
Ante el abrazo Aziraphel sintió la necesidad de liberarse... De liberarse de todo lo que le hacía doler el alma y si su maestro era la persona que lo escuchaba ahora, no le importaba que lo hubiera rechazado con tal de que siguiera mostrando el mismo interés que esta tarde en él.
- No quiero... - Lloriqueo- volver a casa, ese lugar es el mismo... infierno, mi papá me golpea y a mamá... Y no hago nada - En este momento Azi era inconsolable, se sentía tan dolido, el muchacho lo abrazó más fuerte necesitaba saber que estaba con él. - Soy un marica... Eso dice papá, eso piensan todos.
- No digas eso, no puedes pensar eso de ti - A este punto Aziraphel no podía creerle, el mundo lo había hecho sentir como si fuera un verdadero... - No tienes que volver a casa - Esas palabras salieron solas, y no pasaron más de unos segundos para que su mente le gritara al hombre lo imbécil que era. - Te dejaré quedarte aquí está noche, pero tú jamás me besaste, jamás te quedaste aquí y jamás volverás a besarme o quedarte aquí. ¿Bien?
Aziraphel había dejado de escucharlo hace un tiempo, el olor de su camisa inundaba sus fosas nasales tranquilizandolo.
El maestro de física le dijo que podía dormir en su cama, luego le prestó una de sus pijamas, una completamente limpia y la más pequeña que tenía. Debido al momento tan incómodo que habían pasado y el hecho de que Crowley no iba a considerarse a sí mismo como un pedófilo trato de mantenerse lo más lejos posible Aziraphel incluso evitándolo sin disimularlo ni un poco. Que su maestro hiciera eso era como sentir puñaladas en su corazón que si bien ya estaba roto ahora dolía como jamás había dolido.
Crowley envió a dormir a Aziraphel rápidamente pues mañana lo iba a dejar en la escuela y nada de esto habría pasado.
El angelito aún lloraba pero se sentía más en calma al saber que aquí nadie podría lastimarlo, cuando se retiró la ropa para ponerse la pijama se detuvo a observar las marcas y moretones que tenía en su cuerpo marcas que había ocasionado su padre y el alivio de estar con crowley no pudo evitar que volviera a llorar.
Al escuchar los fuertes sollozos en la habitación crowley no pude evitarlo y entró viendo al casi- joven sin camisa solamente con su pantalón, nunca lo miró de una manera pervertida o de alguna otra forma enferma, pero sus ojos quedaron prendidos al notar las marcas que tenía el pequeño en la espalda y el abdomen.
- ¿Tú papá te hizo eso? - El susto hizo que Phel intentará ocultar las marcas.
Aziraphel le dijo que estaba cansado y que no quería hablar de eso, se arrojó en la cama e intento ignorarlo.
Crowley se había quedado a dormir en el sofá pero la vida de Aziraphel lo estaba preocupando de verdad, era un niño increíble, muy inteligente y tierno, no tenía porque estar pasando por todo esto. Cuando sus pensamientos se disiparon un poco, recordó el beso ¡maldita sea! ¿porque ese niño se había atrevido a besarlo? tenía una vida completa por delante y había decidido enamorarse de un hombre de mediana edad con una vida miserable.
Aziraphel estaba disfrutando como nunca su noche, toda la habitación olía a Crowley. Todo era tan él, se iba a volver loco... Pero lo preocupaba que el supiera lo de sus cicatrices... Aziraphel estaba muy roto y si bien los 20 años de diferencia entre ellos iban a pesar si alguna vez Crowley aceptaba tener una relación con el, no quería que Crowley lo viera con lástima ni como un llorón.

Se hizo de mañana y Crowley entro a la habitación a despertar al muchacho, pero la luz que entraba en la habitación contrastó perfectamente la presencia del ángel que se encontraba en su cama. No quería despertarlo se veía tan lindo durmiendo tan tranquilamente, no era el mismo niño aturdido de ayer y eso le gustaba... No, no le gustaba ¿Que carajo? Era un niño.
Despejó todo pensamiento de su mente y lo sacudió un poco para despertarlo.
- Niño... Son las 5:15 ¿cuanto necesitas para alistarte? - Le preguntó.
Phel se estiró adormilado, cuando abrió los ojos se encontró con los bellos ojos color café de su maestro y un impulso lo hizo acercarse para robarle un beso. Crowley lo esquivó completamente.
- Deja de hacer eso - Lo regaño - ¿Te das cuenta de lo que haces?
- S... no... Claro que sí - Vaciló sin saber cuál es la respuesta correcta.
- Deja de pensar en besarme y bañate, agradece que no te voy a pedir la tarea.
- Pero yo ya la hice...
- ¿La hiciste? ¿Con todo esto que te está pasando?
- Si... Soy bastante ordenado y quiero entrar a una buena universidad...
- Eso me parece excelente, eres un buen niño - Le sacudió el pelo.
- ¡No me digas niño! - Chilló el ruloso.

Caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora