CAPITULO|12

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No, basta, creo que fue suficiente, ¿cómo hago para congelar el dolor que siento? 

13| Mi verdadero final. 

NARRA JULIETTE.

La opresión es tan grande que no la puedo evitar. Solo necesito que alguien me ayude a escapar de esta trampa verdaderamente mortal. 

—Juliette, lo que estás viendo no es lo que parece —(Mi mejor amiga) —si se podría utilizar ese título con ella—, empuja el dorso de Adrián y se aleja de Él. Percibo una pequeña sonrisa que se dedican entre ambos, pero la borran tan rápido como ven que me percato de ella. 

—¿De verdad? —musité incrédula mirando a Estefany con ganas de... Ya ni sabía lo que quería. Todo estaba siendo muy confuso. Y dolorosamente extraño. 

—Perdón, no quería que esto pasara, Juliette. —murmuró Estefany, con aparentemente vergüenza.

Solté un suspiro irónico.

—¿No querías que pasará? —le dije mirándola incrédula—. Imagino que todo se dio en un momento determinado y continuó dándose hasta que me di cuenta de la falta. 

—Fue más fuerte que yo. 

—Menuda respuesta. —macullé con molestia. 

—¿De verdad qué? —añadió Adrián ignorando lo que estábamos diciendo—. Te estás haciendo una película en dónde no la hay. 

Miré al chico que se había mantenido en silencio y que ahora solo me miraba como si no lo hubiera conseguido con mi mejor amiga, a solas y sin la mitad de la ropa puesta. 

—Creo que estás dramatizando todo —dijo Estefany, apoyándolo. 

—Siempre ha sido a si, no te preocupes. Luego se le pasa.

No sé si verdaderamente estoy viviendo esto. 

Era lo único que me faltaba. 

¿Ahora quieren fingir que no vi nada? 

Imposible. 

—No se hagan —tragué saliva intentando mantener la compostura—. No se necesita ser muy inteligente como para descifrar que mi mejor amiga me está engañando con mi novio y que mi novio parece disfrutar de todo esto. 

Adrián carraspeó la garganta como si no fuera verdad. 

Cada palabra que soltaba quemaba mis cuerdas vocales.

Lo miré y mordí mi labio superior con tanta fuerza que un pinchazo de dolor me hizo volver a la realidad. 

—¿Ves? Exagerada, te dije que tú y yo no somos nada. Ademas, no es para tanto.

Suspiré fulminándolo con la mirada. Me crucé de brazos repiqueteando mi pie contra el suelo.

—¿De verdad? —pregunté y mi mirada comenzaba a verse cristalizada—, ¿lo dices en serio? ¿Ahora soy loca?, ¿Soy tóxica? 

El chico se encogió de hombros, con desánimos. 

—Fui sincero contigo, no es mi culpa que vivas en una ilusión en la que, la única que no entiende que entre tú y yo no hay nada, eres tú. Es así de fácil, yo fui sincero. 

UN LLAMADO PARA VOLVER A CREER [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora